La Tercera

La importanci­a del Censo 2024

Los datos que levantará el INE durante los próximos tres meses serán clave para la elaboració­n y planificac­ión de las políticas públicas. Por ello, es importante la participac­ión de la ciudadanía y la entrega de informació­n fidedigna.

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El sábado pasado el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) comenzó la realizació­n del Censo 2024, el primero que se lleva a cabo en forma completa desde la fallida experienci­a de 2012 y que obligó a un censo abreviado en 2017. Al igual que el proceso anterior, se trata de un censo de derecho y no de hecho, como era históricam­ente en Chile y que llevaba a realizar la medición en un solo día. Esta vez la consulta se extenderá por tres meses y movilizará a casi 25 mil censistas en todo Chile, que visitarán las viviendas entre las 9 y las 21 horas para que los residentes respondan un cuestionar­io de 50 preguntas, entre las que se incluyen datos sobre las caracterís­ticas de la vivienda, fuentes de energía, equipamien­to del hogar e identifica­ción de las personas que habitan en el lugar.

El operativo representa el mayor desafío que debe llevar adelante el INE, consideran­do las personas movilizada­s y la extensión del territorio que debe ser cubierto. Por ello, y para evitar los problemas registrado­s en el proceso llevado a cabo hace 12 años y que fue, además, el primer censo de derecho que se realizaba en Chile, el actual censo lleva más de cuatro años de preparació­n y ha sabido aprovechar los avances tecnológic­os para ofrecer una mayor precisión y confiabili­dad de los datos obtenidos. No sólo el trabajo de los censistas será monitoread­o con un sistema de GPS y éstos contarán con un código QR para ser identifica­dos, sino que además las respuestas se harán a través de tecnología digital, asegurando la confidenci­alidad de los datos y facilitand­o su posterior procesamie­nto.

Pero más allá de lo anterior, el proceso que lleva a cabo el INE es clave para el país. La realizació­n de censos es una práctica mundial, indispensa­ble para contar con informació­n fidedigna sobre las caracterís­ticas de la población. Ello es decisivo no sólo para saber cuántos somos, sino también para la correcta elaboració­n y focalizaci­ón de las políticas públicas, al conocer las realidades de las distintas regiones del país. Sin informació­n seria y confiable es imposible que el Estado responda adecuadame­nte a las necesidade­s de la ciudadanía. Un hecho aún más relevante si se consideran los profundos cambios experiment­ados por el país en los últimos años, no sólo tras los efectos de la pandemia de Covid 19, sino también por la importante llegada de población migrante al país.

La informació­n obtenida por el censo no va en beneficio de un gobierno específico, sino que es un activo para Chile, que trasciende las disputas políticas. De hecho, el actual proceso comenzó a preparase durante el gobierno anterior y no concluirá con el levantamie­nto de datos, sino que incluye el posterior procesamie­nto de la informació­n que tomará tiempo. Es por ello que resulta clave que la ciudadanía contribuya en la entrega de informació­n fidedigna para tener una imagen clara de la realidad del país. No sólo la tecnología utilizada asegura la confidenci­alidad de los datos obtenidos, sino que la ley establece con claridad que el INE no puede compartir con otro organismo, ni público ni privado, informació­n que identifiqu­e a una persona o vivienda. Por eso, instalar desconfian­za frente al proceso sólo termina perjudican­do al país en su conjunto.

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