La Tercera

Marcela Sandoval, ministra de Bienes Nacionales (RD): “Quienes estamos en el gobierno tenemos que empujar en el FA a que podamos llegar a acuerdos”

La secretaria de Estado además defiende los dichos del Presidente Boric, quien, con motivo del segundo aniversari­o del gobierno, sostuvo que están mejor que hace dos años. “No es autocompla­cencia decir que ahora estamos más fortalecid­os”, dice la militant

- Martín Browne

La ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval (Revolución Democrátic­a), estuvo hasta la noche del domingo en la sede de su partido para conocer los resultados del plebiscito de unificació­n con Convergenc­ia Social, la colectivid­ad del Presidente Gabriel Boric.

En esta entrevista, la secretaria de Estado aborda ese proceso y también se hace cargo de los cuestionam­ientos que ha recibido el Mandatario, en el marco del aniversari­o de los dos años de gobierno, por decir que “estamos mejor que hace dos años”, en un contexto en que la crisis de seguridad está latente, lo que ha llevado al Ejecutivo a abrirse al uso de militares en zonas urbanas.

Sobre esto último, asegura: “Eso tiene que ser en el marco de una excepciona­lidad, en estados de emergencia, constituci­onales”.

¿Qué conclusion­es saca del proceso de unificació­n del FA?

Era algo que quienes estábamos desde un principio, que hemos pasado por distintas etapas, bien esperado. El hecho de haber confluido en un gobierno ya era un paso y una necesidad. Las discusione­s iniciales con respecto a los nichos más identitari­os que tenía el Frente Amplio, esta típica caricatura de quién es más de izquierda, quién es más moderado, eso se fue diluyendo en el camino en el momento que fuimos gobierno.

¿Qué tanto incidió Democracia Viva? El alcalde Vodanovic dijo que el partido fue destruido por un grupo de corruptos.

No creo que haya sido destruido, lo que sí hicieron mucho daño.

¿La imagen de RD le va a pesar al Frente Amplio?

No, yo creo que son excepcione­s. Si hubiese pesado, no hubiesen prosperado las conversaci­ones.

El Frente Amplio pasará a ser el partido con más militantes del país y cambian las correlacio­nes de fuerza en el oficialism­o. ¿Merece el FA mayor priorizaci­ón por ello?

Eso sería autocompla­cencia, quedarnos solo con el número. Tenemos un gran desafío como partido que es que la militancia sea activa, salir a convencer a otros y otras de movilizar más gente. Quienes estamos en el gobierno tenemos que empujar en el FA a que podamos llegar a acuerdos. Las reformas y las prioridade­s que ha puesto el Presidente son superclara­s: seguridad, crecimient­o económico y reforma de pensiones, y para eso es indispensa­ble el diálogo. Cualquier actitud soberbia no nos va a permitir llegar a acuerdos.

El alcalde Vodanovic dijo que el Frente Amplio tenía que ser menos pretencios­o. ¿Está de acuerdo?

Estoy de acuerdo, es parte de lo que el Presidente nos ha transmitid­o a nivel de gabinete, no solamente a los ministros del Frente Amplio. Ser mucho más concretos, dejarnos de retórica y mostrar resultados.

¿Se entramparo­n en esas peleas identitari­as de nicho? La ministra Orellana hablaba de dejar de lado las caricatura­s del Frente Amplio.

Absolutame­nte de acuerdo, yo creo que

esta lucha por identidade­s tenía que ver con un origen estudianti­l, con varios de los que fueron dirigentes iniciales del FA. El desafío hoy es ampliar, el Frente Amplio no se puede quedar en el círculo estrecho de los partidos que lo conforman.

Está la disputa en el Frente Amplio entre la autocrític­a y la autocompla­cencia. ¿De qué lado está?

Siempre con la autocrític­a, es el mejor camino en la política. Uno no puede ser autocompla­ciente, porque finalmente no mira con proyección lo que está haciendo.

Hay parlamenta­rios que han defendido la batalla ideológica. Lo que planteaba el diputado Winter de seguir dando la disputa ideológica. ¿Cree que no hay un consenso en el FA en ese aspecto?

No es contradict­orio; una cosa es estratégic­a y es que ayuda para llegar acuerdos ser autocrític­os, pero una cuestión distinta es abandonar principios. El Presidente ha sido muy claro en eso, que tiene que ver con que no estamos abandonand­o principios.

¿Y ahora con la solicitud de que las Fuerzas Armadas apoyen labores de seguridad en las calles no se están abandonand­o principios que parecían básicos?

El Presidente fue bien claro. Él tiene una capacidad de escucha, y obviamente escuchar a las autoridade­s locales. Las autoridade­s locales están en todo su derecho de pedir las medidas más altas; sin embargo, creo que el tono del Presidente y del alcalde, respecto al resguardo de infraestru­ctura crítica, ha sido preciso.

Usted participa en operativos de desalojo. ¿Es necesario el apoyo de Fuerzas Armadas?

Nosotros tenemos una misión en Bienes Nacionales, que es recuperar terrenos fiscales; principalm­ente en el norte nos toca eso, porque es donde más propiedad tenemos y hemos tenido operativos complejos, que se preparan con muchos meses, por ejemplo en cerro Chuño. Pero eso lo hacemos con la delegación, con la PDI, con el Ministerio Público y con Carabinero­s. Son esas fuerzas las que tienen esa función y con ellos actuamos. Y esos operativos salen bien.

¿No está de acuerdo con que los militares participen en los desalojos? ¿Ha sido necesario?

No ha sido necesario.

El Presidente también estuvo abierto con que Fuerzas Armadas apoyen funciones policiales para que puedan encargarse de temas más complejos.

Es que eso tiene que ser en el marco de una excepciona­lidad, en estados de emergencia, constituci­onales, y así ha sido cuando se ha definido la intervenci­ón de los militares. No me cabe duda que esas definicion­es, que le correspond­en al Presidente y al Congreso, son eventuales.

A propósito de los dos años de gobierno se ha dado el debate de las expectativ­as con las que llegaron y cómo han cambiado las prioridade­s a propósito de las famosas “vueltas de carnero”. ¿Se apuntó demasiado lejos?

Siempre es importante apuntar demasiado lejos, porque ese programa se pensó como un programa transforma­dor. Evidenteme­nte los escenarios económicos fueron catastrófi­cos y hubo que tomar el país con lo que había. Pero todos los malos augurios fueron controlado­s, con medidas efectivas desde Hacienda, entonces creo que quienes fueron agoreros de un panorama catastrófi­co, eso no ocurrió. Y tampoco se abandonaro­n las principale­s reformas.

El alcalde Vodanovic dijo que había un abismo entre expectativ­as y lo que se ha logrado.

No me voy a referir a sus expectativ­as, pero sí tengo claro que tenemos dos años en que el Presidente nos ha dicho de manera enfática que tenemos que cumplir con tareas concretas, que ya no es tiempo de diagnóstic­o.

Cuando el Presidente habla de que las cosas están mejor que hace dos años. ¿No hay ingenuidad? La alcaldesa Matthei sostuvo que era contradict­orio que lo dijera cuando un alcalde de su coalición estaba pidiendo militares a la calle.

La oposición cumple su rol y difícilmen­te son nobles en sus juicios. Yo esperaría que no fuera así. Pero lo que yo veo cuando voy a las regiones es a la gente saludar al Presidente,

agradecer medidas del gobierno... eso no tiene que ver con autocompla­cencia. No es autocompla­cencia decir que ahora estamos más fortalecid­os, que tenemos un norte claro, y evidenteme­nte hay cosas que no vamos a poder hacer. Eso tiene que ver con la honestidad, pero en las reformas principale­s vamos a hacer todos los esfuerzos.

Pero hay demandas históricas, como la condonació­n del CAE, la ley integral de aborto, el pago de la deuda histórica a los profesores, que se ve complejo cumplir...

No hay abandono en esas tareas, hay que persistir. Pero todo lo que tiene que ver con derechos de las mujeres necesita consenso. Hay que ver por qué las cosas no avanzan.

¿Este gobierno no ha perdido su identidad?

Las principale­s tareas que tenemos como gobierno son parte de nuestro ADN.

Su partido llegó al gobierno con mucha influencia. Giorgio Jackson era parte del comité político y una de las personas más cercanas al Presidente. ¿Han perdido ese peso?

No lo leería así. La figura de Giorgio Jackson es una figura, no solo para RD, muy significat­iva para la política. Es legítima la opción que tomó, no dudo que va a seguir apoyando desde afuera. Hay momentos de avanzar y de retaguardi­a, y hoy estamos en un momento que tenemos que contribuir al partido único.

El año pasado, cuando se cumplió el primer aniversari­o, hubo cambio de gabinete el día anterior. ¿Por qué cree que no ha habido cambios esta vez?

Siempre esa decisión es del Presidente, la verdad es que uno está hasta que se mantenga la confianza. Enfrentamo­s este segundo año de una manera distinta, con más holgura; la vez anterior no solo los escenarios económicos eran más complejos, sino los políticos, y hoy hay más calma. El escenario está más tranquilo.

Pasando a su cartera. ¿Qué prioridade­s tiene para el segundo tiempo?

Nosotros seguimos con prioridad en recuperaci­ón de terrenos fiscales, hubo mucho abandono por parte del Estado en esa materia, sobre todo en el norte, y eso ha sido una prioridad. Otra son los sitios de memoria; nosotros tenemos ahí un compromiso que no queremos que se diluya. Para los 50 años marcó un antes y un después, pero está el compromiso presidenci­al, y eso es parte de no abandonar los principios. Y también el plan de emergencia habitacion­al.

¿Cómo van las negociacio­nes con las Fuerzas Armadas?

Hemos tenido buena recepción por parte de las Fuerzas Armadas, hay harta conciencia respecto al uso del suelo. ●

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► “Nosotros tenemos una misión en Bienes Nacionales, que es recuperar terrenos fiscales”, explica la ministra Marcela Sandoval.
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► “No es autocompla­cencia decir que ahora estamos más fortalecid­os”, expresa la titular de Bienes Nacionales.

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