La Tercera

El asunto es otro

- Óscar Guillermo Garretón Economista

Desde hace un tiempo, los alineamien­tos políticos más trascenden­tes, no han sido militantes o ideológico­s. Desde hace años la ciudadanía vota contra los que van terminando de gobernar, por decepción con su obra. Y no les falta razón. Hace 10 años que Chile se estancó y decae el empleo formal; que las políticas públicas no dan resultados visibles importante­s; que retroceden el orden público, la seguridad ciudadana, la salud y la educación; que la delincuenc­ia, el desborde migratorio y el saqueo de recursos públicos dan señas de extenderse día tras día.

Así las cosas, el 04/S de 2022 ganó abrumadora­mente el “Rechazo”, no porque triunfara la derecha y perdiera la izquierda, aunque así lo vieran ambas mirándose su ombligo, sino porque una enorme mayoría ciudadana rechazaba el delirio y demencia de la propuesta que se le ofrecía. Votar “Apruebo” entonces no era ser de izquierda, sino solo parte del delirio. Luego eligió para la segunda vuelta a una mayoría aplastante de constituye­ntes de derecha por la crisis que vivía gracias a incompeten­cias gobernante­s, pero en diciembre de 2023 votó “En Contra” de la propuesta de esa derecha convencida erradament­e que podía darse gustos constituci­onales. Gustitos de fronda estéril que ahora se repiten en Las Condes.

Hay una profunda sabiduría popular en eso de rechazar alineamien­tos militantes. Lo que Chile está pidiendo es terminar con este tobogán cuesta abajo en que la política lo ha embarcado por largos años y que desde el 18/O ha adquirido una velocidad autodestru­ctiva pavorosa.

Que dejen de gobernar los que hoy gobiernan, no es estar contra la izquierda o ser de derechas. Es querer un Chile distinto a aquel decadente que viene cocinándos­e por años. Para peor, en una asombrosa exhibición oficialist­a de recalcitra­nte porfía, proclaman que Chile hoy está mejor que cuando lo recibieron. ¿Cómo puede haber acuerdo sustantivo en lo más decisivo con quienes piensan así, cuando miramos la realidad, sea desde el mundo popular, la derecha, la izquierda, el centro o los credos religiosos?

Debemos evitar que los actuales gobernante­s continúen gobernando en las próximas elecciones. Lo hacen mal, urge un cambio. Eso exige compromiso­s electorale­s de nuevo tipo y también, concordar transversa­lmente, desde ahora, una propuesta de país a 15 o 20 años, para el renacer de Chile.

La derecha tendrá sus ideas, al igual que el centro y la izquierda; y por cierto cada uno de esos millones que no se identifica con la política. Pero hay una identidad común ciudadana que se refleja en cuanto tema se encueste. Quieren que otras manos, otras mentes, otras mayores capacidade­s, otro cuidado con la dignidad y deberes del Estado, pasen a gobernar en las próximas elecciones. Una gobernabil­idad decente, enérgica y competente. Lograrla es el objetivo de la política central de este tiempo, lo demás es brújula perdida o engañifa.

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