La Tercera

Cuatro desconocid­as fases del fenómeno climático extremo que se aproxima

Con el fenómeno de El Niño en proceso de debilitami­ento, aparece en el horizonte su versión opuesta. Estas son sus principale­s caracterís­ticas.

- Carlos Montes

El fenómeno de La Niña comienza a aparecer lentamente en nuestro horizonte, dejando atrás poco a poco al fenómeno de El Niño, el que se encuentra en una etapa final, una etapa de debilitami­ento.

“El Noaa (Oficina Nacional de Administra­ción Oceánica y Atmosféric­a de EE.UU.) estima que hay un 55% de probabilid­ades de que en la segunda mitad del año se desarrolle La Niña, fenómeno que tiende a moderar las temperatur­as. Este período del año debería ser menos caluroso que el primero”, explica Raúl Cordero, climatólog­o de la Universida­d de Santiago.

Este fenómeno, que se aproxima al país, y que apareció por primera vez en la literatura científica a finales de 1989, se divide en cuatro fases.

Etapas

Estas cuatro fases que componen el fenómeno de La Niña, son las siguientes:

1. La etapa que antecede al fenómeno de La Niña, proceso que ocurre cuando el fenómeno de El Niño se encuentra en su etapa final (Oscilación del Sur).

2. El inicio del fenómeno de La Niña, que se caracteriz­a por:

-El fortalecim­iento de los vientos alisios que se juntan en la zona de convergenc­ia intertropi­cal, para luego moverse hacia el norte.

-Un aumento en la temperatur­a del océano Pacífico, al oeste del meridiano1­80°. El agua superficia­l del océano sube de su valor habitual (28°C a 29 °C).

Cordero aclara que La Niña global marca mas fuertement­e su presencia en el invierno, especialme­nte para Chile. “En el verano es un poco diferente y ahí influye más La Niña costera. Pero en el invierno, que es lo que viene, es más influyente en Chile central, El Niño o La Niña global”.

3. El desarrollo del fenómeno, etapa que se caracteriz­a por cuatro elementos:

-Un debilitami­ento de la corriente contra ecuatorial, lo que produce que la influencia de las aguas cálidas provenient­es de las costas asiáticas afecten en menor medida las aguas del Pacífico.

-Una ampliación de los afloramien­tos marinos, que se producen como consecuenc­ias de la intensific­ación de los vientos alisios.

-El fortalecim­iento de la corriente ecuatorial del sur, especialme­nte cerca del ecuador, llevando consigo aguas frías que bajan las temperatur­as del Pacífico tropical oriental y central.

-Una mayor cercanía del clima a la superficie del mar en el Pacífico tropical, lo que ayuda a la permanenci­a de especies marinas que encuentran sus alimentos durante períodos más largos.

4. La maduración es el final del evento de La Niña, y ocurre después de que la intensidad de los vientos alisios ha regresado a su estado normal.

“El Niño se configura cuando el Pacífico tropical presenta temperatur­as sobre valores típicos, mientras que La Niña, lo hace cuando la misma zona presenta valores bajos típicos”, añade Cordero.

Niña costera

Si bien el fenómeno de La Niña podría traer varias consecuenc­ias climáticas negativas para el país, los climatólog­os sospechan que también podría decir presente una variante climática del fenómeno, de la que aún no se sabe a ciencia cierta la fecha concreta de su llegada. Se trata de La Niña costera.

Cordero señala que La Niña costera se configura cuando la zona del Pacífico tropical, inmediatam­ente frente a las costas de Ecuador y el norte de Perú, “presenta valores bajo típicos. Técnicamen­te esta zona, es un cuadrado de 1000 km de lado, y se conoce como zona 1+2 .

Los efectos climáticos de La Niña costera pueden ser tan o más importante­s que los de La Niña global, pero a un nivel local, tal como ocurrió con la Niña costera de 2018 en comparació­n a la débil Niña global de 201718.

Zonas de interés

Como el Pacífico tropical es enorme, existen varias zonas de particular interés. Dos de la zonas más relevantes para Chile son la zona 3.4 y la zona 1+2. “La temperatur­a en la primera configura El Niño o La Niña global, mientras que la temperatur­a en la segunda determina El Niño o La Niña costera. La temperatur­a en ambas zonas se encuentra correlacio­nada, es decir, cuando hay una Niña global, en general, también hay una Niña costera”, explica el Climatólog­o.

Sin embargo, suele ocurrir un desfase. “A veces La Niña se presenta primero en la zona 3.4 y después lo hace en la zona 1+2, o a veces lo hace solo en una de ambas zonas. Las precipitac­iones en Chile central son en general más sensibles a la temperatur­a superficia­l en la zona 3.4, pero la temperatur­a en la zona 1 + 2 también puede jugar un rol”, señala Cordero.

“Por ejemplo, el año más seco en la zona central en los últimos 50 años fue 2019. Ese año no estuvo marcado por una Niña global, pero sí por una intensa y corta Niña costera. Es decir, la temperatur­a en la zona 1 + 2, estuvo bajo valores típicos durante el segundo semestre de 2019. Es probable que esa corta, pero intensa Niña costera haya contribuid­o a hacer de ese año, uno de los años más secos jamás registrado­s, solo comparable con1968 y 1998 , sostiene el académico de la Usach. ●

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► El Noaa estima que hay un 55% de probabilid­ades de que en la segunda mitad del año se desarrolle La Niña.

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