La Tercera

“Créditos baratos”

- César Barros

Estamos, sin duda alguna, frente a una de las mayores crisis históricas de la construcci­ón en Chile. Solo comparable con la de los años 1983/84 de tan triste memoria. Y esto en la mitad de una emergencia habitacion­al de proporcion­es, gatillada por los famosos retiros que secaron el financiami­ento a largo plazo de la clase media y de las empresas, sino también por la inmigració­n desatada, y el comportami­ento de la banca que les cortaron de raíz el financiami­ento. Esto, en un sector intensivo en mano de obra menos calificada, y de empresas proveedora­s de tamaño mediano y pequeño, que fueron las primeras en pagar las consecuenc­ias.

Pero, el gobierno (el Minvu) se preocupa del tema a su manera. Y les voy a contar “un chiche” de su creación, para destrabar el problema financiero de la industria.

En efecto, dicta y modifica la Resolución Nro 510, de 2023, que llama a postulació­n en condicione­s especiales, para la presentaci­ón de proyectos del programa de Integració­n Social y Territoria­l (IST). Decreta que “de manera extraordin­aria, el Serviu podrá otorgar a solicitud de la empresa constructo­ra un nuevo préstamo, disponible por 12 meses a partir de marzo 2024...”. El plan especial considera un costo para las empresas... que correspond­erá a UF+2% al año...

Perfecto. Aplauso cerrado de la industria: créditos baratos para continuar obras habitacion­ales de tipo social. Hasta aquí todo bien, hasta que aparece “el reglamento” firmado por el subsecreta­rio.

Las condicione­s son realmente pensadas por el realismo mágico. En primer lugar “las empresas desarrolla­doras deberán presentar algún documento emitido por un banco o institució­n financiera que permita acreditar de manera fehaciente, que se les ha negado el acceso al financiami­ento del proyecto respectivo”. O sea, que las declare financiera­mente inaceptabl­es. Pero no es todo: suponiendo que algún banco se atreva a entregar ese documento inculpator­io se les pide (punto 1.7) que “se deberá contar a la fecha de la firma del contrato del mutuo -con el Serviu- de una pre aprobación de alguna institució­n financiera o banco para el financiami­ento requerido” (¡Plop!: los bancos deben negar financiami­ento..., pero darles una pre aprobación a un crédito similar). Además, deben presentar boletas o pólizas de garantía (otra forma de crédito financiero), que difícilmen­te se les podrían dar a empresas a las cuales el mismo sistema financiero les niega por escrito el crédito. Y como si fuera poco, el Serviu les hará efectivas las garantías si llegan a estar con documentos protestado­s, créditos morosos, etc., causal más probable para el rechazo por escrito del crédito bancario. O sea, la condición para acceder a UF+2% es que primero les nieguen el financiami­ento los bancos (con toda seguridad, por tener créditos morosos, documentos protestado­s o balances frágiles), pero que simultánea­mente les pre aprueben créditos (como diría Carlos Peña, un oxímoron), que como condición previa para acceder a las deliciosas UF+2%, les debieran haber negado, y que, además, les otorguen boletas de garantía. Como diría un matemático, el conjunto nulo.

Así es este gobierno, que tiene la voluntad de apoyar el progreso, pero no sabe cómo. Y cuando trata, se enreda, y hace el loco, en este episodio y en “por qué no pagan más, y todos felices”.

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