La Tercera

Carrera por presidenci­a de la Cámara entra en fase “voto a voto” y Elizalde interviene en negociació­n con PDG

- José Miguel Wilson

Dado que el Ejecutivo acaba de perder la presidenci­a del Senado, para La Moneda ya no hay margen de seguir cediendo espacios de poder en el Congreso. Incluso, perder la Cámara sería más grave. Hasta la semana pasada, el conteo hipotético de votos arrojaba un empate técnico: 76 votos para la oposición y 75 para el oficialism­o, pero varios de los cuales no están completame­nte seguros.

El miércoles pasado, en las oficinas de la Secretaría General de la Presidenci­a (Segpres) en la Cámara, el ministro Álvaro Elizalde (PS) ingresó de lleno en las conversaci­ones para tratar de retener el control de esta rama del Congreso, que a mediados de abril renovará a sus autoridade­s.

Ese día, se reunió por varios minutos con los diputados militantes del PDG: Karen Medina, Rubén Oyarzo y Gaspar Rivas, cuyos votos serán decisivos para definir el rumbo de la Cámara.

En la ocasión, el ministro no habría hecho ofertas. Solo escuchó las demandas de los legislador­es del Partido de la Gente, que exigen presidir este año la Cámara, en virtud del acuerdo original que establecía una rotación en la testera cada 8 o 7 meses. Ese pacto, sin embargo, se alteró por la negativa de algunos a apoyar a Karol Cariola (PC) en noviembre de 2022 y se ha ido renegocian­do periódicam­ente.

Por su parte, la subsecreta­ria de la Segpres, Macarena Lobos, también ha reforzado gestiones para atender requerimie­ntos de otros diputados no alineados, a quienes conviene tener en una predisposi­ción favorable.

Lo mismo ha ocurrido con el independie­nte René Alinco (ex-PPD), quien tiene un contacto diario con el equipo del ministro Elizalde.

Hasta la semana pasada, el conteo de votos arrojaba un empate técnico.

En teoría, en la oposición contaban con 76 de los 78 diputados necesarios para ganar la presidenci­a, mientras que el oficialism­o contabiliz­aba (o al menos aspiraba a tener) 75 a su favor.

Evitar nueva derrota

Esta elección, en la que votan los 155 diputados, es clave para que el gobierno retenga el control de la Cámara, a pesar de que la oposición en alianza con algunos exmilitant­es de la DC y el PDG ya ha logrado apoderarse de algunas comisiones legislativ­as importante­s, como Seguridad Ciudadana, Desarrollo Social y Defensa, desde donde han presionado para colocar en debate proyectos que dividen o complican al oficialism­o.

Dado el contexto en el que el Ejecutivo acaba de perder la presidenci­a del Senado, a manos de José García Ruminot (RN), a cambio de retener el control de la Comisión de Hacienda, para La Moneda ya no hay margen para seguir cediendo espacios de poder en el Congreso.

Incluso, perder la presidenci­a de la Cámara sería más grave para los intereses del Ejecutivo.

A diferencia, del Senado, donde gobierno y oposición han logrado construir un clima de diálogo que no se ve amenazado con la asunción de García (un senador de perfil moderado, ecuánime y afable), en la Cámara el trato con la derecha es tenso.

Incluso, ya existe un agresivo plan de la oposición en caso de que logren tomar el control de la Cámara, que pasa por reorganiza­r todas las comisiones legislativ­as, relegando al oficialism­o a una condición de minoría. Con ello, las distintas fuerzas de derecha, con el apoyo de grupos de centro, podrían definir las prioridade­s legislativ­as y decidir qué proyectos se discuten.

En el gobierno están consciente­s del elevado riesgo que enfrentará­n en la Cámara con la postulació­n de un(a) diputado(a) del Partido Comunista, que, de acuerdo al consenso mayoritari­o del oficialism­o, ahora sí o sí le correspond­e asumir en la presidenci­a de la Cámara.

El hecho tiene alto simbolismo. Nunca, en sus más de 112 años de historia, el PC ha liderado una de las ramas del Congreso. Para la oposición, en cambio, la candidatur­a de un comunista es reflejo de un giro a la izquierda que no están dispuestos a aceptar. De hecho, el factor “anticomuni­sta” complica las chances de la alianza gubernamen­tal.

Votos en duda

Sin embargo, ni los 76 votos con los que hipotética­mente cuenta la oposición, ni los 75 del oficialism­o, están completame­nte firmes.

De hecho, para el gobierno hay cinco legislador­es con los que aún faltan conversaci­ones para poder asegurar su apoyo a la carta que levantará la bancada del PC, que en esta ocasión no ha querido revelar nombres para evitar el desgaste que sufrió Cariola en su fallida postulació­n a fines de 2022.

La legislador­a humanista Mónica Arce (quien no está asociada a ningún comité), el independie­nte Carlos Bianchi (miembro de grupo PPD-indep.), el mismo Alinco, el radical Tomás Lagomarsin­o y el ecologista

Félix González (hoy en la bancada del Frente Amplio), son votos con los que oficialism­o cuenta. Sin embargo, ellos tienen dudas de apoyar a un comunista, o bien tienen otro tipo de reparos.

Por ejemplo, la diputada Arce siente que ha sido constantem­ente maltratada y aislada por el oficialism­o. Lagomarsin­o ha sincerado sus aprensione­s contra los comunistas, mientras que González cree que en este período debiera darse la presidenci­a a un PDG, aunque no tiene problemas en votar por un PC.

El cuadro de incertidum­bre de la oposición no es muy distinto.

El problema para el bloque opositor es que el hipotético piso de 76 votos también se está transforma­ndo en un techo, pues las tratativas con el PDG se han complejiza­do dadas las altas exigencias de este grupo que aspira a tener a uno de los suyos presidiend­o la corporació­n.

Actualment­e las tres fuerzas de derecha (Chile Vamos, republican­os y socialcris­tianos-independie­ntes), parten con una base de 68 votos, pero antes deben congeniar sus intereses y alinear a ciertas individual­idades.

De partida, los republican­os ya pusieron un veto a la diputada de Demócratas, Joanna Pérez, quien es la carta de su partido, de la UDI, RN y Evópoli para presidir la Cámara. Sin embargo, en la derecha están consciente­s de que sin Demócratas (bancada integrada por 6 legislador­es) no existe ninguna chance de ganar la elección de la Cámara.

Si se destraba el nombre de Pérez o se levanta una alternativ­a aceptable para Demócratas, el bloque opositor podría llegar a 74 apoyos para competir por la presidenci­a de la Cámara. A ellos se sumaría el presidente de Amarillos, Andrés Jouannet, y el independie­nte Francisco Pulgar, quien está en conversaci­ones con Demócratas.

No obstante, Pulgar en las últimas elecciones de mesa, siempre ha sido un voto difícil de amarrar. Lo mismo ha ocurrido con Enrique Lee (independie­nte del grupo socialcris­tiano), con Miguel Ángel Calisto (indep. Demócrata) o con ciertos legislador­es de RN que sorpresiva­mente se han ausentado de estas jornadas de votación por problemas personales. ●

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► La Cámara renovará a sus autoridade­s a mediados de abril.

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