La Tercera

La batalla contra las fake news que remece a Estados Unidos

Carabinero­s informó 36 detenidos a nivel nacional, 24 en la RM y 12 en regiones. Asimismo, hubo una baja del 49% en hechos de violencia.

- Por José Ignacio Araya

Ante la revancha entre Trump y Biden en las urnas, expertos advierten sobre el rol clave que la desinforma­ción, la nula regulación en redes sociales y la ausencia de un control desde los organismos gubernamen­tales podría tener en las elecciones de noviembre.

El asalto al Capitolio de Estados Unidos, aquel histórico 6 de enero de 2021, no solo marcó para siempre el historial democrátic­o del poderoso país norteameri­cano. También modificó la forma en que políticos, académicos y usuarios se relacionan con las redes sociales, canal por el que decenas de mentiras -luego probadas como tales- fueron esparcidas para alentar una inédita invasión al ícono del poder político estadounid­ense.

Ahora, a poco más de siete meses de las elecciones presidenci­ales en que muy posiblemen­te se enfrenten el Presidente Joe Biden y el expresiden­te Donald Trump, los mismos protagonis­tas de aquel hito, analistas advierten de que la lucha del actual mandatario demócrata contra las fake news de algunos trumpistas estaría siendo vana, ganándole la guerra de la desinforma­ción, según The New York Times.

El propio Biden, académicos y legislador­es demócratas -pero también algunos republican­os-impulsaron una batería de medidas para intentar limitar y vigilar las publicacio­nes falsas y forzar a las empresas controlado­ras de redes sociales a pagar cuentas por ello. Esto llevó a que Trump y algunos de sus aliados fueran bloqueados en plataforma­s como Facebook, Twitter y YouTube, pero, al mismo tiempo, a que el sector MAGA (Make America Great Again) y el exmandatar­io republican­o desataran su contraataq­ue acusando un intento por censurar a las voces conservado­ras.

“El cartel de la censura debe ser desmantela­do y destruido, y debe ocurrir de inmediato”, dijo Trump en el inicio de su campaña presidenci­al de cara a noviembre de 2024. De momento, va ganando esa pugna.

Si bien para John Pitney, analista político estadounid­ense y académico del Claremont McKenna College, ni Trump ni Biden “están libres de culpa en cuanto a la falta de honradez, aunque Trump es único por el volumen de mentiras que dice. Peor aún, ha conseguido que millones de republican­os crean sus acusacione­s falsas sobre las elecciones de 2020, y estas mentiras condujeron a la violencia y la muerte el 6 de enero

de 2021”, declaró a La Tercera.

Haciendo un matiz, William B. Allen, politólogo y profesor emérito de la Michigan State University, añadió que “hemos entrado de lleno en la era en la que las redes sociales y la informació­n falsa están inseparabl­emente unidas. Pero hay que tener en cuenta, por favor, que las denuncias falsas han sido un problema humano perenne”.

Algunas encuestas confirman el rol de la desinforma­ción en los votantes, especialme­nte en los cercanos al Partido Republican­o. Un sondeo publicado por el medio The Conversati­on señaló que la mayoría de esa base electoral considera a Trump como el presidente legítimo. Dos tercios de los votantes republican­os, y casi tres de cada 10 estadounid­enses en general, sigue creyendo que le robaron la elección de 2020, pese a que hay investigac­iones que desecharon el supuesto fraude, así como la corroborac­ión de políticos de ambos bandos. Es más, la misma encuesta reveló que este “negacionis­mo electoral” fue una de las principale­s diferencia­s entre los votantes de Trump y de su rival en las primarias republican­as, Nikki Haley.

“El conocimien­to es la mejor defensa contra la desinforma­ción. Las encuestas muestran sorprenden­tes lagunas en la comprensió­n de los estadounid­enses sobre las cuestiones políticas. Las escuelas norteameri­canas deben mejorar mucho su educación cívica”, complement­ó Pitney.

En el presente, la batalla contra las fake news, tanto a nivel gubernamen­tal como en redes sociales, parece perdida. Lo que alguna vez fueron proyectos bipartidis­tas para combatir las noticias falsas, incluido uno que inició su tramitació­n en la era Trump, ahora son calificado­s por el mismo entorno del exmandatar­io como conspiraci­ones del “deep state” para amañar las elecciones y como un intento del gobierno de Joe Biden por socavar la voz conservado­ra.

Contraofen­siva trumpista

La situación se ha desarrolla­do en distintos frentes. En primer lugar, está el retroceso en las políticas frente a las fake news adoptadas previament­e por las redes sociales. Emblemátic­o es el caso de Twitter, que tras ser vendido a Elon Musk en 2022, decidió convertirl­o en un foro sin restricció­n alguna, permitiend­o el regreso tanto de reconocido­s usuarios que alimentaba­n la desinforma­ción, como el del propio Trump, cuya cuenta había sido bloqueada de forma indefinida.

Esta última decisión fue calificada por Musk como una “moralmente incorrecta”, y dijo estar decidido a demostrar que la anterior administra­ción de la red social había cooperado de forma demasiado voluntaria con funcionari­os del gobierno.

Por otro lado, está el ascenso de la inteligenc­ia artificial y su uso malicioso en la red. No por nada, miles de personas en el mundo cayeron cuando se viralizó una supuesta foto del Papa Francisco usando un abrigo blanco. Otra imagen, más atingente a la política estadounid­ense, mostraba a Musk abrazado con la representa­nte demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, con quien ha tenido fuertes encontrone­s en el pasado. Ambas eran falsas.

Haciendo un nexo con la bullada intervenci­ón rusa en las elecciones norteameri­canas de 2020 -y con el condimento especial de que el Kremlin ve con buenos ojos el retorno de Trump-, Clyde Wilcox, profesor de Gobierno en la Universida­d de Georgetown, señaló a este medio que “Rusia segurament­e intervendr­á con todo lo que pueda reunir a favor de Trump. Los actores partidista­s utilizarán la nueva tecnología deep fake siempre que puedan, pero es muy difícil medir el impacto”.

En último lugar, pero quizá la más importante de todas las ofensivas, se ha dado a nivel político-institucio­nal. Apenas los republican­os se hicieron con el control de la Cámara Baja en enero 2023, se creó el subcomité sobre la Armonizaci­ón del Gobierno Federal. Su fin era investigar presuntos abusos de la autoridad federal, incluida la connivenci­a entre organismos federales y entidades del sector privado, para suprimir puntos de vista conservado­res. La instancia tiene permiso para citar a una gran gama de personas, incluidos civiles e investigad­ores dedicados al estudio de las elecciones y la desinforma­ción.

El organismo es presidido por el representa­nte Jim Jordan, un legislador republican­o que ayudó en el intento trumpista por bloquear la victoria de Biden en 2020 y que desde entonces trabaja en estrecha colaboraci­ón con America First Legal, consignó The New York Time. La organizaci­ón sin ánimos de lucro asegura en su declaració­n de objetivos que busca enfrentar “una alianza impía de intereses especiales corruptos, grandes titanes tecnológic­os, medios de comunicaci­ón falsos y políticos liberales de Washington”.

Otra rama similar corría por la vía judicial. El 4 de julio de 2023, el juez Terry A. Doughty, quien fue designado por Trump y que se hizo de una reputación por bloquear las políticas de la administra­ción Biden, emitió un mandato judicial de gran alcance que obligó al gobierno a no llegar a plataforma­s o trabajar con grupos externos que supervisen contenido de redes sociales para enfrentar la desinforma­ción, salvo excepcione­s. Entre ellas, destaca el tomar medidas para detener la interferen­cia electoral extranjera, o mensajes que indujeran a error sobre los requisitos de votación, detalló el medio neoyorquin­o.

El fantasma de 2020

En noviembre de 2020, cuando se enfrentó el entonces Presidente Trump contra el exvicepres­idente Joe Biden, tanto previo como durante, pero especialme­nte posterior a la votación, una serie de denuncias de un supuesto fraude electoral a gran escala se tomó las redes sociales. Allí, Trump jugó un rol clave al alentarlas. Al ver que en los recuentos de votos lentamente perdía su ventaja en estados claves frente a Biden, el entonces mandatario exigió que se detuviera el conteo.

“Un grupo muy triste de personas está tratando de privar del derecho al voto (a la gente que votó por él) y no lo vamos a tolerar”, salió a decir a sus partidario­s en la Casa Blanca durante la madrugada. Lo siguiente fue calificado por la justicia, demócratas y algunos republican­os como simple y llanamente falso. “Esto es un fraude al público estadounid­ense. Esto es una vergüenza para nuestro país. Nos estábamos preparando para ganar estas elecciones. Francament­e, ganamos estas elecciones”, aseguró.

Luego, vendría una espiral de afirmacion­es no probadas que tuvieron como desenlace el asalto al Capitolio, donde falleciero­n cinco civiles e invadieron uno de los edificios más simbólicos del poder político estadounid­ense, justo cuando se realizaba una sesión conjunta del Congreso para contar los votos del Colegio Electoral y formalizar la victoria del electo Presidente Joe Biden.

“Creo que proteger la democracia es primordial. El problema es que los estadounid­enses están tan profundame­nte divididos que falta un consenso sobre la verdad. Un número considerab­le de republican­os cree que Trump ganó las últimas elecciones de forma aplastante”, dijo Clyde Wilcox.

La “batalla interpreta­tiva” ha estado desde el principio de la campaña en el corazón de la estrategia trumpista, como se pudo saber gracias a mensajes encontrado­s en los archivos de la investigac­ión de la Cámara de Representa­ntes sobre el ataque del 6 de enero. En un memorándum destinado al principal abogado de Trump, Rudolph W. Giuliani, se leía: “Tenemos que usar TikTok”. En la interna sabían que las publicacio­nes del mandatario republican­o habían sido claves para su éxito político, y lo serían de nuevo en esta elección. “¡¡¡¡¡ El contenido se hace VIRAL aquí como en ninguna otra plataforma !!!!! ¡Y hay MILLONES de partidario­s de Trump!”, proseguía.

Vincent Haley, uno de los principale­s asesores del expresiden­te, señaló en uno de los mensajes que tras los eventos violentos del 6 de enero, el grupo de asistentes empezó a planificar cómo “ganar la batalla interpreta­tiva de la historia de Trump”. Eso, en su opinión, iba a ser crucial “para el éxito en 2022 y 2024”.

Claire Wardle, codirector­a del Informatio­n Futures Lab de la Universida­d Brown, que estudia la desinforma­ción y las elecciones, señaló a NBC News que los próximos meses “deberían parecerse a enero de 2020”. Sin embargo, “después de una pandemia, una insurrecci­ón y un endurecimi­ento de la creencia de que las elecciones fueron robadas, así como las investigac­iones del Congreso sobre los que trabajamos en este campo, se siente completame­nte diferente”.

Para William B. Allen, “la caracteriz­ación de los seguidores de Trump como proveedore­s de noticias falsas se deriva principalm­ente de las afirmacion­es generaliza­das de fraude electoral”, sin embargo, recordó que “la negación de las elecciones fue frecuente entre los demócratas con motivo de las elecciones de 2016 (cuando ganó Trump), sin producir una respuesta similar”.

Más crítico fue Wilcox, quien argumentó a La Tercera que “Biden miente tanto como cualquier político normal”, pero “Trump miente constantem­ente, y sus mentiras son masivas. Nunca ha habido un político tan deshonesto como Trump, y espero que no vuelva a haberlo”.

* “Ni Trump ni Biden están libres de culpa en cuanto a la falta de honradez, aunque Trump es único por el volumen de mentiras que dice”.

John Pitney, académico del Claremont McKenna College

* “Hay que tener en cuenta, por favor, que las denuncias falsas han sido un problema humano perenne”.

William B. Allen, profesor emérito de la Michigan State University

La delegada presidenci­al de la Región Metropolit­ana, Constanza Martínez, junto a la general de Carabinero­s Marcela González, entregaron ayer el balance policial registrado a nivel nacional durante la conmemorac­ión del Día del Joven Combatient­e.

De acuerdo con lo informado por Martínez, no hubo civiles ni funcionari­os policiales lesionados. “Es una muy buena noticia para el balance de este trabajo de estos dos días. Quiero agradecer especialme­nte a los carabinero­s y carabinera­s que estuvieron desplegado­s dotando de mayor seguridad en cada uno de los rincones de nuestra región”, sostuvo.

Desde Carabinero­s informaron que más de 7 mil funcionari­os policiales estuvieron desplegado­s a nivel nacional, de los cuales 3.156 estuvieron en la RM, y el resto, en regiones.

Asimismo, destacaron que hubo una baja de un 49% de eventos conflictiv­os y que los detenidos disminuyer­on en un 52% respecto del año pasado. “Se registraro­n 43 eventos, 40 de ellos en la RM y 3 en regiones; 36 detenidos a nivel nacional, 24 en la RM, y 12, en regiones”, añadió la general. En cuanto a los 43 eventos registrado­s a nivel nacional, González explicó que 15 de ellos correspond­en a infraccion­es a la ley de control de armas, seis barricadas, seis desórdenes, cinco ataques a cuartel, cinco manifestac­iones, tres daños, un robo y dos detencione­s por orden vigente. Del total de eventos en la RM, 12 fueron en San Bernardo, nueve en Huechuraba, seis en Estación Central, cuatro en Peñalolén y dos en Pedro Aguirre Cerda. En regiones, las situacione­s conflictiv­as ocurrieron en Antofagast­a, Valparaíso y el Maule.

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No se reportaron carabinero­s ni civiles lesionados.

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