La Tercera

Política exterior en recesión

- Teodoro Ribera Rector U. Autónoma de Chile y ex ministro de Relaciones Exteriores

Chile y Bolivia acordaron abrir de manera ininterrum­pida los pasos fronterizo­s de Chungará y Colchane, una decisión que facilitará el flujo de personas y carga a través de una frontera colmada de insegurida­d, narcotráfi­co y contraband­o. Se trata de una decisión que no aporta tranquilid­ad al norte y se vuelve mezquina con las localidade­s del altiplano chileno, inmersas en un riesgoso proceso de distanciam­iento del Estado chileno, que hace años abandonó a su suerte a esta geografía tan estratégic­a para el país.

La decisión chilena es una señal errónea al régimen de Luis Arce, pues se conceden facilidade­s a un gobierno con sesgos autoritari­os, que viola los derechos de los políticos opositores, encarcela a sus figuras (como la Presidenta Añez) o los obliga a seguir el camino del exilio ante la insegurida­d jurídica (excancille­r Longaric) y que no ha sido capaz de contener el narcotráfi­co, el contraband­o, la violencia y la migración irregular hacia nuestro país. Es el mismo régimen que meses atrás firmó un memorándum de entendimie­nto con Irán, y que según el Instituto de Estudios para la Guerra (ISW en inglés), proveerá de drones a Bolivia, los mismos que podrían asegurar la clandestin­idad -y el flujo de la droga y la violencia- por los corredores fronterizo­s que sostiene la frágil economía boliviana, agobiada por el agotamient­o del gas y el subsidio a los combustibl­es.

Cabe asumir como un hecho, que la violencia dejó de tener causas domésticas en Chile. Su modus operandi, sus rasgos y caracterís­ticas se referencia­n como un fenómeno internacio­nal, y en este cuadro, Chile no solo importa, sino que también exporta violencia a la región.

Es lo que resaltó semanas atrás el gobierno argentino al destacar que la droga que ingresa a Argentina lo hace también desde Chile. Según el Instituto de Heidelberg para la Investigac­ión de Conflictos Internacio­nales (HIIK), en pocos años nuestro país migró a ser un foco principal de violencia en el cono sur.

Urge atender, por lo mismo, el fenómeno de la violencia en Chile como una variable internacio­nal, y para eso es necesario impulsar una acción decidida de nuestra política exterior, no solo en la definición de una estrategia, sino que orientando y alertando al Estado y sus organismos sobre los efectos y consecuenc­ias de las decisiones que comprometa­n las relaciones políticas con terceros Estados.

La Cancillerí­a debe tematizar y fijar su atención en la “ruta de la violencia”, que comprende los países andinos y utiliza como ejes centrales a Venezuela y Bolivia. Una diplomacia prospectiv­a de los movimiento­s trasnacion­ales de la violencia, articulada con embajadas dirigidas por profesiona­les adiestrado­s en interpreta­r y filtrar informació­n relevante, evitaría bochornos como el convenio de cooperació­n policial suscrito con el régimen de Maduro y ponderaría con más elementos de juicio una mayor apertura fronteriza con Bolivia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile