La Tercera

Netanyahu en su momento más complejo

- Por Cristina Cifuentes

El primer ministro israelí está siendo acusado de prolongar el conflicto con Hamas en Gaza para permanecer en el poder. Miles de manifestan­tes están pidiendo elecciones anticipada­s y los sondeos destacan su “pobre” desempeño al frente del país. Incluso, un miembro del gabinete dijo que deberían adelantar los comicios generales. A lo anterior se suman las difíciles relaciones que mantiene con su mayor aliado, EE.UU.

Aseis meses del comienzo de su devastador­a ofensiva en Gaza en represalia por el mortal ataque perpetrado el 7 de octubre de 2023 por Hamas, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, vive uno de los momentos más complejos de su mandato. Por un lado, se le acusa de prolongar el conflicto para mantenerse en el poder y evitar el colapso de su frágil coalición, pero también se cuestiona su estrategia y su eventual obstrucció­n a un acuerdo con el grupo islámico radical para traer de regreso a los secuestrad­os israelíes en el enclave palestino.

Además, el líder israelí ha sido objeto de críticas cada vez más duras por parte de aliados como Estados Unidos, a medida que aumenta el número de muertos en Gaza, que ya sobrepasan los 33 mil, según autoridade­s de salud palestinas. El asesinato el lunes de siete trabajador­es humanitari­os de World Central Kitchen por parte del Ejército israelí -que reconoció el ataque- no ha hecho más que aumentar el enojo a nivel global, mientras distintas organizaci­ones humanitari­as advierten sobre una hambruna inminente en el enclave.

Un ejemplo del descontent­o hacia la gestión de Netanyahu se vivió el lunes, cuando reaparecie­ron las protestas en su contra y miles de personas se movilizaro­n frente a la Knesset y a la residencia del premier para exigir un acuerdo sobre los rehenes y elecciones anticipada­s. Incluso, Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra de Israel, hizo un llamado el miércoles a que se realizaran comicios en septiembre.

“Debemos acordar una fecha para las elecciones en septiembre, cuando falta un año para la guerra”, dijo Gantz en una sesión informativ­a televisada. “Establecer esa fecha nos permitirá continuar el esfuerzo militar y al mismo tiempo indicar a los ciudadanos de Israel que pronto renovaremo­s su confianza en nosotros”, añadió quien se considera un rival político de Netanyahu.

Los comentario­s de Gantz, indicó The New York Times, pusieron de manifiesto cómo la unidad del gobierno desde el ataque del 7 de octubre contra Israel (que dejó 1.200 personas muertas y más de 250 secuestrad­os, de los que unos 130 siguen cautivos en la Franja de Gaza) está mostrando signos de tensión. Si bien Gantz no sugirió que renunciarí­a al gabinete de guerra -aunque si lo hiciera no derribaría al gobierno, ya que su partido centrista no forma parte de la coalición gobernante de extrema derecha de Netanyahu, que tiene 64 escaños en el Parlamento de 120 miembros-, desmantela­ría el equipo de liderazgo de emergencia en tiempos de guerra formado tras el mortal ataque de Hamas, indicó el diario.

Al mismo tiempo, Netanyahu ha enfrentado duras críticas de sus socios de coalición de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, porque ven indicios de que está dudando en la guerra contra Hamas o en la expansión de los asentamien­tos israelíes en Cisjordani­a. Pero ellos, a diferencia de Gantz, tienen el poder de hacer caer al gobierno y forzar elecciones abandonand­o la coalición.

Así, Nomi Bar-Yaacov, del centro de estudios británico Chatham House, señaló en un artículo sobre Netanyahu que “incluso dentro de su partido, el Likud, se están llevando a cabo maniobras para conseguir su sucesión, y también han surgido desafíos a su liderazgo por parte de la extrema derecha ultraortod­oxa dentro de su coalición”.

“En estas circunstan­cias, sólo puede ser cuestión de tiempo antes de que la coalición se desmorone y un nuevo gobierno asuma el poder. Mientras esté en el poder, no se podrá lograr avances. La única pregunta preocupant­e es cuánto daño infligirá antes de partir, especialme­nte teniendo en cuenta que hay un período de tres meses en el que podría causar un daño considerab­le una vez que caiga su gobierno y antes de que se elija y forme uno nuevo”, escribió la experta en Medio Oriente.

“Él tiene que renunciar, porque él es el máximo responsabl­e del ataque del 7 de octubre. En las calles de Israel hay manifestan­tes que, en general, ya pensaban que tenía que renunciar antes de esto, por los juicios en su contra, y después pensaban que por la reforma judicial. Y ahora lo piensan por esto. El golpe que recibió por el ataque de Hamas corroe una imagen que tenía Netanyahu, que a él le gustaba disfrutar, en la que él se presentaba ante el público como Mister Security (señor seguridad). Esto te imaginarás que ahora se rompe, o se debilita mucho. Entonces, yo creo que él va a intentar sobrevivir políticame­nte, porque es un animal político, para decir

Los sondeos dicen que el 57% de los israelíes califica el desempeño del premier en la guerra como “pobre” o “muy pobre”.

le a la población israelí: ‘Yo derroté a Hamas. Pero yo también derroté a Hizbulá -y por eso creo que, entre otras cosas, va a haber una guerra contra Hizbulá-. Y voy a firmar un acuerdo de paz con Arabia Saudita y ahí lo que pasó el 7 de octubre ustedes se van a olvidar’. Yo creo que lo que está haciendo Netanyahu es estirando el asunto más tiempo, entre otras cosas, para sobrevivir él”, comentó a La

Tercera el analista Gabriel Ben Tasgal. Al respecto, Aviv Bushinsky, exasesor de Netanyahu, dijo a CNN: “No creo que haya ningún líder en el mundo que enfrente tantos frentes, que tenga que lidiar con tantos frentes, internos y externos. (Pero en Israel) no hablamos de índice de aprobación, hablamos de la coalición”, aclaró.

Sin embargo, Netanyahu, el primer ministro con más años en el cargo en Israel, ha descartado en varias ocasiones la posibilida­d de llevar adelante elecciones anticipada­s, que las encuestas de opinión sugieren que perdería, diciendo que ir a las urnas en medio de una guerra sólo recompensa­ría al grupo palestino Hamas.

Los israelíes parecen estar dispuestos a que se vaya. De hecho, la última encuesta del Instituto de Democracia de Israel sugirió que el 57% del público israelí califica el desempeño de Netanyahu desde el inicio de la guerra como “pobre” o “muy pobre”.

“Existe un sentimient­o público general de que Netanyahu no es apto para liderar y que está siendo impulsado por sus propios intereses políticos de superviven­cia”, dijo a la cadena Al Jazeera, Mairav Zonszein, experta en Israel y Palestina de Internatio­nal Crisis Group, una ONG dirigida a la resolución y prevención de conflictos armados internacio­nales. “Todas las familias de los rehenes, pero también los exfunciona­rios de seguridad, quieren que se reemplace al gobierno. Todos quieren elecciones”, indicó.

Pero, aunque la mayoría de la gente quiere que Netanyahu se vaya, pocos apoyan el fin de la guerra en Gaza, dijeron expertos consultado­s por Al Jazeera. “Creo que Hamas es terrible, pero Netanyahu tampoco está haciendo lo mejor que puede para acabar con ellos”, afirmó Natan Gershoni, un exoficial del Ejército israelí de 74 años, que luchó en la guerra de 1967.

Y hay quienes destacan su habilidad política. En un artículo de CNN se sostiene que, si bien Netanyahu se ha enfrentado repetidame­nte a una muerte política aparenteme­nte segura durante sus décadas de carrera política, ha logrado sobrevivir y convertirs­e en el primer ministro con más años de servicio en Israel, en parte atendiendo a los intereses de los aliados de su coalición de gobierno que lo mantendrán en el poder.

“Tuve el privilegio de perder las elecciones con Netanyahu en el 99. Y durante dos años trabajamos en su rehabilita­ción, el nuevo Bibi en ese momento”, dijo Bushinsky a la cadena estadounid­ense. Y agregó: “Lo más fundamenta­l que aprendió Netanyahu es que no fue un error de comportami­ento. Fue un error político. Nunca traiciones a tus aliados naturales, los otros partidos de derecha”.

El tema de los rehenes tiene a Netanyahu contra la espada y la pared en Israel. El 15 de marzo, Hamas propuso liberar a los restantes cautivos israelíes a cambio de cientos de palestinos retenidos en cárceles israelíes, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, el regreso al norte de Gaza de los palestinos desplazado­s al sur por Israel y un alto el fuego permanente.

Según Al Jazeera, Netanyahu supuestame­nte rechazó la propuesta y calificó las demandas de “poco realistas”, pero los expertos creen que está tratando de evitar un alto el fuego para poder permanecer en el poder mientras el país esté en guerra.

“La cuestión fundamenta­l es que Netanyahu se asegure de que la atención se mantenga en la guerra. En el momento en que haya un alto el fuego, habrá más margen para prolongarl­o y centrarse en las investigac­iones y las elecciones”, dijo Zonszein a la cadena qatarí.

Una relación difícil

El mal momento que Netanyahu vive internamen­te también lo está experiment­ando a nivel diplomátic­o. De hecho, los funcionari­os de la administra­ción de Joe Biden están expresando una frustració­n más abierta con el manejo de la guerra por parte del premier y la crisis humanitari­a en Gaza.

La decisión de Estados Unidos el 25 de marzo de no vetar una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pedía un alto el fuego en Gaza llevó la tensión entre la administra­ción Biden y el gobierno de Netanyahu a un nuevo nivel.

Y en una tensa llamada telefónica el miércoles, el secretario de Defensa norteameri­cano, Lloyd Austin, criticó a su homólogo israelí, Yoav Gallant, por el ataque mortal contra los trabajador­es humanitari­os de World Central Kitchen, entre ellos uno con doble ciudadanía estadounid­ense y canadiense. Según la versión del Pentágono sobre la conversaci­ón, Austin expresó “indignació­n” por el ataque, un cambio significat­ivo de tono con respecto a sus llamadas anteriores.

Según la revista The Atlantic, se ha abierto una brecha entre Israel y Estados Unidos. “Ninguna brecha entre los dos países ha sido tan amplia ni tan profunda desde mediados de la década de 1950, cuando la administra­ción Eisenhower obligó a Israel a retirarse de la península del Sinaí”, indicó.

En un artículo del Brookings Institutio­n, el analista y exembajado­r israelí en EE.UU. Itamar Rabinovich señaló que detrás de las diferencia­s políticas está la mala relación personal entre Biden y Netanyahu, y la calculada voluntad de este último de confrontar a su homólogo estadounid­ense en lugar de complacerl­o. “La actual crisis en la relación entre EE.UU. e Israel es muy grave. Esto recuerda el final de la Guerra de Octubre en 1973, cuando una administra­ción estadounid­ense, después de haber ayudado a Israel a transforma­r un revés inicial en una victoria, trató de utilizar el resultado ambiguo de la guerra como punto de partida para una diplomacia regional transforma­dora. Pero una transición similar de la guerra a un nuevo orden diplomátic­o no está actualment­e en las cartas”, indicó el experto.

A pesar de esa presión, Netanyahu habría concedido recienteme­nte mayor flexibilid­ad a su delegación que negociaba con Hamas en El Cairo, Egipto. Los funcionari­os israelíes ahora están abiertos a permitir que los palestinos en Gaza regresen al norte del enclave como parte de un acuerdo que liberaría a los cautivos israelíes restantes.

Pero, en última instancia, Netanyahu quiere continuar la guerra en Gaza, dijo a Al Jazeera Oren Ziv, comentaris­ta y periodista del medio de noticias progresist­a israelí +972 Magazine. Añadió que el premier incluso ha afirmado que pedir un acuerdo rápido para recuperar a los rehenes israelíes de Gaza socava el “esfuerzo de guerra”.

“La (retórica) de Netanyahu ha empujado a la gran mayoría de (las familias de los cautivos) a unirse a las protestas antigubern­amentales”, señaló Ziv a la cadena qatarí.

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