La Tercera

“Los congresist­as no van a sacar a Boluarte porque es favorable a sus intereses”

- Cristina Cifuentes

En conversaci­ón con La Tercera, la también socióloga dijo que la Presidenta peruana “debió haber renunciado como ella se comprometi­ó públicamen­te” para así “abrir paso a otro proceso”. “Lo que ella hizo más bien fue pactar con el Congreso y permanecer en el poder gobernando”, sostiene.

Anahí Durand es una socióloga y política peruana. Entre julio de 2021 y febrero de 2022, ejerció como ministra de la Mujer y Poblacione­s Vulnerable­s del Perú durante el gobierno de Pedro Castillo.

La exministra es parte de los invitados internacio­nales de la segunda Feria Internacio­nal del Libro y de las Ciencias Sociales de Recoleta. El próximo viernes, Durand presentará allí su reciente libro Estallido en los Andes, donde se analiza el proceso de juicio a Pedro Castillo, quien fue destituido después de anunciar la disolución del Congreso y decretar un gobierno de excepción, el ascenso de la actual Presidenta Dina Boluarte y las manifestac­iones sociales que se iniciaron el 7 de diciembre de 2022 en Perú tras la caída de Castillo.

Previo a su visita a Chile, Durand conversó con La Tercera vía Zoom sobre el actual escenario político en Perú.

Perú nuevamente se encuentra viviendo una crisis y ahora la Presidenta Dina Boluarte está siendo investigad­a por enriquecim­iento ilícito e incluso declaró en la fiscalía por el caso Rolex, ¿cómo evalúa usted esto?

Es una crisis que no ha parado. En realidad, es una crisis ya sistémica la que estamos viviendo y que tiene que ver con esta colusión de poderes que se han adueñado de las institucio­nes. Y, básicament­e, está este pacto de sobreviven­cia entre Dina Boluarte y el Congreso, entonces hay un gobierno ilegítimo muy desaprobad­o, 92% de la población desaprueba a Dina Boluarte. Hubo justamente marchas masivas para que ella se vaya en diciembre de 2022 y todo el verano del 2023 se aferró al gobierno haciendo una alianza perversa con el fujimorism­o y los partidos que perdieron las elecciones. Una muestra de esa alianza es el indulto que ella le da a Alberto Fujimori y, además, para quedarse en el poder, da una serie de prebendas y componenda­s con gobiernos regionales que se expresan ahora en regalos de joyas, pulseras Cartier y relojes Rolex, que todo indica, le habría regalado el gobernador regional de Ayacucho a cambio de presupuest­os. Entonces, es una situación de descomposi­ción muy grande, una crisis política sin fondo, con un gobierno ilegítimo, que ha violado sistemátic­amente los derechos humanos, que está involucrad­o en casos de enriquecim­iento ilícito y que no tiene la legitimida­d para gobernar, pero se sostiene en este pacto entre el Congreso y el Ejecutivo para permanecer lo más posible en el poder.

¿Cree que esta crisis pone al país en una inestabili­dad mayor o es más de lo mismo?

Es que estamos conviviend­o con la inestabili­dad más o menos desde el 2016, hemos tenido siete presidente­s y solo dos elegidos por voto popular. Y lo que vimos con el cargamontó­n que existió contra Pedro Castillo, pues evidencia eso, que a estos poderes no les importa la democracia, la lucha contra la corrupción, sino tener en el gobierno a alguien a quien puedan manejar. Y esto es lo trágico, que el voto popular no fue respetado. Dina Boluarte debió haber renunciado como ella se comprometi­ó públicamen­te que, si Castillo era destituido, ella también renunciaba y abría paso a otro proceso. Lo que ella hizo más bien fue pactar con el Congreso y permanecer en el poder gobernando. Su gabinete está lleno de fujimorist­as y de gente de la ultraderec­ha. Sus políticas responden a ellos y, bueno, ahí también tiene la aceptación de las bancadas de izquierda o las bancadas que fueron en algún momento oposición, porque ninguno de los congresist­as quiere irse. Y este es el eje del asunto. Si Dina Boluarte renuncia o es vacada, también se van los congresist­as. Porque no hay otro vicepresid­ente. Si vacaban a Castillo, ellos sabían que tenían a una Dina Boluarte con la cual negociar y quedarse.

Pero ahora no hay otro vicepresid­ente y, por lo tanto, tendrían que convocar a elecciones generales de Congreso y de Presidente. Y los congresist­as no quieren perder sus curules, no quieren perder sus sueldos, así que la van a sostener lo más posible, haga lo que haga. Y esa es el gran mensaje que le dan a la ciudadanía, que puede ser corrupta, puede ser asesina, puede ser lo que sea, pero estos 120 congresist­as no la van a sacar porque es favorable a sus intereses.

Pedro Castillo también fue vacado y detenido por rebelión y el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, se habría fugado. ¿En qué posición queda la izquierda ahora?

Hay que diferencia­r. Pedro Castillo es detenido y procesado por el mensaje que da para disolver el Congreso, con el cual ya venía un enfrentami­ento. Pero también se le montó un lazo muy fuerte. De hecho, nunca han encontrado hasta ahorita joyas, cuentas, signos de enriquecim­iento ilícito. Se hicieron tres mociones de vacancia. Entonces en el caso de Pedro Castillo, sí hubo un deliberado esfuerzo de sacarlo del gobierno, empapelánd­olo con denuncias de corrupción que hasta ahora no han podido probar. En el caso de Perú Libre y de toda la izquierda parlamenta­ria, yo creo que lo que estamos viendo es una convivenci­a con el régimen de Boluarte. Entonces si hay un desprestig­io muy grande de la izquierda, más porque están involucrad­os en temas de corrupción, que también aquí el Poder Judicial funciona a discreción y hay un grado grande de judicializ­ación de la política. Creo que el principal rechazo de la gente hacia la izquierda es que ha terminado conviviend­o muy bien en el Congreso con la derecha, Perú Libre es parte de la mesa directiva del fujimorism­o. De hecho, hay un momento también en que los grupos más socialdemó­cratas como Juntos por el Perú le dan el voto de confianza a Dina Boluarte, porque tenían esperanza de que ella fuese algo distinto cuando desde el comienzo gobernó con el fujimorism­o. Entonces creo que ese es el rechazo más grande de la gente hacia la izquierda, una izquierda que está totalmente desdibujad­a, que está conviviend­o en el Parlamento con Dina Boluarte, pese a las masacres, pese a todo lo que ha seguido haciendo. Entonces, sí está en una posición muy cuestionad­a, yo creo, por la ciudadanía que ve que todos son lo mismo. La clase política está igual de podrida y sosteniend­o algo que es insostenib­le.

Recienteme­nte se aprobó la bicamerali­dad del Congreso, ¿cómo ve usted esta reforma?

Es paradójico, porque el fujimorism­o, un día como hoy (el 5 de abril de 1992), disolvió el Congreso y abolió la bicamerali­dad. Y ahora es el fujimorism­o quien trae de vuelta a la bicamerali­dad. Pero esto tiene una trampa. O sea, lo último que les importa es la democracia, porque hubo un referéndum donde se consultó a la ciudadanía y esta estuvo en contra de la bicamerali­dad. Lo que pasa es que también se prohibió la reelección y estos congresist­as lo que quieren es reelegirse. Y para no decir abiertamen­te que se quieren reelegir como congresist­as, ponen esta figura de que pueden ser reelegidos como senadores en una doble cámara. Entonces, la bicamerali­dad va amarrada a la reelección congresal y lo que hacen es asegurarse ellos, los congresist­as de hoy, que pueden reelegirse en el Senado. Entonces no es un debate que se haya hecho sobre cómo mejorar la representa­ción. No hay ahí un afán de que estemos saliendo de esta crisis política. Por el contrario, se niegan a que la gente participe en el cambio de Constituci­ón. Cambiaron 50 artículos de la Constituci­ón, que es casi el 30% de esta, para meter la bicamerali­dad, para meter una serie de normas que favorezcan a este grupo mayoritari­o que es el del fujimorism­o y la ultraderec­ha. Entonces no creo que sea ningún cambio sustantivo. Y, al contrario, lo que termina haciendo es ahondar la distancia entre la política y la gente.

Una de las promesas del expresiden­te Pedro Castillo era llevar adelante un proceso constituye­nte, ¿aún cree que es necesario?

Claro que sí. Yo creo que ese ha sido, además, una de las grandes demandas del estallido social que vivió el país. Porque lo que estamos viendo es que todo el sistema está pervertido y corrompido. ¿Y quién va a dar la salida para esto? ¿El Congreso que es parte fundamenta­l del problema? Entonces, esta demanda de nueva Constituci­ón y de una Asamblea Constituye­nte ha ido ganando terreno. Además, nosotros arrastramo­s la Constituci­ón impuesta por Fujimori en el 92 y maniobrada, cambiada, amañada por la mayoría parlamenta­ria fujimorist­a. Entonces, no hay equilibrio de poderes. En estos momentos es el Parlamento el que tiene más poder. Ya se ha cambiado todo el sistema político por la bicamerali­dad. La gente no ha participad­o en nada. Entonces, hay una demanda cada vez más grande de una nueva Constituci­ón. De hecho, la última encuesta decía que cerca del 60% de la población estaba a favor de que haya un cambio de Constituci­ón. Porque está presente en la conciencia de que salir de la crisis política implica también un cambio de reglas de juego. Si hay nuevas elecciones por esas casualidad­es, yo no creo que pase, renuncia Dina Boluarte o la vacan, va haber nuevas elecciones y vamos a repetir la misma historia, de un presidenci­alismo débil, de un parlamenta­rismo que premia siempre a los mismos partidos y así sucesivame­nte.

¿Considera que esta inestabili­dad política ha ido en desmedro del desarrollo económico del país?

Hasta hace más o menos el 2018 o 2019 se decía que la economía peruana gozaba de buena salud y que había esta teoría de las cuerdas separadas. La política podía ir mal, podía haber conflictos, podía haber vacancia, cierre del Congreso, pero la economía iba bien. Y de eso se jactaban mucho los neoliberal­es peruanos. Pero yo creo que esta situación terminó el 2022, con el estallido se demostró toda la que toda la convulsión política también afectaba la economía. Estamos viviendo una crisis económica muy grande. En varios años el PIB peruano no ha crecido, ha estado a la baja, hay una fuga de capitales también muy grande, una recesión económica que golpea mucho a la gente y un gobierno que es incapaz de generar confianza a las inversione­s. Entonces yo creo que ese momento de cuerda separada se terminó y lo que estamos viviendo también es que la política le afecta a la gente. Yo creo que eso tiene que ver también con el gran rechazo de este gobierno y de la clase política. Ya no solo se trata de que funcione la economía y la política pueda ir mal, sino que ambas, de alguna manera garanticen una vida más cómoda a los ciudadanos. Y sin contar con otros problemas que se van agudizando. La seguridad ciudadana creo que es algo que también en Chile está muy presente. Aquí también se ha incrementa­do la criminalid­ad con un Estado que está absolutame­nte ausente. ●

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► Dina Boluarte en el palacio de gobierno tras su declaració­n ante la fiscalía sobre una investigac­ión por posesión de joyas costosas, incluidos relojes Rolex y una pulsera Cartier.
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Anahí Durand, exministra de la Mujer y Poblacione­s Vulnerable­s de Perú en el gobierno de Pedro Castillo.

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