La compleja travesía del embajador Gazmuri en Venezuela
El representante diplomático chileno en Caracas ya lleva casi 11 meses en el cargo. Sin embargo, su estadía en el país liderado por Nicolás Maduro no ha sido fácil, según transmiten en el sector. La Comisión de Relaciones Exteriores, de hecho, lo citó para este martes para abordar los cuestionamientos de la oposición venezolana al proceso eleccionario en ese país.
La próxima semana el embajador de Chile en Caracas, Venezuela, Jaime Gazmuri (Partido Socialista), aterrizará en Chile. Será porque pidió días libres de su responsabilidad diplomática y no por los insistentes llamados desde el mundo político para que entregue respuesta sobre la situación del país que preside Nicolás Maduro ante las dudas que ha dejado el nuevo proceso eleccionario. Aunque, de todas formas, es probable que se reúna con el canciller Alberto van Klaveren.
La decisión del gobierno de designar un embajador en Caracas, después de seis años de vacancia, no ha tenido los resultados que el Ejecutivo esperaba, pese a que aún defienden la decisión por el trabajo en materia de seguridad y migración -con foco en la expulsión de inmigrantes irregulares-.
Es que los reclamos de la oposición venezolana, liderados por María Corina Machado, en la antesala de las elecciones del próximo 28 de julio, han dejado en una posición compleja al representante diplomático chileno.
“Como gobierno hemos buscado colaborar para que haya un encauzamiento democrático y que las elecciones que deben realizarse este año cumplan con todas las garantías para todos los sectores políticos en Venezuela”, dijo el Presidente Gabriel Boric el 8 de marzo, quien además aseguró que el régimen de Maduro tiene una “deriva autoritaria” por las violaciones los derechos humanos.
Ante los cuestionamientos, desde la oposición chilena han presionado al Presidente para que llame a consulta a Gazmuri, tal como lo hizo con el embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal, en octubre pasado por la posición de Chile ante las denuncias de violaciones de derechos humanos ocurridas en la Franja de Gaza.
Este martes, de hecho, en la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados los integrantes decidieron citarlo vía telemática- para el próximo 9 de abril a las 15.00, sesión a la que también está invitado van Klaveren. “A fin de abordar la situación y denuncias respecto al proceso eleccionario que se llevará a cabo en Venezuela”, dice la convocatoria.
Con ese objetivo el presidente de la comisión, Tomás de Rementería (PS), estuvo en contacto con Gazmuri. Le escribió un mensaje de WhatsApp en la semana para preguntarle por la situación en Caracas y el jueves lo llamó para formalizar la convocatoria para el próximo martes.
Sin embargo, el embajador, según fuentes del sector, no participará en la instancia. Su ausencia, dicen las mismas fuentes, da cuenta de la complejidad de la situación con Venezuela y del poco margen que tiene Chile para influir.
Gazmuri ha conversado en varias ocasiones con algunos dirigentes del mundo diplomático y con personeros del sector, entre ellos con la senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic, y el senador José Miguel Insulza. Con ellos, de acuerdo a las mismas versiones, ha abordado la situación en Caracas.
Ya con casi 11 meses en el cargo, el diagnóstico no ha sido muy alentador: según conocedores de los diálogos, el representante diplomático ha transmitido que es muy difícil poder realizar acciones concretas y que el cargo tiene muchas limitantes por las diferencias políticas de ambos países.
La situación es tan delicada, creen algunos en el PS, que incluso deslizan la idea de que sería bueno que el embajador regrese a Chile de forma definitiva.
De todas formas, las mismas fuentes agregan que si bien la relación es compleja en Venezuela, Gazmuri ha logrado interlocución con todas las fuerzas políticas y sociedad civil de ese país.
El embajador, además, está constantemente informando sus pasos a la Cancillería que lidera van Klaveren. Por ejemplo, ha estado comunicando antecedentes sobre el proceso electoral que tendrá ese país, sobre la nota de protesta que hubo en su contra y también sobre las dificultades que ha enfrentado para la realización de consultas políticas con Venezuela.
A principios de marzo, por ejemplo, se iban a realizar algunas, pero por agenda no pudieron concretarse.
Gazmuri, pese a su experiencia política, ha evitado realizar entrevistas durante su estadía en Venezuela.
Las complicaciones
En medio de la crisis migratoria, el exsenador fue anunciado el 25 de mayo de 2023 como nuevo embajador en Caracas. Desde 2017 que Chile no era representado en Venezuela, cuando el cargo lo tuvo Pedro Felipe Ramírez. Desde ahí que la delegación nacional estuvo al mando de encargados de negocios.
Por ello, desde la Cancillería validan y mantienen la decisión de haber designado a un representante diplomático en Caracas, en uno de los países más complejos, más allá de los cuestionamientos. De hecho, aseguran que mantiene una comunicación fluida con van Klaveren y que su nombre fue propuesto por él.
Pero no ha sido fácil. En marzo, luego de que el gobierno hiciera un comunicado por la detención de dos integrantes de Vente Venezuela, partido de Machado, Gazmuri recibió una nota de protesta desde el gobierno encabezado por Maduro, a través del viceministro para América Latina de esa administración, Rander Peña, por la declaración del gobierno de Chile.
“Resulta inaceptable que obcecadamente insistan en inmiscuirse en asuntos internos de un país soberano”, manifestó la autoridad venezolana.
Además, debió lidiar con la tensión diplomática entre ambos países luego del secuestro y asesinato en Independencia del teniente (R) venezolano Ronald Ojeda, quien estaba en Chile en calidad de refugiado por ser opositor al régimen de Maduro.
El crimen puso en evidencia la fragilidad de la relación entre ambos países. Por un lado, obligó a las más altas autoridades a referirse al tema -como la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, quien es sindicado como el “número dos del Chavismo”-, pero también puso en duda los esfuerzos entre ambos países en materia de colaboración por crimen organizado.
En ese sentido, se cuestionó el viaje del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve (PS), en el que compartió con Gazmuri y firmó un acuerdo de colaboración que fue duramente criticado por la oposición, pero que aún no ha visto la luz, ya que desde Caracas no han dado el visto bueno.
En la derecha, en todo caso, siguen presionando por explicaciones respecto de ese acuerdo.
El embajador es vicepresidente del Foro Permanente de Política Exterior, en el que también participan el Presidente Gabriel Boric, el ministro van Klaveren, el representante de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés (PPD), y el exministro Carlos Ominami, con quien conversa de manera frecuente. ●
Este miércoles 10 de abril vence el plazo fijado por el Servel para que los partidos presenten sus propuestas en las primarias municipales, y por tanto, será el día que se sabrá cuáles son los pactos con los que comienza el nuevo ciclo electoral. Ese mismo día el eje de atracción de la política empieza lentamente a abandonar La Moneda y moverse hacia los partidos, las futuras candidaturas presidenciales y nuevas coaliciones.
Si bien el gobierno ya enfrentó tres elecciones durante su período, en todas las anteriores, para bien o para mal, era el protagonista. El plebiscito de septiembre de 2022 era, según el diseño de partida de la actual administración, el momento donde se destapaba el verdadero programa de cambios, las reformas profundas que iban a dejar atrás el Chile de las injusticias. El balde de agua fría configuró completamente al gobierno hacia adelante y significó el fin de la utopía de cambios profundos. La elección de consejeros del año pasado se constituyó en un plebiscito sobre la gestión gubernamental, en especial en seguridad, con un resultado favorable a los más duros entre los duros. La tercera elección estableció un límite a la derecha, y fue un respiro para el Ejecutivo, pues el triunfo de una nueva constitución liquidaba a la gestión actual.
Esta elección municipal y de gobernadores decide mucho a futuro, pero tiene poco peso en el devenir de las actuales autoridades, salvo que el día después de los resultados deben partir varios ministros y subsecretarios a contiendas electorales. La verdadera señal es que marcarán una futura elección presidencial donde nada está dicho. Si bien Matthei tiene una ventaja considerable sobre sus contrincantes, las contiendas anteriores muestran que la carrera definitiva es el último año y la actual alcaldesa suele meter las patas en las carreras presidenciales. Además de ello, en las municipales saldrán a resurgir nuevos liderazgos, ¿Qué pasa si Marcela Cubillos arrasa en la municipal de Las Condes y posterior a ello abre una caja de pandora como hizo la alcaldesa Merino en Vitacura? ¿Qué ocurre si el candidato elegido por la actual alcaldesa de Providencia pierde la elección o no tiene el apoyo cerrado de toda la derecha?
En el oficialismo ocurren situaciones similares. Los ministros que podrían tener proyecciones presidenciales no han logrado despegar y varios en los partidos miran con atención lo que pueda hacer Orrego en la gobernación de Santiago, o que ocurre en Maipú, con el fenómeno Vodanovic. También la pérdida de la mesa de la Cámara debilitará al comité político, complicando más a quienes tienen opciones presidenciales, y la idea de que Marcel pueda crecer como candidato presidencial es definitivamente peligrosa para su gestión. Buena parte de su prestigio se basa en la transversalidad de su gestión, y el respeto que genera en todos los espacios. Con su experiencia, no escuchará los cantos de sirena, a los que otros ministros de Hacienda anteriores inocentemente cayeron.
Así, todas estas interrogantes, empezarán a resolverse el miércoles donde se resolverán pactos y primarias, y comenzará el lento declinar del protagonismo de la actual administración. Por ello, es imperioso ocupar los últimos focos para impulsar el acuerdo de una reforma política que ponga freno a los díscolos y a la dispersión. La derecha, amenazada por Cubillos y otros que podrían aparecer, debiera ser el principal interesado en construir ese acuerdo con los actuales ministros de Palacio.