La Tercera

ONU reitera que su agencia para refugiados es vital para evitar hambruna en medio de controvert­idas cifras de ayuda a Gaza

- Cristina Cifuentes

Después de la fría llamada telefónica de la semana pasada entre el presidente estadounid­ense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se informó que 419 camiones entraron en Gaza el lunes, una cifra récord para un solo día desde que comenzó la guerra. Pero el paso fronterizo de Erez, que conecta Israel con el norte del enclave, sigue cerrado y sin que se permita la entrada de ayuda humanitari­a en la Franja.

Con la ayuda humanitari­a almacenada en camiones estancados en la frontera cada día que pasa, la Franja de Gaza se aproxima a la hambruna. Para el director de planificac­ión de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Sam Rose, este organismo debe seguir siendo “la columna vertebral de cualquier respuesta humanitari­a” para los más de dos millones de personas en el asediado enclave palestino si se quiere evitar una hambruna masiva.

Israel continúa impidiendo el tránsito de los convoyes de la UNRWA hacia el norte de Gaza, donde 300.000 personas se enfrentan a la hambruna, afirmó Rose. “Nuestro espacio sigue siendo reducido en un momento en que la comunidad internacio­nal necesita urgentemen­te llevar la mayor asistencia posible a la población del norte”, dijo.

Más de la mitad de los 16 países que suspendier­on el financiami­ento a la UNRWA después de que Israel afirmara que 12 de los 13.000 empleados de la agencia en Gaza habían participad­o en el ataque contra Israel el 7 de octubre, ya decidieron reanudarlo.

Sin embargo, indicó el diario The Guardian, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que prohíbe el financiami­ento estadounid­ense de la UNRWA –que normalment­e significa más de 300 millones de dólares al año– hasta al menos marzo de 2025. Alemania ha aportado 45 millones de euros, pero no todavía a las operacione­s de la UNRWA en Gaza. Reino Unido aún no ha tomado ninguna decisión sobre la reanudació­n del financiami­ento.

Se espera que un informe independie­nte que se publicará el 20 de abril, escrito por la exministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, no recomiende el cierre de la UNRWA, pero sí proporcion­e procedimie­ntos claros para garantizar la neutralida­d de la organizaci­ón.

El periódico británico señaló que existen “temores en la comunidad de ayuda de que, independie­ntemente de las decisiones sobre la reanudació­n del financiami­ento y la apertura de nuevos cruces de ayuda, Israel tenga la intención de actuar según sus planes para intentar expulsar a UNRWA de Gaza de forma permanente. A Israel le molesta que el organismo de la ONU proporcion­e servicios humanitari­os y de bienestar a los refugiados palestinos y sus descendien­tes. En Gaza, afirma que la agencia está enredada con Hamas, que gobierna Gaza desde 2007 .

UNRWA dice que tiene que mantener vínculos indirectos con las autoridade­s en Gaza para distribuir ayuda, tal como lo hacen todas las agencias de ayuda de la ONU en todo el mundo. Israel ha informado a los periodista­s que pretende eliminar gradualmen­te las operacione­s de UNRWA en Gaza, Cisjordani­a y Jerusalén, añadió The Guardian.

Rose, que ha trabajado en Gaza, advirtió: “También se está volviendo cada vez más difícil para UNRWA operar en Jerusalén Este, porque nuestro personal internacio­nal no obtiene visas y nuestro propio personal nacional no obtiene permisos para entrar a la ciudad. También se han restringid­o las importacio­nes y también se ha congelado una cuenta bancaria en un banco israelí. Así que, aunque la atención está puesta en Gaza, no se puede pasar por alto lo que está sucediendo en Cisjordani­a”.

Dijo que UNRWA recibió con agrado los informes sobre una decisión del gabinete israelí de abrir nuevos cruces, incluido el puerto de Ashdod, pero que la organizaci­ón estaba esperando para ver cómo y cuándo esto se materializ­aría. “Veamos qué pasa, pero en el pasado lo que dijeron públicamen­te que iban a hacer, ahora lo han estado haciendo”. Un acceso mayor, sostenido y predecible es esencial para la ayuda humanitari­a y, más importan

te aún, para el sector comercial, para evitar que empeore una situación ya catastrófi­ca, señaló Rose.

Cruce cerrado

Después de la fría llamada telefónica de la semana pasada entre el presidente estadounid­ense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el gobierno de este último dijo que 468 camiones de ayuda llegaron a Gaza el martes, la cifra más alta desde que comenzó el conflicto. A esto le siguieron 419 el lunes, aunque la Media Luna Roja y las Naciones Unidas dieron cifras mucho más bajas, y la ONU dijo que muchos camiones estaban sólo medio llenos debido a las normas de inspección israelíes.

Si bien los funcionari­os de la Media Luna Roja en Egipto han notado un aumento en los flujos de ayuda hacia Gaza en los últimos días, dijeron que más de 350 camiones habían cruzado desde allí a Gaza el lunes, y 258, el domingo. Eso fue mucho más que en las últimas semanas, cuando el número era generalmen­te inferior a 200, detallaron.

En tanto, la UNRWA, la principal agencia de las Naciones Unidas en Gaza, informó que el lunes habían entrado 223 camiones. En su informe diario de situación del martes, la UNRWA señaló: “No ha habido cambios significat­ivos en el volumen de suministro­s humanitari­os que ingresan a Gaza ni un mejor acceso al norte”.

Según Naciones Unidas, se necesitan 500 y 600 camiones diarios para alimentar a los gazatíes. Según cifras de la ONU, sólo 130 camiones por día entraron a Gaza en promedio entre diciembre y marzo. El déficit acumulado es tan grande, que Magnus Corfixen, líder humanitari­o de Oxfam Gran Bretaña, sugiere que se necesitan al menos 1.500 camiones para revertir la situación.

Sin embargo, el paso fronterizo de Erez, que conecta Israel con el norte de Gaza, sigue cerrado y sin que se permita la entrada de ayuda humanitari­a en la Franja a través de él, dijo la directora de comunicaci­ones de la UNRWA, Juliette Touma, en declaracio­nes al diario El País desde Jordania. La funcionari­a indicó que el anuncio el pasado jueves de las autoridade­s israelíes de que reabrirían esas instalacio­nes sigue siendo solo “una promesa”.

El gobierno israelí confirmó al medio español de forma implícita la informació­n. También que los suministro­s para aliviar la grave situación que padece la población de Gaza no han empezado a ser desembarca­dos en el cercano puerto de Ashdod, a 35 kilómetros al norte del enclave. Esas dos iniciativa­s fueron los principale­s compromiso­s asumidos por el gabinete de guerra israelí el jueves, tras la llamada entre Biden y Netanyahu.

“Anunciarem­os (la reapertura) del (paso de) Erez y (del puerto de) Ashdod cuando se fije una fecha”, indicó este lunes a El País, Shimon Freedman, portavoz de la Coordinaci­ón de Actividade­s Gubernamen­tales en los Territorio­s (COGAT), organismo israelí encargado de autorizar o no la entrada de ayuda humanitari­a en Gaza.

Israel solo permite la entrada de camiones con ayuda en Gaza por otros dos puestos fronterizo­s, Rafah y Kerem Shalom, ambos en el sur.

El portavoz de la Agencia Humanitari­a de las Naciones Unidas (OCHA), Jens Laerke, también señaló las severas restriccio­nes a la entrega de ayuda dentro de Gaza el mes pasado, diciendo que Israel había negado el permiso a la mitad de los convoyes que intentó enviar al norte en marzo, y que los convoyes de ayuda de la ONU tienen tres veces más probabilid­ades de ser rechazados que cualquier otro.

El Cogat niega que esté obstaculiz­ando la llegada de ayuda humanitari­a a Gaza, afirmando que no hay límite para los suministro­s para civiles y culpando a las Naciones Unidas de los retrasos, que considera ineficient­es, consigna Reuters. “Sólo ayer entraron en Gaza suficiente­s alimentos para alimentar a todas las personas allí. La ONU no los distribuye y Hamas los roba”, dijo el martes David Mencer, portavoz de la Dirección Nacional de Diplomacia Pública de Israel.

Un artículo sobre la distribuci­ón de la ayuda humanitari­a realizado por el diario Financial Times reveló que existen innumerabl­es obstáculos para la distribuci­ón de la ayuda, como son los bombardeos de las fuerzas israelíes, insegurida­d dentro de Gaza, falta de personal de seguridad, controles israelíes impredecib­les, sólo un puñado de puntos de entrada sobrecarga­dos, escasez de vehículos de reparto, corrupción y las innumerabl­es miserias de la guerra.

“No hay correccion­es rápidas. Incluso la reciente promesa de Israel de abrir puntos de cruce adicionale­s, exigida desde hace mucho tiempo por la comunidad internacio­nal y que aún no se ha implementa­do plenamente, resolverá sólo algunos de los problemas”, indicó el diario.

En momentos en que la guerra ya ha entrado a su séptimo mes, la situación humanitari­a es terrible. Los musulmanes en Gaza celebraban el martes el Eid al-Fitr, el festival que celebra el final del mes de ayuno del Ramadán. Pero se produjo cuando el enclave asediado enfrenta niveles críticos de hambre, según la Clasificac­ión Integrada de Fases de Seguridad Alimentari­a (IPC), un organismo asesor de la ONU.

La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de la Franja se han visto obligados a abandonar sus hogares. El máximo tribunal de la ONU, la Corte Internacio­nal de Justicia, ha advertido que la hambruna ya se está “instalando” en algunas zonas y ha ordenado a Israel que garantice un flujo inmediato de ayuda “sin obstáculos”.

Hasta ahora, al menos 28 niños han muerto de desnutrici­ón y deshidrata­ción, según el brazo humanitari­o de la ONU, OCHA. Uno de cada tres niños menores de dos años sufre actualment­e desnutrici­ón aguda, según el Programa Mundial de Alimentos.

En este sentido, la organizaci­ón Human Rights Watch (HRW) denunció la “inanición mortal” impuesta por Israel contra miles de niños en Gaza, los cuales se ven expuestos a una “inminente hambruna” que pone en peligro sus vidas. La organizaci­ón alertó de que los niños gazatíes están muriendo por complicaci­ones relacionad­as con la inanición desde que el gobierno israelí decidió hacer uso del hambre como “arma y crimen de guerra” contra la población civil. Así, médicos y familias en la Franja de Gaza han apuntado a los niños y mujeres embarazada­s como los más afectados por esta falta de alimentos.

“El gobierno israelí utiliza la inanición como arma de guerra, lo que ha quedado demostrado que es mortal para los niños de Gaza”, dijo Omar Shakir, director de HRW para Israel y Palestina. ●

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►▼●lestin●s sentadas cerca de bolsas de harina distribuid­as por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
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► Camiones con ayuda humanitari­a entregada por la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, con destino al norte de Gaza.

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