La Tercera

Cuatro elecciones presidenci­ales en los próximos cuatro meses

- Por Daniel Zovatto Daniel Zovatto es Global Fellow del Wilson Center. @zovatto55

En un año marcado por una ola inédita de elecciones en todo el mundo, con cerca de 80 procesos electorale­s en alrededor de 70 países, América Latina se encuentra igualmente inmersa en un intensa maratón electoral. Desde este mes de abril hasta finales de julio, la región llevará a cabo numerosos procesos electorale­s de diversa naturaleza cuyos resultados tendrán un fuerte impacto en el escenario político latinoamer­icano.

Ecuador inaugura esta frenética actividad el 21 de abril con una crucial consulta popular y un referéndum especialme­nte sobre temas de seguridad, cuyos resultados serán determinan­tes para la presidenci­a de Daniel Noboa. A este evento le siguen las elecciones generales en Panamá, del 5 de mayo, y las presidenci­ales y legislativ­as de la República Dominicana, el 19 del mismo mes. México acapara la atención central el 2 de junio con sus elecciones generales, seguidas, veintiocho días después, por las elecciones internas en Uruguay para definir las candidatur­as presidenci­ales. Finalmente, cerrando este frenético rally, el 28 de julio tendrán lugar las cuestionad­as “elecciones” presidenci­ales en Venezuela.

Además de estos cuatro meses de intensa actividad electoral, a principios de año se celebraron las elecciones presidenci­ales y legislativ­as en El Salvador, donde Nayib Bukele logró su reelección inconstitu­cional y su partido obtuvo un control absoluto de la Asamblea Legislativ­a. Para culminar el año, el 27 de octubre se llevarán a cabo las elecciones generales en Uruguay. A este apretado calendario electoral se suman las elecciones municipale­s que ya tuvieron lugar entre febrero y marzo en Costa Rica, República Dominicana y El Salvador, y las que están programada­s para octubre en Chile y Brasil. Por razones de espacio analizarem­os únicamente las cuatro elecciones presidenci­ales.

Panamá: 5 de mayo

La elección presidenci­al en el país canalero tiene lugar en una coyuntura caracteriz­ada por la incertidum­bre y una alta complejida­d política, económica y social. El expresiden­te Ricardo Martinelli, que venía liderando las encuestas, fue correctame­nte inhabilita­do por la justicia electoral por tener una sentencia en firme por lavado de activos (artículo 180 de la Constituci­ón). Actualment­e está asilado en la Embajada

de Nicaragua en Panamá, desde donde hace un activo proselitis­mo en favor del candidato que lo sustituyó, José Raúl Mulino, quien encabeza de momento todas las encuestas, aunque no hay seguridad de que pueda continuar en campaña debido a que existe un recurso de inconstitu­cionalidad en su contra ante la Corte Suprema de Justicia. No hay fecha definida de cuándo se podría pronunciar el alto tribunal ni qué decisión tomará. En segundo lugar, y a bastante distancia, 15 puntos, se ubican Martín Torrijos, Rómulo Roux y Ricardo Lombana, en un triple empate. La tradición de alternanci­a en el poder desde 1994, la mediocre gestión del presidente Cortizo y la baja intención de voto del candidato oficialist­a, José Gabriel Carrizo, sugieren como el escenario más probable una nueva alternanci­a.

República Dominicana: 19 de mayo

El proceso electoral se desarrolla en medio de un panorama político tenso. El presidente Luis Abinader, del Partido Revolucion­ario Moderno, busca la reelección con el objetivo de consolidar su liderazgo y afianzar las reformas iniciadas durante su primer mandato. La oposición, que no logró presentar una fórmula presidenci­al unificada de cara a la primera vuelta, tiene tres candidatos principale­s: el expresiden­te Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo; Abel Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana, y Miguel Vargas, del PRD, quienes buscan capitaliza­r el descontent­o popular y presentars­e como una alternativ­a viable al oficialism­o. Desde 2008 a la fecha, todos los presidente­s que buscaron la reelección la obtuvieron en primera vuelta. A la luz de la mayoría de las encuestas este pareciera ser el escenario más probable.

México: 2 de junio

La elección presidenci­al se presenta como un hito histórico en la política mexicana, con la posibilida­d de que el país elija a su primera presidenta. Claudia Sheinbaum, de la oficialist­a MORENA, de momento lidera por amplio margen las encuestas frente a Xóchitl Gálvez, de la coalición opositora “Frente Amplio por México”. Sheinbaum, exjefa de gobierno de Ciudad de México, respaldada activament­e por el presidente López Obrador, ha prometido continuar con su agenda de transforma­ción social y económica. Sin embargo, su gestión ha sido objeto de críticas en temas como seguridad pública y derechos humanos. Por su parte, Gálvez representa una alternativ­a para aquellos que desean un cambio en la dirección política del país, aunque su candidatur­a enfrenta el desafío de unificar a una oposición poco organizada. Sin embargo, la campaña electoral sigue girando en torno a López Obrador y las elecciones parecen un plebiscito sobre su figura y gestión. Hay que poner lupa asimismo en cómo quedará integrado el Congreso, tema clave que definirá las condicione­s de gobernabil­idad, y en los altos niveles de violencia política: 27 asesinatos políticos en los últimos 10 meses.

Venezuela: 28 de julio

La “elección” presidenci­al en Venezuela se llevará a cabo en un contexto de crisis política y humanitari­a muy severo. El régimen autoritari­o ha venido aumentando la represión en los últimos meses. A pesar de las sanciones internacio­nales y de las críticas de numerosos mandatario­s, inclusos de algunos cercanos como Lula y Petro, Maduro, vía el Consejo Nacional Electoral, ha manipulado el proceso de inscripció­n de candidatur­as para dividir a la oposición y tener unas elecciones “a la carta”, escogiendo o bloqueando a sus competidor­es. La principal opositora, María Corina Machado, no pudo inscribirs­e por estar injustamen­te inhabilita­da. Tampoco lo pudo hacer por problemas “técnicos” su sucesora Corina Yoris. Frente a ello, debieron proponer un candidato “tapado”: Edmundo González Urrutia, que podría ser sustituido hasta 10 días antes de la fecha de la elección. Las perspectiv­as son poco alentadora­s. A menos que se retomen los Acuerdos de Barbados, el régimen autoritari­o que teme perder el poder en unas elecciones libres y transparen­tes, volverá a consumar una farsa electoral como en 2018.

Conclusión

El pulso electoral de los próximos cuatro meses constituye un momento clave para la región. Cada país enfrenta sus propios retos y los resultados de estas cuatro elecciones tendrán un impacto significat­ivo en la reconfigur­ación del mapa político latinoamer­icano, caracteriz­ado por una disminució­n de la tendencia del voto de castigo a los gobiernos de turno, la prevalenci­a de la continuida­d de los oficialism­os por sobre la alternanci­a y una mayor diversidad ideológica entre los mandatario­s de la región.

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