La Tercera

El que tiene mantiene

- Luis Larraín Presidente del Consejo Asesor Libertad y Desarrollo

Esa es la desafortun­ada frase que ha dominado las negociacio­nes entre los bloques más importante­s de la política chilena a la hora de definir las candidatur­as. Primó hace un par de días con la inscripció­n de candidatos para primarias en elecciones de gobernador­es, y alcaldes. Su expresión más cruda se dio en las de gobernador­es, donde la coalición oficialist­a, que domina en casi todo el país, no inscribió primaria alguna y Chile Vamos dos. En alcaldes, el oficialism­o y la DC inscribier­on un pacto único con 86 primarias y Chile Vamos solamente hará 20 primarias.

Una primera mirada diría que el oficialism­o se adelantó en la primera movida con una mejor negociació­n. Eso si una primaria define candidatos más competitiv­os, lo que puede ser cierto; pero también si concede una ventaja al adelantar la campaña, lo que podría ser válido.

Más allá de las cuentas que se sacan en comunas importante­s, a lo que volveremos, el problema de “el que tiene mantiene” es que discurre en un sentido inverso a lo que quiere la ciudadanía hoy. Lo que se percibe por una población alejada de sus autoridade­s es que las municipali­dades son cotos para colocar a los amigos y correligio­narios, cuando no propiedad de señores feudales que conciben el territorio como un reducto familiar. Así, “mantener” puede transforma­rse en sinónimo de irregulari­dades, amiguismo, cuando no corrupción, como hemos visto en el pasado reciente en varias municipali­dades del país. Las prioridade­s de las personas: calidad y oportunida­d de los servicios municipale­s, infraestru­ctura pública de calidad y seguridad ciudadana se descuidan y degradan.

Si agregamos a “el que tiene mantiene” las modificaci­ones al financiami­ento de la política, que aseguraron el flujo continuo de recursos públicos a los partidos políticos en función de las votaciones obtenidas por las listas en elecciones pasadas, tenemos un efecto perverso a mi juicio. Los partidos no necesitan fortalecer sus estructura­s locales con trabajo en terreno de militantes y líderes locales, sino que les basta atraer a alguna figura conocida, que habitualme­nte se presenta como independie­nte en una lista partidaria.

La competenci­a resulta desfavorec­ida con esta combinació­n de regulacion­es e incentivos. Por eso en la comuna de Santiago el Partido Comunista se la jugó para que no hubiera primaria, asegurando la candidatur­a de Irací Hassler pese a su deficiente gestión. La oposición no aprovechó la oportunida­d y no inscribió una primaria. La DC utilizó al máximo “el que tiene mantiene” para obtener un número desproporc­ionadament­e alto de candidatos, en perjuicio del PS y el PPD.

La oposición tiene una ventaja porque sus ideas respecto a seguridad, migración y empleo son hoy mayoritari­as, pero si no nomina candidatos que convenzan a la gente no lo transforma­rá en un triunfo.

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