Baco: Caballo bueno, repite
La última vez que reseñé este restaurante de Providencia fue hace casi tres años, cuando el local aún funcionaba solo en su terraza exterior -y en un horario acotado- debido a las restricciones de la pandemia. Por lo mismo, me pareció justo volver a visitarlo ahora, en condiciones de total normalidad. Claro, si es que se puede hablar de normalidad en los tiempos que corren.
El horario escogido para volver al Baco fue un martes a la hora de almuerzo y, para mi sorpresa, el local estaba repleto. Aún así pudimos conseguir mesa y partimos pidiendo dos Vodkatini ($7.000 c/u) para revisar la carta con calma. Luego pedimos para compartir unos Chipirones a la Plancha ($11.000) y dos copas de espumante Fervor ($5.000 c/u) porque los Vodkatinis, muy buenos, se habían ya esfumado.
Prontamente llegó el espumante y algo de pan, aunque los Chipirones demoraron un poco. Según nos confidenció la mesera, estaban algo “apanados” con el local lleno y los pedidos llegando continuamente a la cocina. Por lo mismo, aprovechamos de pedir los platos de fondo: una Merluza Frita ($14.000) y una Corvina en su Salsa ($16.000). Pero volvamos a los Chipirones, que venían servidos sobre un plato caliente y cocinados en su punto. Es decir, bien dorados pero aún blandos. Tal vez les faltaba un poco de malicia en el condimento, pero aún así hubo que pedir más pan para terminar de untar el plato.
Luego vendrían los pescados. La merluza se presentó en un trozo mediano servido sobre una base tibia de puerros y tomates que acompañaba muy bien al pescado, perfectamente frito. Es decir, crocante por fuera pero tierno y húmedo en su interior. Completaba el plato una ensalada de lechuga aliñada con el típico aderezo de mostaza y limón de este lugar que nunca viene mal. ¿La corvina? Dos buenos trozos de pescado cocinados en una salsa atomatada y con algunas verduras que daba como resultado un plato excelente. Todo cocinado en su punto y con un acompañamiento de cuscús que se agradece porque ayudó a no perder nada de los líquidos de esta preparación. De más está decir que acompañamos los platos de fondos con dos copas de Aquitania Chardonnay ($4.500 c/u).
Para terminar dos Espresso ($2.500) y la satisfacción de volver una y otra vez a este lugar y encontrarse con el servicio, la calidad y el buen sabor de siempre. Aún en una jornada como ésta, en que probamos sólo platos que no conocíamos. Es decir, la consistencia de la propuesta del Baco sigue sólida a pesar de algunos cambios en la carta y el siempre implacable paso del tiempo.