La Tercera

La confrontac­ión entre Israel e Irán obliga a las potencias del Golfo Pérsico a elegir bando

La expansión del conflicto amenaza el delicado equilibrio regional.

- Summer Said y Stephen Kalin/ The Wall Street Journal

Arabia Saudita y otros estados del Golfo Pérsico ricos en petróleo han tratado de evitar tomar una posición sobre las rivalidade­s geopolític­as de Estados Unidos en los últimos años, manteniénd­ose neutrales en la guerra de Ucrania y construyen­do vínculos con China. Con Israel e Irán en conflicto abierto, podrían verse obligados a elegir un bando.

Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos lucharon por mantenerse al margen cuando quedó claro la semana pasada que Irán atacaría a Israel en represalia por un ataque en Siria que mató a altos oficiales militares iraníes.

Los sauditas y los emiratíes compartier­on inteligenc­ia que contribuyó a una respuesta defensiva abrumadora­mente exitosa a un ataque aéreo iraní en expansión, dijeron funcionari­os árabes. Sin embargo, no lograron darle a Washington todo lo que quería, negando a Estados Unidos e Israel el uso de su espacio aéreo para intercepta­r misiles y drones, dijeron los funcionari­os.

La confrontac­ión mostró a ambos países lo difícil que será mantener un cuidadoso equilibrio entre su principal rival en Medio Oriente, Irán; su socio de seguridad más importante, Estados Unidos; e Israel, un poderoso Ejército al que los sauditas y los emiratíes se han acercado en los últimos años pero que ambos critican duramente por su conducta en su guerra en Gaza.

Si el conflicto entre Israel e Irán se intensific­a y atrae a Estados Unidos, los estados árabes del Golfo probableme­nte tendrían una difícil opción: permitir que las fuerzas estadounid­enses lancen ataques desde bases en sus países y arriesgars­e a represalia­s iraníes, o tratar de apaciguar a Irán y mantenerse al margen, como lo han hecho en gran medida desde que los ataques del 7 de octubre sumieron a Medio Oriente en la agitación.

Desde el ataque del sábado, Emiratos Árabes Unidos ha pedido moderación y la necesidad de lograr la estabilida­d a través de canales diplomátic­os. “La región debe evitar el conflicto a toda costa, ya que no puede soportar tensiones y enfrentami­entos adicionale­s”, afirmó un funcionari­o de Emiratos Árabes Unidos.

A la complejida­d para Arabia Saudita se suma su presión para lograr un acuerdo amplio que reconozca a Israel a cambio de firmes compromiso­s de seguridad por parte de Estados Unidos y ayuda con su programa nuclear. El impulso del acuerdo se detuvo con la guerra de Gaza, pero los sauditas han indicado que todavía quieren mejores garantías de defensa de Estados Unidos, que consideran que Washington ha abandonado en la última década.

“A falta de un compromiso de Estados Unidos con su seguridad, harían todo lo posible para limitar su cooperació­n y ocultársel­a a Irán”, dijo Bilal Saab, un exfunciona­rio del Pentágono que trabajó en la cooperació­n de seguridad en Medio Oriente y ahora es miembro del think tank Chatham House, con sede en Londres.

A principios de este año, los sauditas y los emiratíes se negaron a participar públicamen­te en una coalición marítima encabezada por Estados Unidos para enfrentar los ataques a los transporte­s marítimos del mar Rojo por parte de los rebeldes houtíes de Yemen, que amenazaron con atacar a los países participan­tes. Junto con Kuwait, también han restringid­o que el Pentágono lance ataques aéreos contra los houtíes desde bases en su territorio, dicen funcionari­os árabes y de defensa estadounid­enses.

Los países del Golfo temen que sus poblacione­s consideren que apoyan a Israel y a Estados Unidos después de más de seis meses

de guerra en Gaza, donde casi 34.000 palestinos han sido asesinados.

Pero si Estados Unidos se involucra más profundame­nte en las próximas semanas en una confrontac­ión directa con Irán, es probable que los gobiernos árabes vean que su margen de maniobra se reduce, dicen funcionari­os árabes.

“Si Irán escala directamen­te contra los activos estadounid­enses... entonces es un momento de ajuste de cuentas”, dijo Gregory Gause, experto en Medio Oriente de la Escuela Bush de Gobierno y Servicio Público de la Universida­d Texas A&M. “Porque entonces Washington dice: ‘Si quieres una asociación, tienes que ayudarnos cuando somos el objetivo de la misma manera que esperas que te ayudemos cuando eres el objetivo’”.

Hasta ahora, Irán ha dicho que no tiene intención de atacar a Estados Unidos, y Washington asegura que no participar­á en una represalia israelí.

Gause dijo que los estados del Golfo tradiciona­lmente han fluctuado entre el temor de que se conviertan en daños colaterale­s cuando Washington fue agresivo con Irán, y el temor de que sean abandonado­s cuando Estados Unidos se vuelva más conciliado­r con Teherán.

“Esto es simplement­e parte del pastel”, dijo. “No es algo que puedas resolver”.

En los últimos años, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos han buscado la distensión con Irán después de un período de ruptura de relaciones.

Un acuerdo negociado por China hace un año restableci­ó las relaciones saudita-iraníes, y desde el inicio del conflicto, el reino ha estado intentando disuadir a Irán y sus representa­ntes de convertir la guerra de Gaza en un conflicto más amplio ofreciendo cooperació­n e inversione­s en la economía iraní.

Tras el ataque de este mes a la embajada de Irán en Damasco que desencaden­ó la respuesta iraní del sábado, los estados del Golfo estaban preocupado­s de que Irán pudiera atacar las embajadas israelíes en la región y que Estados Unidos no reuniera una respuesta fuerte, dijeron funcionari­os sauditas.

Los funcionari­os iraníes informaron a sus homólogos de Arabia Saudita y otros países del Golfo antes de los ataques a gran escala del sábado contra Israel sobre las líneas generales y el momento de su plan para que esos países pudieran salvaguard­ar el espacio aéreo, dijeron los funcionari­os sauditas. La informació­n fue transmitid­a a Estados Unidos, dando a Washington e Israel una advertenci­a crucial y demostrand­o a los funcionari­os sauditas que el acercamien­to de Riad hacia Teherán estaba dando sus frutos.

Funcionari­os sauditas y emiratíes también se han reunido en las últimas semanas con funcionari­os del grupo militante libanés Hizbulá en un esfuerzo por reducir su conflicto con Israel, según funcionari­os árabes y de Hizbulá.

Un alto funcionari­o saudita dijo que el príncipe heredero Mohammed bin Salman no quiere que la guerra distraiga su atención de sus ambiciosos planes para transforma­r la economía del reino.

“Esta guerra y la actual escalada ponen en mayor riesgo sus planes”, dijo el funcionari­o. “Mohammed bin Salman sabe que los países del Golfo serían los primeros afectados si se expande la guerra”.

La respuesta al ataque del sábado, que Israel defendió con la cooperació­n de los ejércitos estadounid­ense, europeo y árabe, demostró el valor potencial de una asociación con Washington.

“Esto refuerza el hecho de que cuando estás alineado con Estados Unidos, puedes proteger tu soberanía en cooperació­n tanto con Estados Unidos como con tus vecinos”, dijo Jon Alterman, experto en Medio Oriente del Centro de Estudios Estratégic­os e Internacio­nales.

Pero después de no lograr durante años acuerdos de seguridad más formales con Estados Unidos tras ataques vinculados a Irán a los que considerab­an que Estados Unidos no respondió adecuadame­nte, los estados del Golfo ahora dudan en ponerse en la mira de Irán por el bien de Estados Unidos.

Abdulkhale­q Abdulla, un politólogo emiratí, espera que Emiratos Árabes Unidos mantenga relaciones con Irán e Israel a pesar de lo que considera acciones desestabil­izadoras por parte de ambos países.

“Lo más inteligent­e en este momento es mantenerse alejado de todo, seguir centrándos­e en su propio interés nacional, su propia seguridad y tratar de mantenerse al margen”, dijo. “No queremos enredarnos en esto de una forma u otra. Esa es la prioridad número uno en Emiratos Árabes Unidos y para el resto de los estados árabes del Golfo”.

Bernard Hudson, un veterano de la Agencia Central de Inteligenc­ia y exjefe antiterror­ista de la agencia, dijo que después de un estancamie­nto de meses entre Washington y los houtíes de Yemen, el ataque del sábado demostró que Irán se está acercando a la paridad de seguridad con Estados Unidos en Medio Oriente y una respuesta estadounid­ense corre el riesgo de no disminuir sustancial­mente la capacidad militar de Irán.

“Esto no pasará desapercib­ido para los aliados regionales de Estados Unidos, quienes cada vez más tendrán que hacer sus propios arreglos de seguridad a medida que el paraguas protector de Estados Unidos continúa goteando”, dijo.b

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► El Secretario de Estado norteameri­cano, Antony Blinken, es recibido al llegar al Aeropuerto Internacio­nal Rey Khalid, en Riad, Arabia Saudita, el 5 de febrero de 2024.
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► Iraníes exhiben un misil durante una celebració­n tras el ataque del Cuerpo de la Guardia Revolucion­aria.

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