La Tercera

¿Una nueva varita mágica?

- Camila Miranda Presidenta Nodo XXI

Hace semanas, sectores políticos y gremios empresaria­les, vienen instalando un diagnóstic­o -el principal problema del país es la fragmentac­ión del sistema político- y una propuesta: reformarlo. Aparece en estos discursos una abierta nostalgia del Chile de la política binominal, en la que tenían mayor control y capacidad para bloquear cambios al marco dictatoria­l heredado y excluir activament­e los conflictos que estaban ocurriendo en la sociedad. No olvidemos la ola de movilizaci­ones sociales de las recientes décadas que no fueron canalizada­s ni resueltas por la política. No nos olvidemos tampoco de que hace cinco años este país estalló.

Escuchando las declaracio­nes realizadas en el marco de la Enade 2024, llama la atención que para los gremios empresaria­les reformar el sistema político sea la varita mágica para “retomar el rumbo”. Ricardo Mewes aseveró que “el actual mecanismo proporcion­al ha causado un enorme daño, que nos tiene con más de 20 partidos en el Congreso y solo ha incentivad­o la polarizaci­ón”, y, en la misma línea, intervinie­ron liderazgos de derecha, como Evelyn Matthei, quien afirmó que “es urgente el cambio (al sistema político). Con 22 partidos políticos no llegamos a ningún lado”. Estos razonamien­tos, sin embargo, contrarían lo que distintas expertas y expertos han señalado sobre el real problema de la fragmentac­ión, a la vez que pierden de vista que Chile históricam­ente ha sido multiparti­dista. Mirando el estado de la política, tampoco se debiera creer que la fragmentac­ión se resolverá sólo en función de la cantidad de partidos existentes, porque el personalis­mo reinante y el real problema de representa­tividad y desconexió­n de los partidos con la sociedad tienen un papel central en el cuadro general. Así, desde la ciencia política se ha señalado que no pueden soslayarse temas como la disciplina partidaria y las reglas electorale­s, como es el caso de los pactos y tipo de listas.

Es preciso transparen­tar las razones detrás del ímpetu que ha tomado en la derecha y el empresaria­do el objetivo de reformar el sistema político. Puede ser un error, tal como lo fue sujetar toda posibilida­d de avance concreto en las urgencias ciudadanas a un cambio constituci­onal. En la práctica, a pesar de la fragmentac­ión, en esta legislatur­a y en otras, cuando ha habido voluntad política se ha avanzado. Con razón el Presidente Gabriel Boric afirma que sería “insultante para la mayoría de la población y contribuir­ía al desprestig­io de la política” que se llegue a acuerdo para reformar al sistema político y no en algo tan sentido como un reforma que permita mejorar sustantiva­mente las pensiones.

No hay que desconocer los problemas que alberga nuestro sistema político y las tragedias, o a estas alturas comedias que se dan en las cámaras -no olvidemos que la comedia griega era una forma de poner en escena el funcionami­ento del estado ateniense-. Pero tampoco conviene separar las reglas de las personas que deben cumplirlas. Sí, hay muchos partidos, pero también hay partidos grandes y dentro de ellos verdaderas dificultad­es de articulaci­ón que se expresan en el Congreso y una preocupant­e cultura donde el personalis­mo se antepone al proyecto político.

En suma, transparen­tar las razones y distinguir­las de los problemas reales con diagnóstic­os ajustados, para las medidas más efectivas (dada la evidencia), debería ser la prioridad. Solo a algunos les conviene que los desafíos presentes se resuelvan con la orientació­n de “todo tiempo pasado fue mejor”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile