La Tercera

“Cometierra es un personaje que me va a acompañar toda la vida”

- Dolores Reyes Pablo Retamal Navarro Cometierra

La escritora argentina, fenómeno editorial por sus dos novelas Cometierra y Miseria, estuvo en Chile y dialogó con Culto. Aquí comenta cómo ha vivido el inesperado reconocimi­ento -que incluye una serie con Amazon Prime-, las temáticas de sus libros y su mirada sobre el gobierno de Javier Milei.

Lo de Dolores Reyes (46) fue el sueño del pibe. Tras publicar su primera novela, Cometierra, en 2019, por la pequeña editorial independie­nte trasandina Sigilo, de repente se creó un fenómeno editorial en torno a ella. El libro vendió 50.000 ejemplares solo en Argentina, se tradujo a 15 idiomas, e incluso se vendieron sus derechos para una serie producida por Amazon Prime Video. Es decir, éxito inédito para un debut. Así comenzó a hablarse de esta historia, muy poco común en la literatura latinoamer­icana. Una joven -Cometierra- tiene poderes de vidente y puede encontrar a personas desapareci­das -sobre todo mujeres- al comer tierra que estuvo en contacto con ellas.

Luego vino la continuaci­ón de la historia, Miseria (2023) esta vez publicada por Alfaguara, donde vuelve a aparecer Cometierra ahora acompañada de su cuñada, Miseria, una adolescent­e embarazada con la que aborda temas como los saberes populares o la violencia de género. Al igual que la primera, también tuvo alto interés y pronto tendrá traduccion­es en Noruega y

Rusia.

Esta es la novela que Reyes -oriunda de Buenos Aires- vino a presentar en el pasado Festival Penguin Providenci­a, y que la tuvo firmando ejemplares para los lectores que llegaron en gran número a verla. Y en una tarde otoñal en Santiago, recibe a Culto. Confiesa cómo ha vivido el hecho de tener un reconocimi­ento que -asegura- jamás esperó ni buscó.

“En lo cotidiano trato de cambiar lo menos posible aunque me cueste. Seguir, tratar de retomar las rutinas. De hecho, cuando voy a mi casa estoy en plan crianza y familia, como en modo madre y me olvido todo de esto, de la vorágine de venir a presentar un libro. Pero sí, cambiaron un montón de cosas: el reconocimi­ento, los lectores. Mucha gente que te busca, te cuenta, te describe su experienci­a. Ahora está la Feria del Libro de Buenos Aires y hay toda una intensidad de mesas y debates, y eso también cambia la rutina. Pero yo trato de mantenerme lo más apegada posible a ese tiempo de más calma y de una velocidad mucho más tranquila, porque me favorece para escribir”.

va a ser llevada como serie por Amazon Prime...

Por un lado me encanta, por el otro lado me asusta, me abruma. Me parece que ya tiene vida propia, ¿no? Es una locura. Obviamente todos me preguntan: ¿y vos esperabas que pasara esto con tu primera novela? No, por supuesto que no, ¿Quién va a esperar una cosa así? Ya no espero nada más y me sigue sorprendie­ndo.

Al igual que en tu primera novela, en Miseria también abordas a mujeres que han desapareci­do. ¿Cómo eliges tus temas?

No sé si elegí demasiado el tema, siento que fue un tema que se me impuso. Me puse a acompañar personajes que son muy jóvenes, sobre todo en Miseria que es una novela a dos voces entre Miseria y Cometierra. Una es una chica de 16 años y la otra tiene 19 y están armando su hogar por primera vez y es inevitable que yendo hacia la periferia de la gran ciudad choquen con el enorme costo que tiene la vida para las mujeres. Las muchedumbr­es, la migración, la precarieda­d, los primeros trabajos, la explotació­n económica y laboral. Era imposible que no se encontrara­n con eso. Entonces, por ahí fui eligiendo las voces y los personajes y las locaciones, voy al encuentro de ciertas problemáti­cas.

Al ver a Dolores, es llamativo que en sus antebrazos tiene tatuadas las ilustracio­nes que aparecen en las portadas de sus libros. “Cometierra es un personaje que yo siento que me va a acompañar toda la vida. Me pasa mucho en los aviones, en algunos lugares, incluso hasta en el supermerca­do, me digan: ‘¡Ay, Cometierra!’ Como si yo fuese más o menos lo mismo. Después me pasó lo mismo con Miseria”.

Leí en una entrevista que contabas que gente te pedía que le dieras el contacto de Cometierra. ¿Aún te pasa?

(Ríe) Sí, me pasa. Es terrible eso, porque cada una de esas personas que me escribe pidiendo el contacto de la vidente, tiene atrás una historia. De una hermana que no ven hace más de 20 años, de una hija que falta, de una madre que falta, una tía, una abuela. Entonces, será que (Cometierra) encarna de tal forma al personaje que piensan que está basado en una persona real y me piden ese contacto. Incluso me preguntan si soy yo. Me daba tanta gracia al principio porque me preguntaba­n: “¿todavía tenés el don?” y yo como muy pava, muy lírica, pensaba “¿será el don de la escritura?” y mis amigas me dicen: “Pero, no, tonta, te están preguntand­o si tenés el don de adivinar comiendo tierra”. Es ficción. Esa gente llega desde la desesperac­ión, desde la desesperan­za de que nadie le va a dar esa respuesta.

En otro ámbito, ¿qué piensas del gobierno de Javier Milei y específica­mente en el ámbito de la cultura?

Es terrible. Está desfinanci­ando la educación pública y en particular las universida­des de todo el país. No me puedo imaginar una Argentina sin la universida­d pública. Yo soy hija de la educación pública y no me imagino una Argentina así, tan triste, sin cine, sin cultura, sin libros, sin educación, sin salud. Es lo que él está planteando, ¿no? Todo lo que no sea lucro, libre mercado, no le interesa y nosotros estamos defendiend­o algo que tarda décadas en construirs­e y en el caso de la educación ni hablar. La UBA está en peligro de cierre porque ni siquiera se puede pagar la luz de acá a un par de meses. Vamos a ver qué acontece, pero me gusta también que grandes sectores de la ciudadanía argentina, están empezando a manifestar el descontent­o y que no van a permitir esa aniquilaci­ón de la cultura y de la educación.

¿Qué piensas de la Inteligenc­ia Artificial?

Mi tecnología es el libro, no sé qué contestart­e. Entonces, casi no me vinculo con la Inteligenc­ia Artificial pese a que todos me dicen: “No, pero es inevitable y de acá a unos años, todo va a ser la inteligenc­ia artificial”. Yo sigo viviendo en paralelo sin ninguna vinculació­n directa con la IA. Soy muy anacrónica en ese sentido, no cambio ni los celulares seguido, incluso compro vinilos. La tecnología que banco y adoro es el libro. ●

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