La Tribuna (Los Angeles Chile)
La educación, una construcción desde la base
La educación, fenómeno social que, como ocurre en la naturaleza, es un proceso que se inicia al nacer y es la base de un continuo desarrollo para devenir en un ser humano distinto para crear una sociedad diferente.
Hombre y sociedad, con una formación humana basada en los principios y valores, producto de lo mejor que la civilización y la cultura de todos los tiempos han logrado seleccionar como los más adecuados para que cada persona tenga la oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades sin que el origen social, el lugar donde vive, el color de la piel, la situación económica, la religión que profese o la ideología política que defienda, constituyan un impedimento para alcanzar un mejor futuro.
La reforma de la educación, centrada en la discusión por la gratuidad de la educación superior -gratuidad que tiene un profundo sentido de justicia social cuando se trata de dar a todos igualdad de condiciones en lo económico para educarsetiene agobiado al gobierno por la urgencia del tiempo de que dispone para dar cumplimiento a las promesas contraídas, la limitación de los recursos para hacerlo, las visiones e intereses que defienden instituciones y actores políticos que, con razones o sin ellas, discuten sus mejores derechos a la gratuidad.
Parece haber olvidado que el futuro de la educación superior y las posibilidades que los estudiantes de los sectores más vulnerables tengan éxito, aún contando con la gratuidad para estudiar, se empieza a construir desde el inicio del proceso educativo formal, proceso de formación que aún mantiene inalterable la desigualdad entre quienes reciben una educación de distinta calidad que condiciona fuertemente las posibilidades de éxito de unos y otros, y que no lo resuelve la educación superior.
Así, aun con gratuidad universal -hoy reducida y cuestionada por dejar sin recursos económicos a sectores que también los necesitan-, quienes logren la cima educativa serán los mismos que siempre han tenido esa posibilidad por haber recibido una educación en los niveles parvularios, básicos y secundarios de mejor calidad.
Aunque no han sido pocos qu i enes han planteado que la reforma educacional debió haber potenciado con énfasis la educación en los niveles iniciales del sistema para asegurar que quienes accedan a la educación superior lo hagan con una base sólida que asegure a todos la posibilidad de competir en igualdad de condiciones, se optó por la educación superior, al parecer, por el impacto político inmediato que tiene. La educación básica y media, igualmente importante, no tiene la presencia ni la fuerza de presión que tiene la educación superior sobre el mundo político.
Sin bases sólidas y de calidad, todo proyecto material o humano termina por derrumbarse, y la educación no es, ni ha sido, una excepción.
La educación básica y media, igualmente importante, no tiene la presencia ni la fuerza de presión que tiene la educación superior sobre el mundo político.