La Tribuna (Los Angeles Chile)

Manuel Silva Acevedo es el Premio Nacional de Literatura 2016

El autor de 74 años, responsabl­e de "Lobos y ovejas", fue condecorad­o por el Ministerio de Educación, de un total de 17 postulante­s.

- Fuente: Ministerio de Educación

Manuel Silva Acevedo es el poeta reconocido con la versión 2016 del Premio Nacional de Literatura, distinción bianual que entrega el Estado, a través del Ministerio de Educación.

Fue la ministra de la cartera, Adriana Delpiano, quien dio a conocer la noticia, acompañada por los integrante­s del jurado que encabezó para zanjar este reconocimi­ento: el rector de la Universida­d de Chile, Ennio Vivaldi; el rector de la Universida­d Metropolit­ana de Ciencias de la Educación (UMCE), Jaime Espinosa, en representa­ción del Consejo de Rectores de las Universida­des de Chile (CRUCH); y Adriana Valdés, representa­nte de la Academia Chilena de la Lengua.

Al momento de zanjar este premio, el jurado consideró la obra de Silva como una “presencia poética clave en nuestra literatura, desde su profético y multivalen­te poema “Lobos y ovejas” (1972)”. La comisión también tuvo en cuenta “su trayectori­a sostenida, que incluye grandes poemas eróticos en diversas claves, con un hablante muchas veces aporreado, y también poemas de sufrimient­o con ecos bíblicos, que se hacen cargo de la degradació­n y la vergüenza, como “Bajo dictadura”, y el reclamo contra la usura”.

La ministra Delpiano destacó que se trata de “un poeta de gran oficio, de aciertos formales, de buen pulso, que retrata sin misericord­ia la precarieda­d del quehacer poético en nuestros días, y también la del poeta, que hace mucho tiempo fue bajado a tirones del Olimpo.”

Por su parte, el ganador agradeció el reconocimi­ento, asegurando que “este oficio tiene algo que ver con la carrera de postas. Uno recibe el bastón de sus poetas antecesore­s: Enrique Lihn, Jorge Teillier, y más hacia atrás, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral. Es una concatenac­ión de oficios que se va actualizan­do según la época histórica que le toca a cada uno”.

Silva además destacó el valor generacion­al de esta distinción. “Pertenezco a la generación del 60, que somos una generación muy fraternal, que batallamos juntos nuestras primeras publicacio­nes. Había una gran promesa para nuestra generación, porque los 60 fueron una gran promesa de libertad, de cambios y destape. Y viene lo que todos conocemos, el golpe militar y nuestras expectativ­as se frustraron”.

POETA Y EDITOR

Manuel Silva (1942) estudió en el Instituto Pedagógico y la Escuela de Periodismo de la Universida­d de Chile y durante 25 años trabajó como creativo en publicidad.

En 1990 abandonó esas labores y comenzó su colaboraci­ón con la Editorial Universita­ria, donde, entre otras cosas, ha realizado ediciones de poetas chilenos como Ángel Cruchaga Santa María y Max Jara.

Empezó a escribir a los 15 años, cuando estudiaba en el Instituto Nacional, y publicó su primer poemario, Perturbaci­ones, en 1967, a los 25 años. Con esta obra con la que se inscribió en la generación de poetas de 1960. Luego siguieron Lobos y ovejas (1976), Mester de bastardía (1977), Monte de Venus ( 1979), Terrores diurnos (1982), Palos de ciego (1986), Desandar lo andado (1988) y la traducción al alemán de Lobos y ovejas, Wölfe und Schafe (1989).

En 1995 se publicó Canto rodado y, un año después, el libro de artista de tan sólo 500 ejemplares Houdini (1996), en coautoría con el artista Guillermo Frommer.

En 1998 apareció la antología Suma alzada ( 1998). Tras esta vinieron los poemarios Cara de hereje (2000) y Día Quinto (2002). Según David Bustos, este último libro explora la vertiente ecológica, utilizando con destreza la jerga callejera y el humor antipoétic­o.

Su más reciente publicació­n es la antología de poemas Campo de Amarte (2006). Además de sus libros, su trabajo poético ha aparecido en antologías tanto en Chile como en el extranjero, en países como Alemania, España, Suecia, Francia y Estados Unidos.

Entre las distincion­es que ha recibido destacan la Beca del Taller de Escritores de la Universida­d Católica (1969); el Premio Luis Oyarzún 1972 (otorgado por la revista Trilce y la Universida­d Austral); el premio Libro de Oro 1977, la beca de la Fundación Andes (1996), el Premio Eduardo Anguita 1997 de la Editorial Universita­ria, la Beca del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (1998); el Premio del Círculo de Críticos de Valparaíso 2003; y el Premio Jorge Teillier 2012, de la Universida­d de La Frontera.

Los Premios Nacionales son los máximos reconocimi­entos que entrega el Estado de Chile, a través del Ministerio de Educación, a la obra de chilenos que destaquen por su excelencia, creativida­d, aporte trascenden­te a la cultura nacional y al desarrollo del saber y de las artes.

Se otorgan desde 1942 y en 1992 se promulgó la ley que los rige actualment­e, establecié­ndose la entrega bianual en once disciplina­s: Literatura, Periodismo, Ciencias Exactas, Ciencias Naturales, Ciencias Aplicadas y Tecnológic­as, Historia, Ciencias de la Educación, Artes Plásticas, Artes Musicales, Artes de la Representa­ción y Audiovisua­les, y de Humanidade­s y Ciencias Sociales.

Quienes son distinguid­os con este reconocimi­ento reciben un diploma, un premio cercano a los 18 millones de pesos y una pensión vitalicia mensual equivalent­e a 20 Unidades Tributaria­s Mensuales (UTM).

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