La Tribuna (Los Angeles Chile)
Cuando los rumores se transforman en falsas verdades
Es necesario una educación en la población respecto a las maneras de enfrentar situaciones de emergencia, de tal manera que, de ocurrir un evento que revista características complejas, no se tomen medidas innecesarias que sólo generan más riesgo o temor.
La noche del domingo, los padres del Colegio San Gabriel Arcángel de Los Ángeles, comenzaron a generar una red de mensajería por redes sociales como Facebook y Whatsapp, debido a una supuesta presencia del virus de la influenza H1N1 de forma masiva en el establecimiento, situación que no era real.
Los mensajes comenzaron a alarmar a la comunidad escolar y ante el desconocimiento y la poca educación frente a este tipo de escenarios, muchos padres optaron por no enviar a sus hijos al colegio. Se dijo por ejemplo que había 3 o 4 casos más en estado crítico en el hospital. Rumores que sin duda alguna alertaron a las familias.
El origen de la conmoción se produjo luego que una menor del recinto educacional, muriera el pasado viernes presuntamente por esta patología. Sin embargo, lo cierto es que hasta ese minuto no existía ningún documento oficial, que indicara que la pequeña había perdido la vida producto de este virus, es más, hasta el lunes por la tarde nada se sabía a ciencia cierta.
Ante la situación, la misma noche del domingo, La Tribuna se contactó con los entes responsables. Desde la seremi llamaron a la calma e indicaron en detalle lo que estaba pasando y el proceso. Por su parte el establecimiento entregó su postura y llamó a perder el miedo, pero el pánico colectivo pudo más en muchos casos. La comunidad, ciega del problema, veía la información publicada y no eran capaz de analizar el contexto del hecho. Se leía un párrafo y se compartía de inmediato sin mayor análisis.
La preocupación incluso se expandió a otras comunidades escolares, por lo que a mediodía, la delegación provincial de la Seremi de Salud envió un comunicado, para exponer nuevamente los puntos informados durante la noche.
El 16 de enero de 2005 en la ciudad de Concepción, más de 18 mil personas se movilizaron por la ciudad por un presunto tsunami que había, según rumores, arrasado con el borde costero. En dicha ocasión Carabineros se paró en las calles, radio Biobío se dedicó a llamar a la calma a la población, pero nadie analizaba, de la frase “falsa alarma de tsunami”, se desprendía la última palabra y se seguía evacuando absurdamente.
Cuando la sociedad se ve presa del pánico, las situaciones se desbordan y alguien tiene que tener la capacidad de apaciguar los hechos.
Por ello, es necesario una educación en la población respecto a las maneras de enfrentar situaciones de emergencia, de tal manera que, de ocurrir un evento que revista características complejas, no se tomen medidas innecesarias que sólo generan más riesgo o temor.