La Tribuna (Los Angeles Chile)
EVASIÓN DEL TRANSANTIAGO
Señor director: Es preocupación nacional y especialmente en Santiago la gran y espectacular evasión del pago de pasajes (un deber y responsabilidad, pero en muchos un concepto ausente), que afecta a nuestro Transantiago; según estadísticas, se burla el sistema en una de cada tres oportunidades.
Veo cómo se dan de cabezazos buscando las más sofisticadas explicaciones, buscando cómo controlar el problema; ahora me pregunto cómo es tan difícil darse cuenta de que no es otra cosa que nuestra idiosincrasia del chileno vivo, pillo y audaz.
Esta idiosincrasia, desde mi punto de vista, empeorada en el último tiempo, porque además hoy hay otros ingredientes, como violencia, ausencia de temor, poca responsabilidad, irrespeto a las normas, ausencia de límites, incapacidad política del Estado y un largo etcétera, generando la des-educación en la nueva sociedad que construimos día a día.
Todo esto muy influenciado con una errada concientización de los derechos humanos torcidos por hipertrofia de un noble concepto mal entendido, presentado como una panacea irreal, pues con ello aumentó también el libertinaje, la audacia, la inmoralidad, la delincuencia sin límites.
¿Y cómo responden la clase política y organismos a esto? Como responsables directos, pues ellos son quienes debieron ponderar cómo se pregonarían estos valores, presentándolos en forma equilibrada y entendiendo que el desarrollo de una sociedad sólo se puede lograr con un justo equilibrio entre derechos y deberes ante ella.
Por lo demás ya han hecho hincapié en ello grandes estadistas como Mahatma Gandhi. Entonces, no los alarmemos y reconozcamos los errores, enmendando de paso la educación -en su parte básica y fundamental: los valores- que estamos entregando hoy a nuestro pueblo, que aún será tiempo.
Y quizás sea este ( la evasión de pagos como un deber-responsabilidad y no como un derecho) un índice válido para medir el subdesarrollo o desarrollo de una nación. José Manuel Caerols