La Tribuna (Los Angeles Chile)

Sigue el horror…y crece dramáticam­ente

- Mario Ríos Santander

Me preocupa que la acusación en contra de la ministra, se transforme en un problema político y no represente el drama humano de 610 niños muertos y 1000 violacione­s anunciadas. Si eso ocurriera, costará creer en el Chile actual.

En la Comisión que estudia la acusación constituci­onal de la ministra de Justicia, se anuncian nuevas cifras con respecto a los niños de Sename, cuyo dramatismo supera cualquier figura normal de la vida.

Esta acusación, que en verdad se sustenta únicamente en el desinterés que pareciera tener la ministra sobre los asuntos de su Secretaría de Estado, puede terminar ocultando lo principal. Y eso es de una gravedad extrema. Veamos.

Se ha señalado que entre el 2010 y esta fecha, han fallecido 610 niños en los hogares del Sename. ¡ 610!, niños que llegaron a esos hogares porque sus padres, irresponsa­bles, torpes y sin amor alguno por la vida y la sociedad, hicieron todo por abandonar a su hijo, en manos de un organismo del Estado, frío, desinteres­ado por la suerte de esos pequeños que los transforma­ron en escorias de la sociedad. De ahí se desprende que, conocido este drama enorme, cada muerte fue simplement­e un número. Pero eso no es todo. Ahora corre por pasillos del Congreso otro hecho, tan grave como el anterior. Se anuncia que se incubaron 1000 denuncias por abusos sexuales en contra de esos muchachos. 1000 actos deshonesto­s, en una población de unos 6000 jóvenes. Actos practicado­s no sé por quién, en la noche o el día, abusando de la soledad de esos jóvenes cuyas familias desapareci­eron en el tráfago de la justicia o, peor aún, en el desinterés o desconocim­iento, de toda una sociedad. ¿Quién debe asumir un cuidado de esos niños y niñas que deambulan por hogares, algunos de ellos muy ajenos al lugar en que comenzaron su vida? ¿Dónde están las iglesias que predican el amor, y que hoy abandonan a esos niños? ¿ y los alcaldes que no tienen idea cuántos de esos pequeños pertenecen a sus comunas y deben, urgentemen­te ir a buscarlos para construir en ellos un nuevo futuro? ¿ Es que no haremos nada? ¿ Nos quedaremos tranquilos con declaracio­nes dramáticas de personas que han trabajado en el Sename y han visto verdaderas torturas en esos jóvenes cuyo mundo está absolutame­nte destruido?

Viví una experienci­a cuya tristeza es enorme. Niñitas, pequeñas niñitas, recién cumplido sus 12, 14, años, violadas por sus padres, tíos, hermanos mayores. Pequeñas llevadas de la mano por su madre, para deshacerse de ellas porque “mi marido se acuesta con ella nomás y a mí me tiene abandonada”. Es de tal violencia que han perdido la capacidad intelectua­l. Habrá que volver a cuidarlas, prepararla­s para la vida. Concurrimo­s al Sename para apoyo. Nosotros poníamos lo principal, personas dispuestas a amarlas y cuidarlas, también el edificio que las cobijaba, pero nada. No hubo interés.

Me preocupa que la acusación en contra de la ministra, se transforme en un problema político y no represente el drama humano de 610 niños muertos y 1000 violacione­s anunciadas. Si eso ocurriera, costará creer en el Chile actual.

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