La Tribuna (Los Angeles Chile)
Dolor y alegría de la patria
Conocimos en Santiago a un distinguido ingeniero venezolano, llegado con su familia hace poco tiempo a Chile en busca de mejores posibilidades de vida y de horizontes más auspiciosos para sus hijos. Este profesional, humanista y demócrata convencido, siente el dolor que significa hacer abandono de la patria por el sistema político social que impera en su país y que reconoce con emoción cuando inclina su cabeza y sentencia a media voz: “es tal el estado de cosas en mi país que con Maduro o sin Maduro, las cosas no van a cambiar, por eso me vine con mi familia. Y aquí estamos de verdad agradecidos y felices”.
Es el dolor por la patria que se deja y la alegría por la patria que lo recibe y lo acoge.
Recordamos este episodio cuando la prensa nos informa que el subsecretario del Interior de Chile declara que los problemas de nuestro país no se resuelven porque haya un cambio ( tan solicitado) de gabinete. De lo anterior se desprende que la solución al clima social y las dificultades que se viven como país no depende únicamente de las personas que gobiernan. Es un tema de sociedad y conciencia ciudadana que involucra el concepto de la patria que queremos y que seamos capaces de construir. Ello requiere de un abandono de trincheras ideológicas para un diálogo sin descalificaciones que haga creíble la afirmación de que todos buscamos una patria unida, aún en las naturales y legítimas diferencias, en que converjan todas las voluntades que nos permitan superar las desconfianzas y vencer el pesimismo de que todo está mal, estado de ánimo que no tenemos el derecho de trans- mitir a nuestros hijos, ni menos el intento de convencernos de que todo está bien cuando la realidad nos muestra las falencias que debemos reconocer y enfrentar, sin por ello ser considerados necesariamente partidarios o enemigos del gobierno de turno, cuando la responsabilidad de cada uno es, antes de todo, con el país, con su gente y con la patria. No son pocos los extranjeros, por las razones que sean, que llegan a nuestro país en busca de oportunidades que no han tenido en sus países de origen y que creen, aún más que nosotros mismos, que Chile es una nación que ofrece libertad, asilo solidario y la posibilidad de desarrollo individual y colectivo para construir juntos un mejor
La solución al clima social y las dificultades que se viven como país no depende únicamente de las personas que gobiernan.
futuro.
En esta tarea de reconstrucción de la fe y las confianzas en lo que se ha logrado hacer y lo que podemos alcanzar se requiere del compromiso ciudadano con la patria por sobre las apreciaciones de unos sobre los otros de ser para la patria los héroes o los villanos.
Para ser responsables y honestos con la patria en el mes que nos detenemos para recordarla y honrarla, debemos adherir con convicción a la frase de José Marti: “La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella”.