La Tribuna (Los Angeles Chile)
Comenzó la campaña presidencial
Aún falta un año y dos meses para la elección presidencial, pero a nadie parece impor tarle que exista un proceso municipal en curso. Los candidatos han salido a las calles y ya han dado muestras claras de iniciar sus campañas. Mientras la derecha levanta candidaturas que permitan pelear con un prácticamente seguro – según las encuestas- Sebastián Piñera, tales como Manuel José Ossandón, Andrés Allamand, Alberto Espina, José Antonio Kast, Francisco de la Maza o Francisco Chahuán, la Nueva Mayoría está en una posición muy difícil, quizás no tanto en la fuerza que puede tomar su representante, sino en la continuidad o no de la coalición que actualmente administra el país, los problemas entre el PC y la DC o la molestia del MAS, no son temas sencillos de solucionar. Sin embargo, a los nombres de Isabel Allende, Ricardo Lagos, Ignacio Walker o Jorge Tarud, la irrupción del periodista Alejandro Guillier, ha provocado un terremoto político no menor, especialmente, porque las encuestas lo han levantado de la nada y simplemente, lo tienen por sobre todos estos nombres de larga trayectoria política. Cabe indicar que la última Adimark, permitió también conocer que más del 47% no sabe a quién preferiría como rostro para liderar a la nación. Si bien ante la pregunta ¿Quién cree que sea el próximo presidente de Chile?, el 43% señaló que el ex presidente Piñera, nada permite asegurar que así sea, especialmente porque las caras nuevas, carismáticas y que inspiran confianza y seriedad, pueden generar importantes sorpresas. Es lo que le ocurrió a la Presidenta Bachelet cuando fue ministra de Defensa y despegó según algunos, de un día para otro, como la carta de la ex Concertación. Ahora bien, sea cual sea el panorama, lo que decidan los bloques fuertes, más los candidatos externos como Andrés Velasco o Marco Enríquez Ominami, tendrán que dar una batalla de gran relevancia. En primer lugar, no partirán con grandes cifras de apoyo y el descontento social tampoco se frenará. Las demandas seguirán in crescendo y se necesitará coraje, sabiduría, honestidad y transparencia para enfrentar los conflictos que se generen, especialmente cuando haya que decir que no a alguno de los requerimientos. En segundo término, habrá que recuperar el desastre económico en que se encuentra actualmente el país, con un frenazo empresarial importante, alto desempleo y bajas expectativas de crecimiento, en comparación con nuestros países vecinos. Y finalmente, la autoridad que asuma, tendrá que hacer frente a un tema que se le escapó de las manos a Bachelet, el conflicto de interés o los comportamientos al filo de la ley. Un caso similar al que afectó a Sebastián Dávalos Bachelet, repetido en una de las próximas autoridades, lo dañará quizás peor que a la actual mandataria. Si su familia, ministros o cercanos, se benefician del poder para merced propia, hasta ahí llegó el proyecto de gobierno. En consecuencia, aprendamos de los errores que se han cometido por años y exijamos que los líderes, de una vez por todas, que se comporten a la altura de sus cargos, basados en el respeto a sus electores y al país. La mejor herramienta para ello, no es restarse de acudir a las urnas en señal de protesta, sino todo lo contrario. Probablemente a algunos les conviene que menos personas asistan a los procesos eleccionarios, así es mucho más fácil repetirse el plato. En cambio, si la comunidad en masa, los va a castigar sacándolos de sus cargos, el golpe social será mucho más doloroso, lo que se transformará en una lección para todos, especialmente para quienes se creen imprescindibles.