La Tribuna (Los Angeles Chile)
Nueva política nacional de Formación Técnico Profesional
Indiscutiblemente desde hace dos años hemos logrado, en la educación superior, incrementar la matrícula del nivel técnico profesional en relación con carreras científico-humanistas.
Este hecho, muy positivo para nuestra región, nos destaca y al mismo tiempo nos invita a trabajar en su fortalecimiento, pues actualmente y de manera creciente el mercado irá requiriendo más y mejores técnicos.
En esa línea, hace unos días se dio a conocer un informe que recoge el trabajo desplegado por el Ministerio de Educación en el marco de la Reforma Educacional. El documento entregado a la presidenta Michelle Bachelet busca revitalizar este sector educativo mediante un análisis multifactorial y las propuestas de lineamientos claros y concretos para la educación TP.
Esta nueva política tiene por objetivo lograr que jóvenes y adultos tengan oportunidades de construir sus trayectorias educativas y laborales acorde con sus expectativas y capacidades, y en coherencia con las necesidades actuales y futuras de desarrollo del país y las regiones.
Este documento tiene fuertes bases ciudadanas, pues fue discutido con casi 5 mil miembros de comunidades educativas a lo largo del país mediante un proceso de participación que se desarrolló durante el segundo semestre de 2015, y que incluyó la realización de 42 encuentros provinciales y 15 diálogos regionales que convocaron a estudiantes, profesores, directivos y apoderados de todo el país.
¿Qué proponemos? Construir un sistema de Formación Técnico Profesional de cali- dad, pertinente a las necesidades de desarrollo laboral y económico de los territorios, articulado con las empresas y con las instituciones de formación.
Estos propósitos se llevarán a cabo mediante una estrategia que considera cuatro ejes de acción. Uno de estos pilares es el mejoramiento de la calidad de la Educación Técnico Profesional, definiendo criterios que permitan asegurar el desarrollo de aprendizajes y el fortalecimiento de competencias técnicas y transversales, e incluye acciones como la creación de los 15 Centros de Formación Técnica Estatales, la incorporación de los docentes en la Política Nacional Docente, y la definición de orientaciones y estándares de calidad específicos para el sector.
En cuanto a los avances de esta política ya hemos dado pasos gigantes. La ley que crea centros de formación técnica estatales en cada una de las regiones de Chile, donde en el Biobío tendrá presencia en Tirúa, nos permitirá contar con un sentido real de pertinencia cultural, porque si nuestro país trabaja para lograr el desarrollo, debemos también trabajar para promover y asegurar el espacio que merece la Educación Técnico profesional y los técnicos de nuestro país.
Este documento tiene fuertes bases ciudadanas, pues fue discutido con casi 5 mil miembros de comunidades educativas a lo largo del país.