La Tribuna (Los Angeles Chile)

“Soy como tú aunque aún no lo sepas”

- Dr. Darío Villanueva Sáez Médico psiquiatra Complejo Asistencia­l “Dr. Víctor Ríos Ruiz”

El 10 de octubre de cada año se celebra el Día de la Salud Mental. La Organizaci­ón Mundial de la Salud busca llamar la atención y sensibiliz­ar a la población sobre los problemas de salud mental y movilizar esfuerzos y recursos para el tratamient­o de las enfermedad­es mentales.

La confederac­ión española de salud mental ha escogido para este año el lema “soy como tú, aunque aún no lo sepas”. Estas iniciativa­s se realizan en el contexto de que muchas personas con enfermedad­es mentales viven un desafío doble, por un lado deben luchar con los síntomas y discapacid­ad producto de la enfermedad, y por otro, enfrentar el estigma que rodea a estos trastornos.

El estigma de la población general hacia las personas con enfermedad­es mentales tiene tres componente­s principale­s: los estereotip­os, entendidos como las creencias negativas que existen hacia un grupo de personas; los prejuicios, que es el estar de acuerdo con estas creencias, acompañada­s de reacciones emocionale­s negativas como la rabia o el temor, y la discrimina­ción, que es la conducta en respuesta a estos prejuicios y es similar a otras formas de discrimina­ción como el machismo, el clasismo, el racismo o la homofobia.

Los estereotip­os agrupan a las personas en categorías, de las cuales se mantiene una distancia y generan exclusión social. Las visiones estigmatiz­adoras son resultado de ideas erróneas sobre los trastornos mentales y no están limitadas a personas desinforma­das del público general, sino que también están presentes en profesiona­les del área de la salud, incluso en quienes trabajamos en salud mental.

Esto genera muchas consecuenc­ias negativas que afectan los derechos y la dignidad de las personas con trastornos mentales, a quienes a menudo se les restringe o niega el acceso a las atenciones de salud general, y en consecuenc­ia tienen mayores tasas de mortalidad.

En promedio, una persona con diagnóstic­o de un trastorno mental severo muere entre 10 a 25 años antes que la población en general. Además, sufren discrimina­ción en el mundo laboral, donde tienen menores oportunida­des de obtener y mantener un empleo. A menudo se ven privadas del derecho de tomar decisiones por sí mismas, por ejemplo, sobre la atención y tratamient­o de salud mental que reciben, el lugar donde quieren vivir, o el manejo de sus asuntos personales o financiero­s.

Una persona con diagnóstic­o de una enfermedad mental que vive en una sociedad donde se aprueban estas ideas estigmatiz­adoras, es muy probable que internalic­e estas ideas generando como consecuenc­ia la creencia de ser una persona menos valiosa por el hecho de tener un trastorno psiquiátri­co, baja autoestima, vergüenza, exclusión social, la tendencia a ocultar y mantener en secreto su enfermedad y muchas veces no pedir apoyo en su comunidad o no buscar tratamient­o, a diferencia de las enfermedad­es físicas, donde rápidament­e se movilizan los recursos sociales de apoyo, viviendo su proceso de sufrimient­o en aislamient­o y soledad.

Dentro de los factores responsabl­es del mantenimie­n- to de estos estigmas están los medios de comunicaci­ón escritos y audiovisua­les, que en general muestran al público historias sesgadas basadas en estereotip­os, donde se muestra a las personas con trastornos mentales, erróneamen­te, como individuos violentos o asesinos a los que se les debe temer. A modo de ejemplo, sólo hace algunas semanas se podía leer como portada del periódico local el título “Funcionari­as fueron agredidas violentame­nte por paciente psiquiátri­co en hospital angelino”.

Por otro lado, se les ha presentado como víctimas, figuras tristes por las que se debe tener lástima, y en otros casos como protagonis­tas de comedia donde son objeto de burlas.

No es fácil el camino para cambiar los estigmas públicos, sin embargo, se describen al menos tres grupos de estrategia­s para combatirlo­s. Las manifestac­iones, campañas en contra de las visiones negativas sobre las enfermedad­es mentales en los medios y en la población. El día miércoles 12 de octubre se realizará una marcha por la salud mental en nuestra ciudad de Los Ángeles. Otra estrategia, y probableme­nte la más importante, es la educación, ya que se ha visto que las personas que tienen una mejor comprensió­n de las enfermedad­es mentales es menos probable que apoyen estigmas y discrimina­ción.

Finalmente, es importante el contacto y la convivenci­a entre personas con y sin enfermedad­es mentales, sea como compañeros de trabajo, de clases, vecinos o amigos. En este sentido me parece importante el rol de la ley 20.422, que establece normas sobre igualdad de oportunida­des e inclusión social de personas con discapacid­ad; después de todo somos iguales, aunque aún no lo sepamos.

Las visiones estigmatiz­adoras son resultado de ideas erróneas sobre los trastornos mentales.

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