La Tribuna (Los Angeles Chile)
LA ABSTENCIÓN Y LA FALTA DE ESPERANZA
Señor Director: Ni el más pesimista de los expertos electorales adelantó una abstención tan brutal como la que marcó esta elección municipal. Los más optimistas hablaban de un 40%, sin embargo, participó solo un 34,9%, el número más bajo desde el retorno a la democracia.
Definitivamente no hay interés ni voluntad por ser parte de las antaño llamadas fiestas democráticas… la del domingo claramente no fue una fiesta.
La política y los partidos están en crisis. Ya no dan respuesta a los problemas, se financian ilegalmente, son bolsas de empleos, no existe meritocracia, solo viven de malas prácticas… son razones que esbozan miles de chilenos para no concurrir.
Tenemos una clase política que busca convencer, que trabaja y hace mucho. Aquello puede ser cierto, pero es el momento de reflexionar y preguntarse si seguir haciendo mucho y mal o empezar a hacer poco y bien, pues al margen de los triunfos de una u otra coalición, la interpretación de fondo es que la ciudadanía no está dispuesta a legitimar a sus candidatos a través del voto.
Hay dos caminos: el corto es restituir el voto obligatorio, lo que garantizará la participación, pero puede ser la gran oportunidad para que sigan emergiendo candidaturas outsider o de populistas que con discursos simples y atractivos logren captar la adhesión de quienes participarán y no estarán dispuestos a validar las cartas de los conglomerados tradicionales.
El camino largo: pensar a Chile desde su presente y hacia el futuro. Desde el presente, atendiendo con suma urgencia las necesidades de los más desprotegidos, de las familias más desesperanzadas, de los miles de jóvenes que no estudian ni trabajan o de aquellos que habiendo estudiado sufren la tortura de no encontrar el primer empleo y cargan la deuda de sus estudios superiores. Es la oportunidad de construir una sociedad meritocrática y de esfuerzo, que abra los espacios a aquellos talentosos jóvenes, desesperanzados por no contar con redes para incorporarse al mundo del trabajo. Allí hay una oportunidad de generar movilidad social.
Desde luego se deben incorporar herramientas en la formación escolar, media y superior, que permitan generar un espíritu cívico en las generaciones para que cambien el rostro y rumbo que ha tomado Chile. Estamos en crisis, pero de afectos, de confianza y de esperanza, y la abstención del domingo es solo una señal más para que la autoridad política abra los ojos y piense si es necesario seguir haciendo mucho y mal, o hacer menos, pero bien. En la clase política está parte importante de la respuesta a la alta abstención, no es necesario buscarla en otro lado.