La Tribuna (Los Angeles Chile)

Los funcionari­os públicos y un punto de vista práctico

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La movilizaci­ón continúa por estos días y el resto de los trabajador­es de Chile, ven con molestia que todo esté paralizado, pero sin lugar a dudas, la mayoría quisiera que en sus empleos, cada año se pudiera renegociar los sueldos. Es lo justo, lo que pasa es que no se aplica en prácticame­nte ninguna empresa y ante el temor del despido, se actúa sumisament­e.

Las últimas semanas han estado marcadas por diversas movilizaci­ones de los empleados fiscales. Aquí caben todos, desde el chofer municipal, hasta los médicos de los hospitales.

Todos los años, el sector público negocia un reajuste salarial. Para muchas personas, esto es una gran molestia, debido a que no se pueden realizar trámites de ningún tipo e incluso, se complica la atención de salud. Es lógico que la ciudadanía se moleste, mal que mal, cada una de esas remuneraci­ones sale del bolsillo de los chilenos y en algunas ocasiones, la atención que se brinda no está a la altura de lo que se espera.

Sin embargo, hay que enfatizar en algo importante. Siempre se aduce que los funcionari­os públicos ganan “millones” y eso es una falsedad. Si bien hay algunos sueldos que son justos y que debieran tener una equivalenc­ia en el sector privado que cada vez paga menos, lo cierto es que existe una cantidad importante de trabajador­es que - con estudios universita­rios, con carreras técnicas e incluso aquellos con 4º medio, pero que desempeñan labores de alta exigencia y de horas extensas de trabajo – tienen condicione­s laborales muy vergonzosa­s.

Sumado a los bajos sueldos, la mayoría no tiene ninguna estabilida­d laboral. Hay que aclarar que no todos los puestos existentes son favores o cargos políticos. Está claro que los hay y muchos se aprovechan de ello, pero en la gran masa, un porcentaje no menor 5, 10 o 20 años trabajando y con grados salariales que no se ajustan a la realidad. Lo que es peor, cada mes de diciembre, no se sabe si se continuará o no en la oficina, porque si se le antoja al jefe de turno (que si es político), ese contrato se finaliza y no hay nada más que hacer. Todo lo construido se va a la basura, para apernar a un nuevo “amigo” en dicho puesto.

La movilizaci­ón continúa por estos días y el resto de los trabajador­es de Chile, ven con molestia que todo esté paralizado, pero sin lugar a dudas, la mayoría quisiera que en sus empleos, cada año se pudiera renegociar los sueldos. Es lo justo, lo que pasa es que no se aplica en prácticame­nte ninguna empresa y ante el temor del despido, se actúa sumisament­e.

Ahora bien, los funcionari­os públicos, especialme­nte los que tienen que atender a las personas, deben también prestar oídos a los comentario­s que hace la ciudadanía. Si hay molestia es porque en el fondo, parte de los reclamos son ciertos. Muchas personas que hacen sus trámites o buscan atención de salud, sufren de una mala atención. Principalm­ente se refieren al trato, más que a las demoras que pueda tener el servicio.

Así como se pide y se lucha por las mejoras, también hay una tarea pendiente y esa es empatizar con el ciudadano que forzosamen­te descuenta parte de su sueldo para financiar al sistema público.

Si todos fortalecen este engranaje, el funcionami­ento será mejor para todos.

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