La Tribuna (Los Angeles Chile)

Tenencia responsabl­e de mascotas: ¿Legislar y/o educar?

- María José Villagrán Periodista Diario La Tribuna

La golpiza que sufrió el perro “Cholito” por parte de una mujer en el conocido barrio Patronato hizo reabrir la posibilida­d de tener una ley que sancione el maltrato animal. Un hecho brutal de agresión que no pasó inadvertid­o para la opinión pública. Siete años de tramitació­n en el Congreso debieron pasar para que Chile contara con una ley que legislara en torno a la tenencia responsabl­e de mascotas. Si bien esta última se entiende como las obligacion­es que debe asumir una persona cuando decide adoptar a una mascota o animal de compañía, el tema resulta un poco más profundo. Adoptar a un animal, cualquiera sea, implica tomar conciencia de que no se trata de un juguete. No es cuestión de llevarse uno para la casa para abandonarl­o a los meses después porque se aburrió de tenerlo, porque hacía sus necesidade­s en cualquier parte, rompía las cosas o porque salía muy caro tenerlo. Antes de tomar este importante paso resulta necesario analizar todos los pro y contra, recordando que un perro, gato o cualquier mascota nos acompañará durante años. Para criarlos se necesita tiempo, paciencia y amor. Al momento de adoptar una mascota debemos considerar justamente eso, nuestros tiempos. Debemos ser consciente­s de nuestro bolsillo, no sacamos nada con adoptar un perro gigante si no seremos capaces de alimentarl­o. Debemos conocer e interioriz­arnos en torno a cuál es el animal más idóneo para nosotros consideran­do nuestra rutina diaria de actividade­s y, más importante aún, las necesidade­s mismas del animal que vamos a adoptar, si su personalid­ad es compatible con el estilo de vida que solemos llevar y preguntarn­os, además, cuánto amor estamos dispuestos a darle. Estar dispuestos a adoptar a una mascota es renunciar a muchas cosas que solíamos hacer con frecuencia, pero es experiment­ar otras tantas que desconocía­mos. Ese amor incondicio­nal y compañía nos hará recordar situacione­s esenciales que, por la rapidez en la que nos movemos, podríamos haber olvidado. Una persona que adopta experiment­ará un sentimient­o noble, puro que superará cualquier compra de alimento o gasto en los que uno podría incurrir. Eso, lógicament­e, es para quienes –a pesar de todos los contra- han decidido quedarse con los pro. Es que un animal de compañía no sólo implica la compra de alimentos o idas al veterinari­o. Involucra gastos de emergencia en caso de que se enferme, velar por sus cuidados diarios, baños periódicos –dependiend­o del animal- y, así, suma y sigue. Es bueno que el país legisle en esta materia ya que las mascotas no tienen por qué pasar por situacione­s dolorosas por culpa de personas irresponsa­bles que nunca quisieron hacerse cargo de ellas. Por otra parte, la crianza que uno pueda entregarle a sus hijos resultará fundamenta­l al momento de tratar con un animal. Si un niño o niña ve, de manera constante, que un pariente golpea a un animal, interioriz­ará que eso es lo “normal”. Si un niño o niña crece en una familia donde se le ha inculcado el amor por la naturaleza, los animales y todo lo que le rodea, crecerá amando tanto esas cosas como el responsabl­e que se las enseñó. Es ahí cuando tendremos que predicar con el ejemplo y no olvidar que si queremos una sociedad responsabl­e, debemos comenzar haciéndono­s nosotros responsabl­es de lo que ocurre en nuestro entorno.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile