La Tribuna (Los Angeles Chile)
Los grandes perdedores: los niños y niñas vulnerados de Chile
Hoy ya es conocido por todo Chile que la Cámara de Diputados rechazó el informe del Sename II, dándole la espalda a los niños y niñas vulnerados de Chile. Ese informe daba cuenta de errores, omisiones, malos tratos, homicidios y negligencia inexcusable de este organismo del Estado. Lamentablemente, la política mal entendida se tomó la discusión, aparecieron los dos clásicos bancos y el resultado sabido: el rechazo por 47 votos y 13 abstenciones.
Hay culpa de todo un país, con o sin nombre y apellido. Es el Estado de Chile quien ha generado un problema profundo, no un gobierno o una persona pero es inaceptable que por no nombrar a una persona, se borre el drama humano. Reitero, aquí existen violaciones a los Derechos Humanos en contra de niños, niñas y adolescentes cometidas por el Estado de Chile.
Repitamos lo que decía el informe y que es una gran verdad : existe un “fracaso y derrumbe absoluto del Estado en materia de políticas de infancia, donde sistemáticamente se han atendido síntomas y no las causas profundas de las problemáticas, dolores y necesidades de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables ni de sus familias”.
Algo debemos hacer. No nos podemos quedar en la crítica y dejar pasar la oportunidad. Nuestra Presidenta, que representa a todos los chilenos, ya pidió perdón a los pueblos originarios. Pues bien, es necesario en esta materia que también exista un reconocimiento oficial por la vulneración a niños, niñas y adolescentes, cabe utilizar las facultades de intervención y administración provisional directa que la ley le confiere y poner suma urgencia a los proyectos que suprimen el Servicio Nacional de Menores, generando una nueva estructura como política de Estado.
Recordemos que existe reconocimiento expreso de la muerte de 1.313 niños entre los años 2005 y 2016. Los centros carecen de infraestructura adecuada y las condiciones son malas tanto para los niños como para los trabajadores, quienes a su vez denuncian: “Hoy tenemos, todavía, en el centro de Limache se nos llueve el gimnasio de los jóvenes, baños sin reparar, casas sin las condiciones necesarias para hacer la atención, casas con hongos, sin las necesidades básicas que los jóvenes necesitan cubrir”.
No basta un mea culpa, más dinero y más publicidad, falta poner el tema como prioritario y tener coraje. En unos días más, el tema caerá en importancia por otros asuntos y nuevamente se invisibilizará a los chicos vulnerados.
Pasemos de la indignación a las acciones concretas. A esta altura es un ruego, un clamor, más allá de los política y sus mezquindades: ayudamos a los niños y niñas vulnerados!
“Hay culpa de todo un país, con o sin nombre y apellido. Es el Estado de Chile quien ha generado un problema profundo”.