La Tribuna (Los Angeles Chile)
Ñuble Región
El miércoles 5 de julio, votamos en la Cámara de diputados la propuesta que crea Ñuble Región. Debo confesar que una sana envidia me invadía al escuchar los argumentos que acompañaron el debate que ilustró la metamorfosis de Ñuble de provincia a región. Los discursos repasaron una y otra vez los méritos de ese territorio para alcanzar este nuevo estatus. Se habló de identidad, de historia, de cultura, de patrimonio material e inmaterial. Saludamos a los muchos nombres que se destacan y que le distinguen, se habló de Bernardo O’higgins, Violeta Parra, Marta Colvin, Marta Brunet, Claudio Arrau, Nicanor Parra, Arturo Prat, Pedro Lagos, Víctor Jara, Arturo Pacheco Altamirano, Arturo Merino Benítez, Volodia Teitelboim y Ramón Vinay. Hubo unanimidad de que una región no es sólo un número, sino que es un territorio particular, con una gente particular, con una historia particular y con un presente y un futuro propio. Las graderías estaban llenas de mujeres y hombres entusiastas, de mujeres y hombres emocionados y esforzados que hicieron presentes con sus aplausos, vítores o abucheos, lo importante que es para cada uno de ellos. Hemos sido testigos del debate donde paso a paso se cambia la historia y se funda el futuro.
La democratización de Chile y el término progresivo del centralismo que nos ahoga son partes de una misma cosa. No es menor que hoy seamos de los pocos países en América Latina que no tiene la opción de elegir a nuestros jefes regionales, en un proceso abierto, transparente, libre y democrático. Un sinsentido como este, no es sino expresión de una vieja y colonial manera de entender la organización política. En la Roma de hace dos milenios, la cosa era más o menos igual. Un gobernador designado por un emperador señalaba quién y de qué manera debía gobernarse una determinada provincia ( pro vincere = algo a ser vencido), incluso decidía cuánta riqueza natural e impuestos debían extraerse de dicha provincia. Hemos trabajado para que eso cambie. Votamos entusiastas a favor de Ñuble, recordando aquí las palabras de uno de los integrantes de la comisión de descentralización
“Ñuble se justificaba plenamente, porque Ñuble teniendo el 26% de la población de la región, recibió en torno al 10% de los ingresos durante un cuarto de siglo, entonces es un caso bastante justificado”.
Hoy tendremos un nuevo centro político, cultural y económico, cuyo presupuesto y potestades serán manejados por sus propias autoridades, y que tendrá como fin, un espacio socio cultural, definido, con identidad propia, y de una proyección que auguramos sin límites.
Estamos profundamente contentos que Ñuble dé hoy uno de los pasos más importantes de su historia, el de constituirse en región, la XVI Región de Chile, cuya capital será Chillán, y que comprenderá las Provincias de Itata, Diguillín y Punilla.
Sólo queda sumarse al enorme orgullo que deben sentir los que iniciaron este proyecto hace muchos años y desde la provincia ubicaron al centralismo como “algo a ser vencido” haciendo posible los sueños y esperanzas de cientos de miles de chilenas y chilenos que allí habitan.
Saludo a Ñuble región, y envío un abrazo afectuoso y solidario a sus habitantes, a los que allí nacieron y a los que viniendo de otros parajes, han decidido vivir y servir en esas tierras.
“Ñuble se justificaba plenamente, porque Ñuble teniendo el 26% de la población de la región, recibió en torno al 10% de los ingresos durante un cuarto de siglo, entonces es un caso bastante justificado”.