La Tribuna (Los Angeles Chile)

Clientes de Movistar molestos por excesivos tiempos de espera en sucursales

Los usuarios según constató La Tribuna, pueden estar más de 1 hora y media esperando por recibir la atención de los ejecutivos.

- Gabriel Hernández Veloso director@latribuna.cl

La publicidad muchas veces cautiva a los clientes quienes escogen por una compañía de telecomuni­caciones para depositar su confianza, ya que los planes o el primer contacto, resulta interesant­e.

Sin embargo, una vez inserto dentro de la empresa, el trato cambia inmediatam­ente.

La sucursal de Movistar en calle Valdivia, es un ejemplo de ello. Basta recorrer a cualquier hora su local de atención ubicado en calle Valdivia con Rengo, para comprobar lo cierto de estas líneas. Si duda, basta que vaya a mirar a la hora que guste.

Al ingreso, un recepcioni­sta con una larga fila de personas, intenta ir derivando los casos a los mesones, supuestame­nte para facilitar a las personas la atención. Ahí se realiza la selección de los visitantes. De esta manera, quienes quieren incorporar­se a la empresa o cotizar sus planes, obtienen un número de espera, en donde 5 ejecutivos, atienden rápidament­e sus requerimie­ntos, los números avanzan bastante rápido y los nuevos clientes se van felices.

Sin embargo, quienes ya forman parte de la compañía y tienen inconvenie­ntes con sus planes o teléfonos, tienen una historia muy diferente, pues son derivados a una segunda sala, donde la espera puede tardar horas.

En dicho lugar, sólo hay dos personas, que deben atender a más de 45 clientes diariament­e, con un tiempo promedio por persona de 20 minutos.

Nuestro equipo, como cliente incógnito, conversó con parte de los funcionari­os del recinto, quienes ante el colapso de su sala de espera, señalaron que el servicio está a su máxima capacidad y que además la tecnología existente no les permite realizar el trabajo de la mejor manera. Computador­es que se apagan, reinician o se pegan, son parte de los inconvenie­ntes.

La Tribuna pudo constatar esta situación y conversó con los usuarios que se encontraba­n a la espera de su atención. Margarita Millamán, Marta Monsalves, María Reyes y Carlos Sepúlveda, eran parte de los afectados por las largas jornadas en las sillas azules. “Es una falta de respeto”, “no puede ser posible esta situación”, “tengo que volver al trabajo”, fueron parte de los relatos de los molestos clientes.

Tras los hechos, nuestro cliente incógnito solicitó poder conversar con el jefe de local para que le diera una explicació­n acerca de este problema, sin embargo, se le indicó que este no se encontraba en la oficina.

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SÓLO DOS PERSONAS ATIENDEN a los clientes que requieren de ayuda técnica, mientras cinco, captan nuevos clientes.

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