La Tribuna (Los Angeles Chile)
Enel y la tercerización
Tercerizar, por qué hacerlo, cuándo y cómo. Es esta una herramienta estratégica que según su definición, se aprecia como fundamental en muchas actividades de una empresa.
Seguro que sí, pero al parecer, hasta aquí en nuestro país nunca o poco se ha considerado un aspecto fundamental, cuál es la responsabilidad y calidad con la que se realiza la función y el control adecuado de esta.
Obviamente, y principalmente, es sólo a la empresa contratante a la que le interesa el prestigio y calidad de servicio, pero no al tercerizado. Para este, las prioridades van a ser la cantidad (recursos logrados por el servicio bueno o malo, pero rápido) y no la calidad.
Entonces la pregunta obvia es: ¿dónde está el control para mantener estándares mínimos de calidad en el servicio, y/o la cantidad de subcontratados para cubrir adecuadamente las posibles necesidades ante una emergencia? Estas falencias fundamentales han quedado de manifiesto con la reciente nevazón, sus consecuencias y cómo Enel ha enfrentado esta crisis.
Sin embargo, ello parece ser una tónica nacional, pues si observamos a nuestro alrededor, la experiencia se repite y la irresponsabilidad es similar; bancos, empresas de distribución, de telecomunicaciones, de servicios, y un largo etcétera, en donde frecuentemente el cliente queda en medio de quien fabrica, vende, presta, distribuye el producto o servicio y/o cobra por él y el tercerizado.
Entonces, ¿que está mal concebido, la tercerización en sí o el enfoque profesional de quien contrata y/o ejecuta el servicio de tercerización? En esta materia, todo indica que hay en general un gran descuido para evaluar los estándares mínimos de calidad requeridos, quedando como único y principal objetivo el logro del dinero como sea.
Creo, esto no es desarrollo, ni de cerca... falta mucho.