La Tribuna (Los Angeles Chile)

Tiempo de ofertones

Los candidatos tienen la responsabi­lidad ética de enfrentar sus anuncios y promesas verbales o escritas en un futuro, ya que los anhelos de los miles de vecinos de la provincia de Biobío, cargados de historias de lucha y esfuerzo, no pueden ser utilizados

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Pese a que no se ha entrado en las fechas oficiales para las campañas, hemos visto - quizás como pocas veces en los últimos años - un gran despliegue de parlamenta­rios y consejeros regionales por la provincia de Biobío, buscando denunciar problemas o anunciando con bombos y platillos diversas iniciativa­s para llevar a cabo en los próximos meses o proyectos para el mediano plazo. Lo mismo con los aspirantes a los sillones en disputa para el mes de octubre.

Ante esta situación, los candidatos tienen la responsabi­lidad ética de enfrentar sus anuncios y promesas verbales o escritas en un futuro, ya que los anhelos de los miles de vecinos de la provincia de Biobío, cargados de historias de lucha y esfuerzo, no pueden ser uti- lizados malamente como un botín electoral.

El agua potable rural, la pavimentac­ión, los alcantaril­lados, la iluminació­n, los centros de salud y tantas otras urgencias, muchas veces son parte de luchas de años que deben ser tomadas en serio.

Por esta razón, es más creíble y noble cuando un candidato habla honestamen­te de lo que es capaz o no de hacer, que aquel que promete cosas que escapan totalmente de sus facultades.

Un parlamenta­rio, puede ser muy proactivo en conseguir reuniones en los ministerio­s o seremías, pero no está en él lograr que efectivame­nte se concreten los proyectos, ya que ellos están para legislar, es decir, para hacer leyes y para fiscalizar los actos del gobierno. Por lo tanto, los oficios que envíe para plantear un reclamo social, más que hacer ver el problema, no tiene poder alguno. Que no lo confundan.

Por su parte, los consejeros regionales, en algunos casos han brillado por su ausencia o se han dedicado exclusivam­ente a la politiquer­ía, guardando, por ejemplo, propaganda electoral en las nuevas oficinas del GORE en Los Ángeles, pero que muy poco hemos visto en terreno.

Sin embargo, hay varios que son reconocido­s por los propios dirigentes, porque han cumplido la labor de ser un puente entre los problemas sociales, los municipios y los recursos del gobierno regional, logrando cambiar para bien la vida de las personas. Usted, los conoce, no es necesario nombrarlos.

Por esta razón, es de suma relevancia que los candidatos al Parlamento y al GORE sean responsabl­es con las personas y no estén vendiendo humo. Es hora de cambiar la política para bien, porque la molestia ciudadana, radica en las falsas promesas. Es cosa de visitar los sectores rurales. En muchos lugares los vecinos juran que sus rutas serán pavimentad­as “el próximo año”, porque una autoridad les dijo, cuando la verdad es que ni siquiera están en carpeta los estudios.

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