La Tribuna (Los Angeles Chile)
¿Es que la salud tiene tantos problemas?
Nos interesa la información de la Organización mundial de la Salud. Este organismo planetario, tiene un embajador en Chile. Estudia, investiga, pregunta. Y entrega la información para ser procesada en las oficinas mundiales.
Algún tiempo atrás, encontrándome en la Mesa del Senado, supimos del arribo a Chile del director mundial de la OMS. Procuraba un encuentro con el senador Andrés Zaldívar y el suscrito. Motivo, felicitarnos. Cuando se pide una audiencia para recibir felicitaciones, se otor- ga con prontitud. En aquella ocasión, el referido personero nos dijo textualmente: “He llegado a un país que es de interés mundial en materia de salud”. Recordé que esa misma frase me la expresó Li Peng, aquel líder chino que me había invitado a conversar con motivo de otros asuntos de interés nacional. Estaba admirado de los adelantos en la salud chilena y prodigaba todas las alabanzas sobre la materia, al igual que el director de la OMS. “Chile se ubica, en los parámetros de nuestra organización en el 14 lugar del mundo en materia de índices positivos de salud. De partida, tiene una población que es claramente sana, controla eficientemente todos aquellos males mundiales y las expectativas de vida, se han elevado a niveles de país súper desarrollado”.
Luego comentaba que los más altos índices de salud los tenía Francia, pero que sin embargo, “en una encuesta realizada por el Gobierno de Chirac, en ese momento inquilino del Palacio del Eliseo en París, para conocer los problemas sociales de la población, figuró salud como el más grave de todos”. Este hecho, increíble para la OMS, daba cuenta que la salud, protector de la vida y vitalidad de ella misma, era y es un asunto cuyas dimensiones son de tal magnitud que el final de cualquier política en esta materia, no alcanzará nunca a resolver la naturaleza de la persona.
Pero hoy, por las numerosas declaraciones, parecieran decir lo contrario. Dos millones esperan a los especialistas, algunos fallecen.
Aumenta el sida. Esto es grave. En el resto de los países de América, el sida baja, se detiene o aumenta tres puntos y Chile, crece en un tercio, 32%. Y aumenta en las personas de entre 20 y 30 años. ¿Acaso este es un problema generado por salud o es más grave aún, una irresponsabilidad absoluta de la población que se le ha advertido en todos los tonos, los cuidados que deben tener en materia sexual?.
Recibí un documento elaborado por el Dr. Luis Correa. Cuando este médico habla, hay que oírlo, cuando escribe, hay que leerlo. Lo hace desde una perspectiva superior, sin matices escondidos. Nos advierte de un hecho, para quienes no estamos en el día a día de salud, desconocido. Bien sabemos que han arribado médicos de América Latina. Hasta poco, ecuatorianos preferentemente, sin embargo hoy, es Venezuela el principal proveedor. La suma de todos, es significativa. Chile no ha gastado un peso en su preparación académica, ha resuelto centenares de problemas, especialmente en la atención primaria, sin embargo, a estos profesionales los cubre un manto de dudas sobre sus capacidades clínicas y eso no es posible sostener. El Dr. Correa, quien fuera director de nuestro hospital y le correspondió el alto honor de ser el iniciador de su admirable construcción, advierte que “…el Ministerio de Salud tiene la oportunidad única de acoger a estos profesionales y con sus recursos, nivelarlos en las exigencias de nuestro país y de esta forma, integrarlos a la salud pública”. Esto, que pareciera correcto, nos trae el recuerdo de esos exámenes solicitados, sin nivelación alguna que terminan desechando potencialidades admirables de estos profesionales.
También es evidente que el costo de una referida nivelación es inmensamente menor que el costo académico de siete años de estudio. En suma, se nos invita a reflexionar sobre parámetros reales. Queda una interrogante, ¿estos dos millones que esperan y que claramente no serán atendidos prontamente, son de extrema urgencia?. ¿O acaso la atención primaria se siente debilitada en sus resoluciones clínicas?
Con todo, sigo pensando que la salud en nuestro país, es de buen nivel y podemos tener confianza en sus aplicaciones. La duda persiste en que, frente a una excelencia académica que nos tiene en los primeros lugares del mundo, las políticas de salud, son adecuadas para esta realidad. Insinuó, ante la falta de especialidades que vienen con fuerza, geriatras por ejemplo, solicitar a los municipios que financien becas. Por lo demás, es una obligación de la autoridad local, hacer partícipe a la población del desarrollo social y nadie duda que salud, es uno de los pilares en el desarrollo.