La Tribuna (Los Angeles Chile)
El desafío de agregar valor al capital humano
El permanente cambio tecnológico, el desarrollo de cadenas globales de valor, la caída de los costos del transporte internacional y el desarrollo de las tecnologías de la información, a lo que se suman las modificaciones en las relaciones de poder internacionales, configuran un escenario muy distinto al que existía hace 30 años. Y hoy debemos estar preparados para enfrentar estos cambios.
En el caso de nuestro país, el crecimiento económico, el desarrollo social y la democracia son los pilares en los que se basa la estrategia de desarrollo. Siendo una economía pequeña, que representa en torno al 0,2% de la población y al 0,3% del PIB del mundo, el crecimiento económico está sustentado en las exportaciones, no sólo de productos, sino también de servicios, lo que nos obliga a estar capacitados y a la vanguardia para competir en los mercados internacionales.
En ese contexto, el rol de las universidades resulta fundamental ya que hoy la manera de gestionar el conocimiento y el aprendizaje en las organizaciones es vital para el éxito de la empresa y su impacto en la economía. Así, mejorar nuestra productividad es clave para lograr un mayor crecimiento, reducir los niveles de pobreza y construir sociedades más equitativas y, para ello, es esencial desarrollar nuestro capital humano invirtiendo en educación y formación permanente, pues ello nos permitirá responder adecuadamente a los requerimientos del mercado laboral en un mundo globalizado y en constante movimiento. De esta manera, como país debemos apostar por ofrecer a los profesionales y técnicos una amplia gama de programas de especialización, asumiendo que el pregrado es la base del desarrollo laboral.
Chile integra la OCDE desde el 2010 y es el primer país sudamericano en sumarse a esta organización de buenas prácticas, lo que certifica la extraordinaria transformación económica y social que hemos vivido en los últimos 20 años. No obstante eso, debemos reconocer que aún somos un país exportador de materias primas y ello también se refleja en la Región del Biobío, donde el 70% de nuestros envíos pertenece al sector forestal y la mitad de ello es celulosa. Transformar la matriz productiva es vital para obtener un mayor crecimiento y para lograrlo debemos contar con trabajadores capacitados.
Por otra parte, las naciones que han logrado un mayor desarrollo, lo han hecho fomentando también el sector de servicios tanto para el mercado interno como externo. Aquí es donde tenemos un gran desafío para nuestras empresas, principalmente Pymes, que generan esa inteligencia. Desarrollo de software, tecnologías de la información, servicios educacionales, investigación y desarrollo, servicios de arquitectura, sólo por nombrar algunas, son parte de nuestros subsectores que deben crecer.
Las condiciones están dadas, pues somos una región universitaria, generadora de conocimientos y llena de talentos. Sólo nos falta aprovechar las oportunidades que tenemos a nuestro alcance y para ello el trabajo conjunto universidad – empresa es fundamental.