La Tribuna (Los Angeles Chile)

EL PORQUÉ DE UNA INFLACIÓN POSITIVA

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Señor Director: La función principal del Banco Central es velar por la estabilida­d de la moneda nacional. En particular, tiene un objetivo inflaciona­rio de 3% anual, con una amplitud de rango fijada en más/menos un punto porcentual. Esto quiere decir que mientras la inflación –medida por el IPC–, se ubique entre 2 y 4% al año, entonces el Banco Central ha cumplido con su mandato.

La inflación para este año estaría muy cerca del límite inferior del rango meta del Banco Central, es decir, alrededor de un 2%. ¿Es eso una buena o una mala noticia?

La inflación tiene costos. El más obvio es la pérdida de poder adquisitiv­o, porque la moneda tiene un menor valor. Además, es regresiva, porque afecta en mayor medida a las personas con menos recursos, que tienen una mayor proporción de sus activos en dinero. Hay también “costos de menú”, que provienen de actualizar los precios frecuentem­ente.

Entonces, ¿por qué el Banco Central no aspira a una inflación nula, de 0%, en vez de una inflación positiva? Porque algo de inflación puede ser deseable. Los sueldos, que normalment­e se establecen nominalmen­te (es decir, que incluyen la inflación), suelen subir mucho más rápido de lo que bajan. A veces, para ajustar un sector de la economía, es necesario bajar los sueldos reales. Como ningún trabajador aceptaría una rebaja de la cifra de su sueldo a fin de mes, entonces el ajuste puede venir por el lado inflaciona­rio. Quizás numéricame­nte el sueldo es el mismo, pero la inflación ero- sionó el poder adquisitiv­o hasta equilibrar nuevamente el mercado. En definitiva, el tener algo de inflación positiva otorga a la economía un cierto margen de maniobra para enfrentar coyunturas complejas. Javier Irarrázava­l Lazcano Académico Ingeniería Comercial Universida­d San Sebastián

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