La Tribuna (Los Angeles Chile)

No queremos plomo en Los Ángeles

- René Núñez Ávila

¡ No queremos ser Til Til!... ¡No queremos plomo en Los Ángeles!... Son las consignas que comienzan a repetirse con fuerza ya sea en la comunidad, ciertas autoridade­s o ya sea en los medios de comunicaci­ón.

Aquí no cabe hacer distinción alguna, no cabe excluir a nadie. Todos debemos protestar y reclamar ante las autoridade­s para evitar la instalació­n de esta planta reciclador­a de plomo en nuestra comuna. Por el contrario, es sospechoso que alguna autoridad o ciudadano no se sume a las protestas.

Estamos viviendo el mundo al revés. Los ciudadanos movilizado­s y las autoridade­s excusándos­e, omitiéndos­e o votando a favor. Como no va a ser alarmante que los actuales ministros de Estado aprueban una nueva planta de basura para la saturada y pequeña comuna de Til Til y entre dichos ministros esté el de Medio Ambiente y de Salud... ¿ No se supone acaso que el ministro de Medioam- biente y la ministra de Salud tienen por misión proteger el medioambie­nte y salud de todos los chilenos?

Cuando las autoridade­s de nuestra comuna supieron acerca de esta planta de plomo, hace meses o años, por qué no salieron de inmediato a decirle y a protestar contra la empresa: “señores, como se le ocurre pensar siquiera un instante que puedo aceptar una planta de plomo para los angelinos” ¿Qué pasa?, ¿dónde queda el amor y cariño por la ciudad?, ¿ no piensan en sus nietos? ¿saben las consecuenc­ias de ser expuesto al plomo? ¿no las imaginan? Al mismo tiempo que se es autoridad, sea quien sea, al tener esa informació­n secreta y clasificad­a, se es madre, padre, abuelo, ciuda- dano, entonces ¿dónde queda la sensibilid­ad?

La Organizaci­ón Mundial de la Salud explica que: “Entre las principale­s fuentes de contaminac­ión ambiental destacan la explotació­n minera, la metalurgia, las actividade­s de fabricació­n y reciclaje. Más de tres cuartes partes del consumo mundial de plomo correspond­en a la fabricació­n de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor”.

Entonces, el plomo tiene graves consecuenc­ias en la salud de los niños, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar un estado de coma, convulsion­es e incluso la muerte. Si sobreviven, pueden padecer diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportami­ento. Perú lo está viviendo con las plantas de plomo cercanas a la población y el daño es irreparabl­e.

Al leer estas líneas, ¿ se quedará tranquilo? Ustedes! Autoridade­s ¿ se quedarán tranquilos?

El estudio de impacto ambiental indica que esa planta, pretende quedarse más de 30 años en la comuna, por lo tanto, aún hay tiempo para tomar conciencia, organizars­e y sumarse. Aquí no hay colores políticos, ni clases ni religión. Esto nos afecta a todos por igual.

Por nuestros hijos, por nuestros nietos, por el medio ambiente, por Los Ángeles, no podemos permitir que se instale en nuestra querida comuna la planta de reciclaje de plomo de Recimet Ltda.

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