La Tribuna (Los Angeles Chile)
El legado cultural de Violeta Parra
“Artista musical, cantautora y folclorista, que hizo sus primeras artes en la provincia de Ñuble en que nació en 1917, donde desde muy joven ya mostraba sus dotes artísticas en que algunos estudiosos de su vida y su obra señalan que a los 12 años ya componía sus primeras canciones”.
Debo partir señalando que el sábado 29 recién pasado tuve la oportunidad de ver el programa que ofreció TVN a las 22:30 en que se transmitió el homenaje que se rindió a Violeta Parra en el Teatro Colón de Buenos Aires hace algunas semanas. El evento fue fascinante y espectacular y me preguntaba por qué tal espectáculo no se montó primero en nuestro país y después allende la cordillera. Indudablemente una muy buena iniciativa de la embajada de Chile en Buenos Aires, de su agregado cultural, y del apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Consejo nacional de la Cultura y las Artes. Y mis reflexiones siguieron por distintas aristas; una de ellas el apoyo técnico y logístico del homenaje que seguramente significó meses de trabajo y arduos ensayos, amén de otros.
El Teatro Colón en Buenos Aires, uno de los principales de América del Sur, fue el escenario donde músicos nacionales y transandinos celebraron a la cantautora nacional con su obra, bajo la dirección artística de Ángel Parra, nieto de la cantautora y folclorista, acompañado de la Orquesta estable del Teatro Colón. Entre tales músicos estaban Kevin Johansen, Beto Cuevas, Gepe, Camila Moreno, Javiera Parra, Patricio Manns, Soledad Pastorutti, Roberto Márquez de Illapu, entre otros, quienes homenajearon a Violeta Parra en un show sinfónico con motivo de los cien años de su nacimiento en que algunas de sus canciones fueron cantadas entre dos artistas, chilenos/as y argentinos/as, así como entre todos los participantes como en “Gracias a la vida”. Fueron más de 20 canciones del repertorio de la cantautora, hábil e impecablemente acompañadas por la orquesta estable del Teatro Colón, bajo la batuta del destacado maestro Guillermo Rifo. La actividad contó con la participación de connotados artistas chilenos y argentinos, todos nombres contemporáneos que tienen alguna relación con Violeta Parra, personal o musical, y que brindaron un espectáculo magnífico de relevancia mundial por el lugar que ocupa el teatro Colón de Buenos Aires en el plano internacional, pues constituye una de las principales salas de espectáculos artísticos.
La obertura estuvo a cargo de Javiera Parra y la trasandina Soledad Pastorutti, quienes interpretaron a dúo el clásico “Run Run”; le siguieron las canciones “Qué he sacado con quererte” y “De cuerpo entero”, en la voz de otras cantantes, para que el cantante Kevin Johansen se subiera al escenario a deleitar a los asistentes con “Casamiento de negros”. El homenaje continuó con la presencia de artistas de la talla de Gepe, Beto Cuevas, Sandra Mihanovich y Patricio Mans, quien interpretó “La exiliada del sur” en un formato acústico folclórico. Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió cuando Javiera y Ángel Parra cantaron juntos en el Teatro Colón el tema “El albertío”, que sería una de las últimas canciones de esta conmemoración a los 100 años del natalicio de la artista chilena; Roberto Márquez cerró la noche con “Los pueblos americanos”.
Y me preguntaba cómo una orquesta argentina había realizado los acompañamientos necesarios tan bien logrados con una elegancia digna del evento. Y como hoy se puede buscar información en Internet, puse el nombre del director y allí encontré la respuesta. Ocurre que el maestro Rifo trabajó muchos años en Chile, dirigiendo diversas entidades musicales, tanto orquestales como grupos menos formales, pero igualmente importantes. Efectivamente, fue una de las personalidades que equilibró su trabajo entre la música docta y la popular, siendo percusionista, compositor, arreglador, director orquestal y académico en los años 60 del siglo pasado en que su historia forma parte del desarrollo de la música chilena, años en que participó en la Orquesta Sinfónica de Chile, como compositor docto y solista de música contemporánea para percusiones. E incluso realizaba arreglos musicales y orquestales para música popular, que interpretaron Fernando Ubiergo y Tito Fernández en su momento; trabajó también con los directores Juan Azúa y Horacio Saavedra, entre otros.
Por si eso fuera poco, en maestro Rifo escribió los arreglos para la Orquesta Sinfónica de Chile que se presentó en el Estadio Nacional en marzo de 1990, en el acto de celebración de la investidura del Presidente Patricio Aylwin en que la Orquesta y el Coro Sinfónico interpretaron el “Himno nacional”, el “Himno de la alegría” y “Gracias a la vida”. Y aquí está la explicación final pues en el año 2007 escribió las orquestaciones sobre música de Violeta Parra para la Orquesta Sinfónica de Concepción, que debe haber constituido la base de este homenaje. Aquí cabe hacer notar que la cantautora tuvo un contrato temporal con la Universidad de Concepción a mediados del siglo pasado, por lo que esta Casa de estudios tiene en una de sus facultades la Cátedra Violeta Parra en su homenaje y como reconocimiento a su trayectoria musical y a su memoria.
El ministro de Cultura, don Ernesto Ottone, quien acompañó a la Presidente Bachelet y otras autoridades a este evento, manifestó que se está preparando un homenaje en Santiago y en regiones en los comienzos de la primavera, época del nacimiento de la cantautora.
Indudablemente un merecidísimo homenaje a esta artista musical, cantautora y folclorista, que hizo sus primeras artes en la provincia de Ñuble en que nació en 1917, donde desde muy joven ya mostraba sus dotes artísticas en que algunos estudiosos de su vida y su obra señalan que a los 12 años ya componía sus primeras canciones.
Esperamos que alguno de los homenajes que se le rindan en octubre a Violeta Parra esté a la altura del ofrecido en el teatro Colón de Buenos Aires.