La Tribuna (Los Angeles Chile)

Rechazo a planta de residuos plomados: una lección ciudadana

- María Carolina Ríos

Los Ángeles desde iniciado el mes de agosto, se convirtió gracias al pronunciam­iento de una comunidad empoderada, en el centro de una creciente preocupaci­ón medioambie­ntal. Una planta procesador­a de residuos plomados pertenecie­nte a la empresa Recimet Ltda., se pretendía instalar en el sector de Laguna Verde en las cercanías de los Saltos del Laja. Una situación que si bien fue revertida gracias al clamor ciudadano, dejó muchas interrogan­tes respecto de la labor reguladora y fiscalizad­ora que debe tener el Estado y el Gobierno tanto a nivel central, como, regional y comunal, en materias sensibles que pueden afectar la calidad de vida de las personas.

En este sentido quisiera ser enfática en señalar que situacione­s como éstas, a pesar de lo manifestad­o por diversos políticos, no se originan, ni por lo que denominan un mercado neoliberal ni por el sistema constituci­onal, sino, que más bien pasan por la autorizaci­ón de las propias autoridade­s. Claro ejemplo de ello es el vertedero de Til Til, el cual, ha generado una serie de problemas en la condición de vida de toda una comunidad, que tiene que convivir con cerca de 100 empresas contaminan­tes -lo que demuestra la escasa fiscalizac­ión de las propias autoridade­s.

Bajo esta lógica la planta de residuos plomados de la empresa Recimet Ltda. avanzó tanto a nivel regional como comunal sin mayores reparos, prueba de ello es que el 27 de julio, la municipali­dad de Los Ángeles emitió un oficio en que a pesar de incluir algunas observacio­nes, señaló, que no había incompatib­ilidad medioambie­ntal para el funcionami­ento de dicha planta.

Es así como bajo el silencio y hermetismo de las autoridade­s locales y regionales, la comunidad se mantenía ajena a esta grave situación. Lo cual, tuvo un vuelco cuando el jueves 3 de agosto, trascendió a la opinión pública gracias a la voz de alerta de los propios vecinos de los sectores de El Rosal, Villa Alegre, Laguna Verde y Los Saltos del Laja, quienes representa­dos por Óscar Fernández, Segundo Pineda y su esposa Damaris, entre muchos otros vecinos, hicieron eco de su preocupaci­ón, a través de una reunión en la que participé y en la que pude conocer en detalle los riesgos ante la instalació­n de la mencionada planta de residuos plomados.

Riesgos, que iban desde la contaminac­ión del estero Paso de Piedra, el cual, abastece a las comunidade­s del sector, afluente que además desemboca en los ríos Caliboro, Laja y Biobío, lo cual, significa una expansión colateral que podría -en caso de riesgo- afectar a gran parte de la región. A lo que se suma, que en el sector hay una creciente actividad de carácter agrícola y ganadera, que en caso de polución de plomo en los terrenos o el estero, podrían ver dañada toda la cadena agroalimen­taria en su primera línea de acción.

Ahora, tras la decisión de la propia empresa, y no de las autoridade­s, la planta de residuos plomados suspen- dió indefinida­mente el proyecto, situación, que a pesar de ser alentadora, mantiene una latente preocupaci­ón, ya que indefinida­mente no es lo mismo que definitiva­mente, por lo cual, la certeza no es un punto zanjado.

Tras esto, es evidente que la ciudadanía merece certidumbr­e, merece saber cuál va a ser la actitud del Gobierno y del Estado de Chile ante esta materia, el silencio frente a un hecho tan relevante no puede ser una política que se imponga ante los derechos de las personas, los organismos involucrad­os deben transparen­tar su actuar para que situacione­s como estas no se vuelvan a repetir, ya que en definitiva -el hasta ahora buen resultado- no es gracias a los organismos y autoridade­s de Gobierno involucrad­as, sino que gracias, a una comunidad y a dirigentes que transforma­ron su preocupaci­ón en un deber para con ellos y el medioambie­nte.

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