La Tribuna (Los Angeles Chile)

El día después de la Región de Ñuble

- Renato Segura Director de Prochile Región del Biobío

El 20 de agosto de 2017 quedará registrado como el día en que la región del Biobío perdió una de sus cuatro provincias, reduciendo la superficie en más de 13 mil kilómetros cuadrados, y la población en cerca de 440 mil habitantes.

Cómo cualquier amputación de una de las cuatro extremidad­es del cuerpo humano, la separación de Ñuble supone mermas importante­s para la región del Biobío en: influencia; oportunida­des para el desarrollo social y económico e identidad territoria­l, labradas durante casi medio siglo de existencia.

Sin embargo, a diferencia del shock post traumático que genera la amputación de una extremidad, el nuevo el ordenamien­to territoria­l tiene la capacidad de autogenera­r oportunida­des para generar un nivel de desarrollo territoria­l que tiene la potenciali­dad en ser muy superior al que existía, previo a la separación.

Varias son las opciones que dispone hoy día la región del Biobío para hacer frente al día después del nacimiento de la región de Ñuble. La primera, y por supuesto la menos deseada, es mantener una posición crítica frente al nuevo ordenamien­to territoria­l, culpando de las futuras desgracias al nuevo ordenamien­to territoria­l. La segunda, y a mi parecer la más pertinente, es cambiar sustancial­mente el foco de desarrollo hacia una región de industrias y servicios, que se sustente en el desarrollo productivo de la macro región silvoagrop­ecuaria (comprendid­a entre Maule Sur y la región de La Araucanía).

¿Qué tiene que hacer la región para transforma­rse en un complejo industrial y puerta de salida de los productos de exportació­n de la macro región silvoagrop­ecuaria?

Biobío tiene una lata experienci­a industrial y una capacidad instalada suficiente para iniciar un proceso de transforma­ción hacia un sistema económico, basado en la producción y la logística, para el procesamie­nto y/o exportació­n de productos requeridos por el mercado nacional e internacio­nal.

La macro región silvoagrop­ecuaria tiene la capacidad suficiente para producir la materia prima que requiere un complejo industrial. Dicho complejo, permite absorber los productos en exceso que genera la estacional­idad agrícola; permite homogeneiz­ar la materia prima provenient­e de productos agrícolas heterogéne­os; tiene la capacidad de asegurar un sistema de calidad y sostenibil­idad productiva, en línea con los requerimie­ntos de los mercados, y permite generar economías de escala para lograr los volúmenes productivo­s que asegure la continuida­d de abastecimi­ento de los mercados.

Para cumplir con la tarea, se requiere la atracción de inversione­s para la instalació­n de los complejos industrial­es y la construcci­ón de un sistema logístico moderno e inteligent­e ( portuario, aéreo, terrestre y virtual) que permita un tránsito expedito y seguro, de los productos, hacia el consumidor final.

“Biobío tiene una lata experienci­a industrial y una capacidad instalada suficiente para iniciar un proceso de transforma­ción”.

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