La Tribuna (Los Angeles Chile)
Uber y su irrupción en la ciudad de Los Ángeles
Luego de que la popular aplicación móvil presentara recomendaciones de seguridad, La Tribuna conversó con uno de sus conductores y también un taxista angelino, quienes dieron su punto de vista sobre la polémica de moda en transporte.
En primer lugar debe advertirse que Uber no brinda un servicio de transporte, sino el de una simple intermediación tecnológica para que dos sujetos se contacten entre sí mediante una plataforma digital, con el objetivo de acordar entre ellos un contrato de transporte.
A partir de este encuadre, a las autoridades le quedan dos alternativas, regularlo o no. Y esa es precisamente la manzana de la discordia entre taxistas, usuarios y conductores de la popular aplicación.
VISIÓN DE TAXISTA
Ismael Villagrán es taxista angelino y ha desempeñado como profesional del transporte por más de 45 años. Cuenta que educó a sus hijos gracias a este oficio, el cual asegura brinda todas las medidas de seguridad y calidad, al contrario de lo que ofrece la compañía Uber.
“Yo no he usado nunca ese servicio, pero creo que los usuarios, por ahorrarse un par de pesos, arriesgan sus vidas, ya que el seguro que para nosotros es obligatorio ellos no lo tienen, es simplemente como andar en un auto particular”, dijo el conductor.
“La culpa de los riesgos que corre un pasajero que usa Uber es de las autoridades, específicamente del Gobierno, que no ha impulsado medidas de seguridad. Por ejemplo, en Argentina, están buscando regularlos e incluso las autoridades se han puesto en contra de ellos”, comentó enfático Villagrán.
El experimentado conductor quiso hacer referencia también a las licencias de conducir que utilizan en Uber, “porque son clase B, que no es profesional, por lo tanto no son apropiadas para el servicio”.
“Entiendo a la gente que está sin pega, que salga a ganar la plata fácil, pero el riesgo es muy grande; se han visto choques, asaltos y otras situaciones donde la culpa es exclusivamente de las autoridades estatales y las instituciones competentes que no quieren regular este negocio y además lo usan como estrategia para absorber la cesantía”, remató el taxista.
“Además debo aceptar que el negocio ha decaído desde que Uber llegó, y es más complicado todavía cuando tienes que tener todo en condiciones óptimas, yo por ejemplo aún estoy esperando que la Municipalidad me responda por un árbol que me cayó en el auto y que yo pude pagar, pero la verdad es que aún no encuentro respuestas”, finalizó Villagrán.
CONDUCTOR PROFESIONAL EN UBER
Justo Campos es conductor de Uber e ingresó a las filas de esta compañía luego de que su esposa le comentara sobre el primer reclutamiento de choferes en internet. Sin perder el tiempo se inscribió de inmediato y esta actividad hoy representa el 100% de sus ingresos.
“Yo tengo licencia profesional A1 hace 25 años, ya que me he dedicado a trasladar personal en empresas, lo cual me habilita para conducir buses, camiones, etcétera; lo que más res- ponsabilidad me da sobre mis pasajeros de Uber”, comenzó el relato de Campos.
Con respecto a este mismo tema de las licencias, que causa controversia entre los detractores de la empresa transnacional, el conductor profesional indicó que “concuerdo que quienes manejen Uber deban contar con licencia profesional, porque debe ser una persona idónea la que realice este tipo de trabajo”.
En tanto, sobre los beneficios del servicio que funciona a través de una aplicación móvil indicó que “lo principal es la economía para el pasajero, aunque aparte se trata de brindarle un buen servicio porque, en mi caso, los clientes que se han subido a mi vehículo han quedado muy satisfechos por la atención, que es dinámica respetuosa y confiable, y creo que todos tratan de dar el mejor servicio y poner la mejor cara con los pasajeros”.
“Hay que aclarar que sí existen seguros en Uber, quienes exigen que cada conductor cuente con todo este tipo de documentos, para que ante cualquier accidente, todos los ocupantes sean cubiertos por el seguro. Además la compañía también exige un examen psicológico que acredite las competencias para transportar pasajeros”, comentó Justo Campos.
ORIGEN DEL NOMBRE “UBER”
El nombre original es Übercab. Cab es “taxi” es inglés. La palabra “über” en alemán significa “encima de” pero cuando se utiliza como prefijo, adosada a una palabra, quiere decir “súper”. Esa fue la idea de los creadores de este sistema: tener un “súper taxi”.
Si bien las diéresis forman parte de la palabra, a instancias de la practicidad que requiere internet fueron eliminadas. El nombre que se usó fue Ubercab. Y con el tiempo, el avance del sistema y la clara intención de que no quede ligado únicamente al servicio de taxis, los dueños de la marca decidieron sacar la palabra “cab”.
GUÍA DE SEGURIDAD PARA USUARIOS
Al solicitar un viaje, la aplicación mostrará en pantalla la foto y el nombre del socio, la marca/modelo del auto y su número de patente. Siempre use esa información para verificar que el vehículo que recoge es el correcto. En caso de pedir el servicio para un amigo o familiar, pídales que sigan esta recomendación.
Si la información no coincide con la presentada en la aplicación, no se debe ingresar en el auto. La recomendación es dirigirse a un lugar seguro y esperar a que el vehículo correcto llegue, o cancelar el viaje y reportarlo con Uber.
Nunca olvidar que los viajes sólo se deben solicitar a través de la aplicación. Abordar el vehículo equivocado, o solicitado por medios externos a la plataforma, no permitirá a Uber ni al pasajero reconocer quién se encuentra detrás del volante.
Si el conductor ofrece cobrar el viaje por fuera de la aplicación, pídele que cancele el viaje y notifica este hecho inmediatamente, a través del botón de ayuda.
Si la persona con quien deseas compartir tu trayecto no tiene descargada la aplicación de usuario, no te preocupes, aun así puede seguir tu ruta. Asegúrese siempre de presionar el botón “compartir” y enviarla vía Whatsapp o mensaje de texto, de esta manera será más fácil que sepa el estado de su viaje.