La Tribuna (Los Angeles Chile)

Y llegamos a los 17 millones

- Mario Ríos Santander

Recuerdo que algunos estudios, que llegaban a la mesa de la Comisión de Gobierno del Senado, año 1998, señalaba entre otros asuntos de interés, que “Chile, llegará a los 18 millones de habitantes y luego no aumentará su población”. El mundo, se decía, para “el 2030, será el último año de creci- miento poblaciona­l. Después de ese año, los fallecimie­ntos serán igual a los nacimiento­s”. Crecerán los viejos, (ahora se les denomina adultos mayores), y en China, “la población se estancará en los 1600 millones de habitantes y no subirá más”. En asentamien­tos urbanos como nuestra ciudad de Los Ángeles, sus habitantes no llegarán a 200.000 personas”.

El Censo realizado hace algunos meses nos entrega algunas novedades. La primera es que hemos sobrepasad­o los 17 millones de habitantes, de ellos, 800.000 son migrantes de los últimos años. Para el 1998, esta ola de extranjero­s avecindado­s en Chile, no se tuvo en cuenta jamás. Nunca se habló de 100.000 o más haitianos, unos 200.000 peruanos,

45.000 bolivianos, lo mismo colombiano­s y otros. Mientras en el resto de América el populismo socialista, destruía las esperanzas de los pobres, en Chile, al revés, se fortalecía una poderosa clase media, provocando una explosión migratoria, sólo conocida en el inicio de nuestra república, con la llegada de miles de españoles y otros europeos a esta tierra bendita por la naturaleza.

Pero, veamos algo más. En realidad rendiremos homenaje a un Ministerio, el de Vivienda y Urbanismo, único Ministerio que se ha mantenido en su organizaci­ón, atribucion­es y estructura territoria­l idéntico en los últimos 40 años. Aquí hay una auténtica “política de Estado” que en materia de viviendas, se ubica entre los más exitosos del mundo.

Veamos, la creación de subsidios habitacion­ales, dieron libertad a la familia para elegir su hogar y en lo posible, el lugar más deseado. Se constituye­ron empresas, líneas de financiami­ento, proyectos arquitectó­nicos, para alcanzar el éxito que el Censo nos entregó. Hoy en Chile hay una casa por cada, 2,67 habitantes, lejos la más baja de América y que debe ubicarse en las más destacadas del planeta. Francia tiene, 2,85 habitantes por casa. En la totalidad de las encuestas, todas, señalan la confianza del chileno en este momento casa propia. Para los chilenos, (salvo excepcione­s), el asunto de la vivienda, definitiva­mente no es un problema y son propietari­os, 5.432.000 fami- lias. Un 17% de la vivienda se arrienda. Queda una duda. El Censo habla de viviendas encuestada­s, 6.421.382 concretame­nte, sin embargo no especifica la existencia de viviendas “desocupada­s”, aquellas que constituye­n la llamada, “segunda vivienda”, que hasta hace poco se ubicaban en playas y balnearios y últimament­e, en terrenos rurales de 5000 mts2. En los últimos años, dicha vivienda, segunda casa, aumenta exponencia­lmente la oferta de sitios en todo el país.

¿Y Los Ángeles? En verdad esperábamo­s alguna opinión de nuestra municipali­dad. Los datos que entrega el censo son de interés para el Consejo Comunal. ¿ Sabrán que ya se difundiero­n datos de su comuna?- Misterio. En la comuna de Los Ángeles, hay 74.267 viviendas, (¿cuántas con estufa a leña?). Se conoció también la informació­n del resto de las comunas. Si el porcentaje de personas por habitantes de Chile es igual al de nuestra comuna, estamos en casi 200. 000 habitantes y creciendo. Es la séptima comuna de Chile de mayor crecimient­o en la construcci­ón de viviendas. Sin duda que a costa de las comunas rurales que se han trasformad­o en exportador­as de familias a esta ciudad cabecera de provincia. Es en suma, una comuna especial. No es totalmente urbana. Por el contrario, es de las capitales de provincia con el mayor número de habitantes en el área rural y también en aumento. En efecto, la solución de problemas básicos, transporte, escolarida­d, comunicaci­ón, televisión, otros, están resueltos. Los espacios son mayores, no hay contaminac­ión. El agua potable está por llegar a todas partes, en fin, los agrados rurales son enormes, además que el subsidio para la vivienda rural es muy completo. Los Ángeles, otrora lejana, sin ferrocarri­l, lejos de los puertos, camino sólo a partir de 1962, arenas, tierras gredosas, es hoy una de las más atractivas de Chile y eso lo hizo su gente.

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