La Tribuna (Los Angeles Chile)
Día Internacional del Detenido Desaparecido: La memoria y la salud
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 21 de diciembre de 2010 la resolución 65/209 la cual, entre otras cosas, aprueba declarar el día 30 de agosto como el “Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas” conocido también como el “Día del Detenido Desaparecido”.
Pues bien, una vez más las organizaciones de usuarios vinculados a Prais y en particular las Organizaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos, en conjunto con el equipo Prais del Complejo Asistencial quisieron conmemorar la fecha y ayudar a que no se pierda la memoria.
Probablemente y a diferencia de lo que muchos podrían pensar, el ejercicio de recordar, de “traer” a la memoria (ejercicio permanente que realizamos los seres humanos) facilita la elaboración de la pérdida y contribuye a reafirmar cada una de las historias vividas por los afectados directos, sobre todo si se estima el tremendo dolor que significó para quienes han buscado hasta hoy a sus familiares, aquellos que vivieron el dolor agudo por la falta de verdad y justicia y que hoy vuelven a vivir el dolor por la falta de memoria. Recordar o “traer” a la memoria no produce más dolor que el vivido. Recordar no necesariamente reproduce las mismas esperanzas que se tuvieron durante los primeros años de búsqueda.
¿Por qué es necesario el rescate de la memoria?
Primero porque la reparación frente a la cual todos debemos estar comprometidos nace del reconocimiento de los abusos cometidos. Más allá de la postura crítica que cualquier ciudadano pueda tener respecto de lo ocurrido en la década de los 70, la verdad es que nada justifica la violencia y los atropellos en el nivel que conocemos. Por tanto, el primer paso ha de ser reconocer que aquello ocurrió, que aquello generó daño profundo al nivel de trauma psicosocial y que debe ser reconocido públicamente con la única intención de manifestar a las víctimas que comprendemos su dolor y que estamos dispuestos a realizar acciones que contribuyan a garantizar la “no repetición”, devolviendo la dignidad a sus historias personales y familiares y generando compromisos presentes como son los de construir comunidades dialogantes que resuelven sus conflictos a partir de las formas que la sociedad moderna ha acordado implementar.
En segundo lugar, rescatar la memoria nos invita a comprender el impacto profundo que los hechos traumáticos tienen en la vida e historia de personas, familias, grupos y comunidades. Los datos con que se cuenta y la investigación disponible permiten asegurar que el efecto del trauma se mantiene al menos en la segunda y tercera generación de aquellas familias víctimas. En aquellas comunas de nuestra Provincia donde se vivieron situaciones que hoy consideramos emblemáticas no es difícil constatar que estas historias son parte del desarrollo de la comunidad. Sin embargo, los relatos sobre estas historias se han instalado en forma de “tramas” o “discursos” soterrados o “como en secreto”. Hablar públicamente de los desaparecidos se transforma en un acto con cierto riesgo y por tanto se prefiere la especulación y la conversación a medias. Pues bien, el trauma requiere que los hechos se reconozcan y que se enfrenten sin dobleces. Mantener el secreto, no hablar de aquello, no reconocer lo ocurrido, mantiene el trauma y el dolor.
El equipo Prais del Complejo Asistencial reafirma su compromiso con esa historia, de la cual no somos ajenos en tanto somos parte de una comunidad viva y con historia, una comunidad que en tanto es organismo vivo goza de salud, la cual será una mejor salud en la medida que “reparemos” el trauma, acojamos el sufrimiento y acompañemos a los que aún viven algo de ese dolor.
“Rescatar la memoria nos invita a comprender el impacto profundo que los hechos traumáticos tienen en la vida e historia de personas”.