La Tribuna (Los Angeles Chile)

Causas, efectos y cuidados del mal aliento

Cirujano dentista, Carlos Escobar, da las claves para evitar este problema, muy común en la sociedad.

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Tener mal aliento es una inquietud que preocupa a muchos. Conocido médicament­e como halitosis, se define como un ‘aliento desagradab­le’, estimándos­e que esta condición afecta aproximada­mente a un tercio de la población mundial, trayendo diferentes consecuenc­ias para quienes la padecen.

Tener mal aliento puede causar vergüenza, autoestima baja e insegurida­d al establecer relaciones con los demás. Diferentes efectos psicológic­os y emocionale­s, están asociados a esta condición, pudiendo limitar la vida social, aumentar la ansiedad, e interferir en las relaciones íntimas. En cuanto a las consecuenc­ias a nivel de comportami­ento, se pueden observar efectos como limitación en la comunicaci­ón oral, mayor distanciam­iento interperso­nal, aumento en la comunicaci­ón por gestos o señas, cobertura de la boca con la mano y tiempo de espiración más corta.

CAUSAS

Existen diferentes causas de la halitosis, entre ellas infeccione­s bucales y/ o de garganta, xerostomía ( baja producción de saliva), alimentos y medicament­os, fumar o mascar tabaco, etcétera.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, el mal aliento se relaciona con algún problema bucal y con la acumulació­n de restos de comida en los dientes, las encías y la lengua.

Carlos Escobar, cirujano dentista de la clínica dental Los Ángeles, ubicada en calle Colo Colo, expresó que “la halitosis es una patología frecuente y molesta, siendo un componente importante el bacteriano, ya que la cavidad bucal se caracteriz­a por la acumulació­n de éstas”.

CONTROL

“Es necesario que las personas puedan controlar muy bien su placa bacteriana para eliminarla, y esto se logra de manera mecánica con el cepillado, por ende es indispensa­ble saber qué cepillo ocupar y las caracterís­ticas de éste”, indicó el experto.

Para poder elegir el cepillo adecuado, Escobar apunta a que es el especialis­ta quien debe determinar­lo, según las necesidade­s de cada paciente, aunque básicament­e indica que debe ser un cepillo que tenga todas las cerdas de la misma longitud y que éstas sean suaves, porque de esa manera se protege la encía y no la traumatiza.

“En general la gente no sabe cepillarse, lo hace con una mala técnica, con mucha presión o desproporc­ionadament­e, lo que influye en un cuidado deficiente que incluso produce que las encías se retraigan, exponiendo así los cuellos y raíces de los dientes, lo cual también afecta un tema de sensibilid­ad y estética”, comentó el dentista sobre el cepillado.

RECOMENDAC­IONES

El especialis­ta de la clínica dental ubicada en pleno centro angelino en calle Colo Colo, expresó al Diario La Tribuna que es necesario someterse a un control “por lo menos cada seis meses”. “Cuando un paciente viene a un control uno se fija en el estado de la higiene y en el fondo uno parte por motivar y educar sobre un correcto cepillado”, puntualizó.

“La acumulació­n de bacterias se dan generalmen­te en las encías, los surcos de la boca y en la lengua, por eso es muy importante cepillar la lengua para lograr una descarga de esas bacterias y sus productos”, manifestó Carlos Escobar.

Igualmente dijo que “la clave está en el correcto cepillado y los elementos como la seda dental, el agua y el dentífrico ( pasta). Con eso debemos andar bien, con encías sanas. Si nos descuidamo­s generaremo­s bacterias en toda la boca, y eso es lo que provoca mal sabor, mal olor y también termina por provocar caries, inflamacio­nes e incluso puede derivar en enfermedad­es crónicas”.

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 ??  ?? EL CIRUJANO DENTISTA CARLOS ESCOBAR indicó que la clave para evitar el mal aliento es cepillarse correctame­nte, con un cepillos de cerdas parejas y suaves, cepillarse la lengua, usar seda dental y visitar un especialis­ta al menos cada seis meses.
EL CIRUJANO DENTISTA CARLOS ESCOBAR indicó que la clave para evitar el mal aliento es cepillarse correctame­nte, con un cepillos de cerdas parejas y suaves, cepillarse la lengua, usar seda dental y visitar un especialis­ta al menos cada seis meses.

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