La Tribuna (Los Angeles Chile)
Un nuevo 11 de Septiembre
Creo sinceramente, que el 11 de Septiembre más que un día para inauguraciones, es un día que divide al país, en efecto ese día se rompió una tradición de Chile.
Ha transcurrido un nuevo 11 de Septiembre y se ha celebrado en forma oficial en el Palacio de La Moneda, celebrando la figura de Salvador Allende, con televisión y difusión de los actos realizados.
Creo sinceramente, que el 11 de Septiembre más que un día para inauguraciones, es un día que divide al país, en efecto ese día se rompió una tradición de Chile, que era uno de los pocos países que mantenía una tradición democrática en Latinoamérica, y se quebró porque hubo un bando encabezado por el entonces presidente Sal- vador Allende que desoyendo todos los argumentos de los políticos que no seguían su línea le solicitaban en todos los tonos, incluyendo al partido comunista, grandes sectores de izquierda, democracia cristiana; todos veían que el gobierno encaminaba al país, a un caos total que terminaría quebrando la tradición democrática.
El presidente Salvador Allende fue un líder valiente que interpretó a un sector importante del país y que finalmente prefirió suicidarse antes que entregar el mando. Una muestra de ser fiel a sus principios y pasó así a la historia. Fue una valiente decisión y creo que debemos respetarla y reconocerla, todos sus adherentes familiares y amigos deben enorgullecerse y celebrarlo, pero privadamente.
Todo esto se desarrollaba en un mundo que se nos olvida, era el mundo en que Rusia era la meta a alcanzar para muchos idealistas el modelo, la solución. Por lo tanto no eran tan incomprensibles las posiciones de Allende y seguidores.
Saber lo que realmente pasaba en Rusia, era una incógnita, estaba la información del gobierno soviético, su superioridad en la carrera aeroespacial, sus avances en el mundo.
La perestroika y la caída del muro de Berlín, disipa las dudas, el sistema socialista se derrumba y en los 60 años de la Rusia soviética más de 60 millones de personas perdieron la vida. De qué sirvieron al mundo esas muertes?
Por otro lado, nuestros vecinos, 69.000 muertos con sendero luminoso en Perú, otros tantos miles de muertos en Argentina en los años 80. Otro tanto sucedía en Uruguay.
Y qué pasaba en el país? los exiliados se organizaban y retornaban al país a tomarse el poder. Paralelamente se ingresaban armas por Carrizal bajo y otros puntos, afortunadamente pocas armas llegaron a destino, los sistemas de seguridad cada vez más violentos las controlaron.
Mejor no imaginar la cantidad de enfrentamientos que se habrían producido y las muertes por ambos lados. Chile en tiempos de Balmaceda supo de tiempos violentos.
Después de esos años viene la etapa de negociaciones entre los sectores que querían una vuelta pacífica a la democracia lográndose finalmente acuerdos muy difíciles, pero se lograron. Eran dos bloques, la de grandes políticos con Lagos, Jarpa, Aylwin, Valdés y por otro lado el bloque de las fuerzas armadas y sus asesores políticos, finalmente, un gobierno dispuesto a dialogar.
Chile logra finalmente un traspaso desde un régimen dictatorial a un régimen democrático, traspaso único en la historia del mundo, tarea dificilísima ¿cómo garantizar la vida, el respeto y la honra de los que se van?
Eso es lo que muchos no comprenden, nuestros políticos de izquierda y de derecha si lo comprendieron y entre todos lo lograron debemos sentirnos todos orgullosos de ello, pero la mente es débil y se nos olvida la historia reciente. O no tenemos la capacidad de entenderla. El 11 de Septiembre debe ser un día para reflexionar.