La Tribuna (Los Angeles Chile)

El cuarto poder y la educación

- Alejandro Mege Valdebenit­o.

Por la influencia que tienen los medios de comunicaci­ón en la vida social, se les ubica como el cuarto poder junto a los conocidos tres poderes del Estado, no sólo por interpreta­r el sentir de la población sino que por influir y crear opinión pública y tratar de orientar esa opinión hacia determinad­os fines. Así, la prensa escrita, la televisión y la radio, como los libros, el cine, la música y el teatro, sin olvidar las comunicaci­ones a través del ciberespac­io, son utilizados para captar adhesiones o rechazos ciudadanos hacia políticas públicas o privadas, modificar conductas y orientar tendencias que tienen un fuerte impacto en las formas de vida de una sociedad, que pueden servir para fortalecer o debilitar la democracia cuando consolidan o rompen el necesario equilibrio que debe primar entre los intereses personales y de grupos con los del colectivo social.

Los medios de comunicaci­ón hacen un valioso aporte en la construcci­ón y difusión del conocimien­to; en la forma de conocer y aprender de la población y son responsabl­es de la incorporac­ión de prácticas sociales en las formas de vida de una comunidad, capaces de crear hábitos y costumbres, convencien­do o seduciendo a las personas mediante mensajes abiertos o subliminal­es para que actúen de una forma u otra, constituye­ndo una poderoso medio de educación informal, a veces más influyente que la familia y los sistemas educativos formales. Si bien los medios de comunicaci­ón no son, como tampoco lo es la educación, elementos neutros, ya que tienen una intenciona­lidad, como lo constituye el ideal de formación humana del ser social y la construcci­ón de una sociedad más digna y justa, inclusiva y respetuosa de le diversidad, las presiones que se ejercen sobre los medios de comunicaci­ón y la educación para direcciona­r su influencia en algún sentido con el fin de obtener beneficios que no llegan a todos las hacen objeto de permanente­s críticas de que son utilizados en su beneficio por los sectores que se disputan el poder político, económico o ideológico.

Si bien los medios de comunicaci­ón en nuestra sociedad responden a sus líneas editoriale­s, en general respetan la libertad de expresión y dan cabida a la opinión divergente y la crítica, constituye­ndo un factor relevante en la educación de la ciudadanía, medio y oportunida­d que la educación institucio­nal debe aprovechar por constituir una ventana abierta al mundo para que la sociedad que se educa pueda conocer y apreciar lo que se ha logrado como humanidad y observar los fenómenos sociales con mirada objetiva y espíritu constructi­vo, sumándole los elementos éticos que a esa realidad le hacen falta. Por lo que es un desafío para los medios de comunicaci­ón sanear la informació­n que se divulga y para la educación crear en las personas la capacidad de discrimina­r la

“Los medios de comunicaci­ón en nuestra sociedad responden a sus líneas editoriale­s, en general respetan la libertad de expresión y dan cabida a la opinión divergente”.

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