La Tribuna (Los Angeles Chile)
La ética a la deriva
El tema de la clase era el estudio del código de ética de la carrera de la salud de nuestro interés y a medida que los alumnos hacían sus presentación, ante los alcances de cada uno de los artículos del código estudiado, era posible apreciar los gestos del resto del alumnado: se miraban entre ellos, movían la cabeza, sonreían o tocaban el brazo del compañero o compañera que tenía a su lado, como diciendo: “quien se cree eso” y los ejemplos que se dieron –con la condición de relatar el hecho, sin identificar personas y que para unos les habían sido referidos y otros experimentados personalmente– de la vulneración de los códigos de ética por parte de algunos profesionales se multiplicaron, demostrando como las faltas a la ética se ha generalizado y, lo que es más preocupante, se han ido convirtiendo en actitudes aceptadas como de normal ocurrencia, hecho que parece no ser motivo de inquietud en la sociedad.
La ética como fundamento axiológico del comportamiento moral, establecida en el código de ética de las distintas profesiones como un conjunto de disposiciones y normas que orientan el quehacer humano y que, si bien no están sometidas al control de la legislación pública, es regulada internamente por los colegios profesionales, con sanciones que no suelen tener un efecto práctico en modificar conductas, salvo contadas excepciones.
Para el sistema educativo formal, la ética como una tarea de formación en valores, traducida en actitudes morales de sana y constructiva convivencia es una materia que se ha dejado a la deriva, que no se ha asumi- do con la fuerza y convicción que se requiere para producir cambios y ello porque los requerimientos que se hacen a la educación están más orientados a la acumulación de conocimientos que a la formación de hábitos y actitudes deseables, sumado a los ejemplos sociales, próximos o lejanos, que no resultan ser modelos positivos dignos de imitar.
La abdicación en la formación integral de los ciudadanos, basada en valores y principios éticos ha llevado a un peligroso debilitamiento de las estructuras fundamentales de la sociedad, con atentados contra la seguridad ciudadana, la integridad física, la salud psíquica, el patrimonio personal y público así como un individualismo excluyente y una competencia por ganar sin importar los medios ni a quien se deje en el camino o que se destruya.
Sin duda que la parte más importante de la actividad pedagógica se produjo cuando la ética fue planteada no sólo como una actitud esperable en los demás, sino que asumiéndola como la práctica de quienes nos encontrábamos en el aula. Los reconocimientos personales demostraron la tarea pendiente que tiene la educación en lo que a ética se refiere.
“La ética como una tarea de formación en valores, traducida en actitudes morales de sana y constructiva convivencia es una materia que se ha dejado a la deriva”.