Los buenos deseos de Navidad

Nuestros sinceros deseos para el país en esta Navidad, es que seamos capaces de desatar de una vez todos esos nudos que han interrumpido los caminos del diálogo y la tolerancia, y que de esa forma, disfrutemos la democracia y las particularidades tan lind

Este fin de semana, tuvimos una oportunidad que quizás para algunos es única en el año. La Navidad, nos permitió reencontrarnos con nuestros seres queridos. Padres, abuelos, tíos, hermanos y primos.

Pudimos dejar de lado los celulares, los twitter odiosos, la discordia que se sembró durante este periodo y mirarnos a los ojos con amor y alegría.

¿ Es la familia el pilar fundamental de la sociedad? Por supuesto que sí. A nivel país deberíamos aprender muchas cosas de ello.

Si Chile funcionara como una familia, independiente de las discusiones, nos respetaríamos, nos defenderíamos y estaríamos siempre ahí para tender una mano al que lo necesita.

Si Chile fuera una familia, podríamos mirarnos a los ojos, aunque sea una vez al año para dejar atrás toda diferencia inútil que nos divide.

Si Chile fuera una familia, empatizaríamos con los que en verdad están sufriendo, quienes se encuentran solos o necesitan de nuestra preocupación y afecto.

Lamentablemente, olvidamos lo maravilloso que es estar bien con quienes se encuentran a nuestro alrededor.

Teniendo las posibilidades de encontrar los puntos que nos unen, pareciera que nos gusta enfrentarnos.

Si al vecino le va bien, lo envidiamos. Si una persona es de diferente pensamiento político, inmediatamente levantamos un muro entre ambos. Si no compartimos la forma de ser del otro ya sea en aspecto religioso, sexual, cultural… si es indígena, haitiano, gitano, conservador extremo o nudista-naturista, simplemente nos distanciamos en vez de generar inclusión.

Queridos lectores, somos tan pocos… quizás uno de los países con menos habitantes del mundo y teniendo un paisaje que construye nuestra forma de ser, con un desierto, el mar, la cordillera de los Andes y de la Costa, Islas, archipiélagos, hielos, pueblos, inmigrantes y otras características únicas, deberíamos dar clases al mundo del respeto por la forma de vida, porque aquí hay de todo.

Si actuáramos como lo hacemos con nuestra familia, aceptando las diferencias de los otros y simplemente dedicándonos a ser una sociedad y un país mejor, no tendría que ser la Navidad el único momento para sentirnos realmente amados y juntos.

Nuestros sinceros deseos para el país en esta Navidad, es que seamos capaces de desatar de una vez todos esos nudos que han interrumpido los caminos del diálogo y la tolerancia, y que de esa forma, disfrutemos la democracia y las particularidades tan lindas y positivas que tiene nuestro Chile.